Obligados

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Kohaku estaba teniendo un día horrible.

El club de artes marciales de la preparatoria estaba próximo a enfrentar a su mayor rival y ella era la única esperanza que tenía el equipo femenino, y aparte debía participar en una competencia mixta luego de eso, así que se estaba matando el doble en su entrenamiento, y esa mañana se despertó más temprano de lo usual para ir a entrenar como en las últimas semanas, solo para descubrir que el dojo estaba cerrado debido a inundaciones por la tormenta de ayer.

Sin quedarle de otra, fue a entrenar en el bosque que rodeaba la preparatoria, cruzando sin mucho esfuerzo la cerca de dos metros y medio que los separaba de ese bosque.

Estuvo una buena hora pateando árboles hasta que fue hora de ir a clases ¡y descubrió que tenía examen sorpresa la primera hora! Y de historia, lo que peor se le daba. Eso era un desastre y un regaño de su padre asegurados.

Con los ánimos por los suelos, a la hora del almuerzo decidió comer lo que su hermana preparó para ella a gran velocidad y de inmediato volvió al bosque para entrenar pateando más árboles, pero mientras lo hacía sintió un gran dolor en el estómago y casi vomita todo lo que acababa de comer.

Ugh, tal vez comer tan rápido no fue buena idea después de todo.

Maldiciendo su suerte, se decidió a volver a la escuela arrastrando los pies, pero cuando pasaba por la cerca otra oleada de dolor la invadió y acabó cayendo mal, torciéndose el tobillo como una debilucha.

Para colmo al único que encontró para pedirle ayuda fue a Ginro, que se la pasó intentando manosearla todo el camino hasta la enfermería. Le dio las gracias y una bofetada antes de que la dejara sola con la enfermera, que le dijo que debería pasar el resto del día allí hasta que su padre viniera a recogerla, lo cual solo podría hacer hasta una hora luego de que la escuela se vacíe de estudiantes.

Pero el colmo de los colmos fue encontrarse a Ishigami Senku también en la enfermería, con ambos brazos vendados desde la punta del dedo hasta el codo.

El padre de Senku estaba saliendo con su tía Lillian, así que debía lidiar con él más de lo que le gustaría. ¡Y es que el tipo era insoportable! En su primer día de conocerse empezó a llamarla leona sin ninguna razón en absoluto ¡y ella no fue grosera con él en ningún momento! ¡Y para colmo la segunda vez que se vieron siguió llamándola así y también la llamó gorila! Aunque mayormente la llamaba leona, igual la molestaba y de ser posible quería evitarlo a toda costa, no solo por eso sino por su arrogancia y también por que cuando no estaba llamándola así decía cosas demasiado intelectuales que a veces hasta dudaba que hablaran el mismo idioma.

Y ese día, apenas la enfermera se marchó, se quedó atrapada sola en una habitación con Ishigami Senku.

Oh, sí, este día ya estaba postulado para ser el peor día de toda su vida.

-¿Qué pasa con esa cara, leona? ¿Tan nerviosa te pone mi presencia?- le preguntó el muy descarado, sacándola de sus pensamientos.

-Nerviosa me ponen mis ganas de matarte, no quiero arruinar mi futuro yendo a la cárcel por matar escoria como tú.- masculló sonriendo un poco por su respuesta tan ingeniosa.

-Buen punto, el mundo sin duda extrañaría al científico que revolucionará la tecnología moderna. Oh, y también puede que algunos mocosos extrañen a una buena profesora de educación física, o al menos decente, supongo.- sonrió arrogantemente cuando ella le lanzó una mirada asesina.

One-shots SenHakuDove le storie prendono vita. Scoprilo ora