Ángel del Destino 6

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—Esto es perfecto. —La sonrisa del ángel Tront no le cabía en el rostro—. ¡Finalmente seré libre! ¡Solo tenemos que asegurarnos de que no lo arruinen!

Justo un segundo después de que dijo eso, el celular de Senku sonó.

Truenos, rayos y relámpagos azotaron los cielos de inmediato, mientras Senku se apartaba apresuradamente de Kohaku para contestar la llamada.

—¿Hola? —atendió, repleto de fastidio—. Agh, viejo... ¿qué quieres?

—¡Por supuesto que tenía que ser Byakuya! ¡Mi peor enemigo, AGH! —Gruesas gotas de lluvia empezaron a caer por toda la ciudad.

—Escucha, no puedo hablar ahora, estoy en la calle y está lloviendo. Hablamos luego. —Le colgó sin más contemplaciones, luego volteó hacia Kohaku—. Deberíamos volver al hotel...

—Sí...

Se miraron por un momento, antes de empezar a caminar apresuradamente hacia el hotel, que no estaba muy lejos de la playa.

Tront intentó calmar sus nervios, pero la lluvia siguió fuerte y pesada hasta que entraron al hotel, y se volvió peor cuando Senku ni siquiera miró a Kohaku antes de dirigirse directo a su habitación. Ella pareció triste, pero no dijo nada y también se retiró a su habitación.

—Necesito pensar en un plan mejor —le dijo el ángel del destino a su compañera—. Debo asegurarme de que no haya interrupciones y estén en completa privacidad. Este hotel tampoco es seguro. ¡Todo debe ser perfecto! —Frotó su cabello lleno de rizos rubios—. Muy bien, esperaré hasta que vuelvan a Japón, entonces haré que se vean en la casa de alguno, y silenciaré sus celulares, ¡silenciare los celulares de todos sus conocidos si es necesario!

—Pero si esa "burbuja" de la que me hablaste volvió a romperse, ¿no significa que estarán en la etapa de dudas otra vez? ¿Qué pasa si se distancian? —El ángel Lein se sentía a punto de hiperventilar. Quizás el ángel Tront ya le estaba contagiando su ansiedad.

—No dejaré que eso pase, a partir de mañana voy a... —Se interrumpió cuando vieron a Kohaku pasar por medio del pasillo en el que estaban discutiendo, en camino a la habitación de Senku.

Intercambiaron una mirada, antes de seguirla a toda velocidad.

Para su buena suerte, Senku no había bloqueado su puerta, por lo que Kohaku pudo entrar con facilidad a la habitación.

Para su mala suerte, Senku ya estaba en su cama, duchado y desvestido, completamente dormido.

Su nariz silbaba un poco, y un pequeño chorro de baba escapaba por el costado de su boca entreabierta, pero Kohaku sonrió como si él fuera la cosa más atractiva y adorable del mundo. En serio, algo estaba muy mal con el sentido del gusto de esta mujer, y el ángel Tront le daba gracias al creador por eso.

Kohaku caminó de puntitas hasta la cama de Senku, apartando las sábanas cuidadosamente y acostándose a su lado, colocando una mano sobre su pecho después de cubrirlos con las mantas.

Lo miró fijamente, con ojos tan suaves y cargados de tantas emociones que los ángeles no pudieron evitar conmoverse, sintiendo el puro amor que ella tenía hacia ese bastardo con suerte.

Tront y Lein sonrieron, antes de sentarse en el suelo para comenzar a planear estrategias.

Podría haber despertado a Senku, pero sintió que era mejor dejar a Kohaku tener ese momento con él.

Al día siguiente, Kohaku fue la primera en despertar, y de inmediato notó la respiración agitada y el rostro enrojecido de Senku. Colocó una mano en su frente, jadeando al comprobar que tenía fiebre.

One-shots SenHakuWhere stories live. Discover now