No sabes

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Apenas entró al salón de fiestas, Senku supo que algo andaba mal.

Sabía que últimamente era más y más raro el hecho de que se diera una noche libre fuera del laboratorio, pero eso no era razón para que absolutamente todos se le quedaran viendo con los ojos muy abiertos apenas puso en pie en el salón de baile de la mansión Nanami donde estaban festejando navidad entre todos los miembros más cercanos del reino científico.

Se quitó la bufanda mientras alzaba una ceja, preguntándose qué diablos pasaba con todos ellos.

Miró a la persona menos capaz de mentir, Taiju, notando que él también parecía confundido, así que miró a la segunda persona menos capaz de mentir, Kinro, que estaba mirando incómodamente al techo.

Bufó y empezó a mirar personas al azar, encontrando que muchos estaban mirándolo de reojo y muchos también estaban mirando de reojo a cierto rincón del salón de fiestas, por lo que rápidamente volteó la cabeza en esa dirección, encontrando a Kohaku parada junto a su familia, con los brazos cruzados sobre su gran vientre de embarazada que...

Detuvo sus pensamientos abruptamente, congelándose en el apto.

Al ver la mirada de Kohaku llenarse de absoluta ira y sed de sangre, tuvo el ligero presentimiento de que ese sería el día de su muerte, y en navidad, quién lo hubiera dicho, creyó que se salvó de morir en un festivo navideño cuando a los ocho años comprobó que era físicamente imposible que un trineo pudiera volar y solo se fracturó unos cuantos huesos.

Regresó a la realidad cuando Kohaku empezó a acercarse lentamente a él, sujetando su vientre mientras no le quitaba su mirada asesina de encima.

Tragó saliva, mirando suplicante a sus amigos para que lo salvaran.

Taiju hizo ademán de ir, pero Yuzuriha lo frenó con una mano en su hombro. Gen le dedicó una sonrisa culpable y Ryusui gesticuló muy cuidadosamente las palabras "tú te lo buscaste" con los labios. Ukyo negó con la cabeza, Tsukasa solo tomó un sorbo de su copa, Xeno sonrió con diversión por su sufrimiento y Chrome ya lo estaba ayudando impidiendo junto con Ruri que Kokuyo marchara a ayudar a Kohaku a despedazarlo.

Ok, estaba decidido. Aquí moriría.

—Senku. —Apenas estuvieron a solo unos metros, ella le sonrió con furia reprimida—. Feliz nochebuena.

—F-f-feliz... —No pudo terminar de hablar, el miedo lo paralizó.

—Ja, parece que te has quedado sin palabras... —Comenzó a caminar otra vez, cercándolo en círculos tal como una leona con un pobre e indefenso corderito—. Es curioso, eso me recuerda a las nulas contestaciones que hiciste de mis cientos de llamadas.

Senku volvió a mirar desesperadamente a sus amigos. ¡¿En serio nadie iba a salvar su vida?!

—K-Kohaku... —Ruri, valiente, angelical y salvadora Ruri, intentó intervenir por él—. P-para ser justos, Senku-san y tú hicieron un trato de que estarían sin verse ni hablarse hasta las fiestas de fin de año, y él tuvo que v-viajar mucho y cuando regresó seguro que estaba muy ocupado y...

—Ruri-nee. —Kohaku volteó a su hermana con la cara completamente en blanco, a lo que la mayor solo pudo sonreírle con nerviosismo—. Ya lo hablamos. Eso fue antes de saber que estaba embarazada. —Su mirada regresó a Senku, con tanta furia que él casi pudo sentir su alma escapársele del cuerpo en ese instante—. ¡Y eso no justifica que no atendiera mis llamadas y las llamadas de todo aquel que intentó decírselo! ¡¿Qué tal si yo me hubiera estado muriendo?! ¡¿Y se supone que tengo que casarme con este bastardo?! —Y entonces, de repente se derrumbó en el piso, llorando desconsoladamente—. ¡Ni siquiera me llamó cuando regresó a Japón! ¡¿Cómo se supone que va a criar a nuestro hijo?! ¡Estaría mejor casándome con alguien como Ginro!

—Auch. —Ryusui rio a carcajadas.

—¡Sí, sí, estoy disponible! —Ginro intentó correr hacia Kohaku, pero Kinro lo arrojó al suelo de un coscorrón.

Senku la miró con incredulidad. ¿Por qué de repente estaba llorando? ¿No deberían estar planeando su funeral a este punto?

—Le... K-Kohaku... —Se acercó a ella con cautela, flexionando un poco las rodillas y estirando una mano con mucha lentitud hacia ella—. Lo siento mucho, pensé que estabas bien con el acuerdo y la máquina del tiempo necesitaba... —Apenas su mano entró en contacto con su hombro, ella tomó su muñeca y lo tumbó en el piso, subiéndose encima de él y ejerciendo presión sobre su garganta con su antebrazo, de nuevo con ojos asesinos sedientos de sangre.

No lo estaba lastimando realmente, ¡pero explíquenle eso al cerebro de Senku! Vio su vida pasar frente a sus ojos en un instante.

Todos jadearon, preocupándose de que en serio fuera a matarlo.

—¿No deberíamos ayudarlo? —preguntó Ukyo, pálido.

—¡Nah! —contestaron Gen y Ryusui, comiendo palomitas que Francois estaba repartiendo a los invitados.

—¿Tienes idea de lo horrible que es estar embarazada y sola, escoria? —gruñó ella, con su rostro a pocos milímetros del suyo—. ¡¿Tienes idea de lo mucho que me afectan esas homo... esas horno...?!

—¿Hormonas? —sugirió Xeno amablemente.

—¡ESO! —Volvió a gritar como loca, haciéndolo pegarse más al piso, como si eso pudiera salvarlo de la ira de su prometida—. ¡No sabes lo difícil que ha sido para mi cuerpo! —Bajó la cabeza, apretando los dientes con furia—. No sabes lo mucho que estoy necesitando... —De repente, lo miró por detrás de su flequillo con el rostro profundamente sonrojado—. No sabes lo mucho que te necesito...

El miedo de Senku fue asesinado en ese preciso instante, de una forma cruel y sangrienta, de la mano de su libido.

Alzó una ceja, incrédulo y excitado en partes iguales.

Miró de reojo a la multitud, notando que por suerte lo último fue un susurro y nadie había escuchado, bueno, nadie excepto Ukyo, que ya se estaba largando del salón de fiestas.

—Bueno... Si prometes no matarme... —habló en voz baja también— prometo satisfacer tus necesidades hormonales siempre que lo necesites, pero preferiblemente en un lugar privado, no a la vista de todos nuestros conocidos.

—¡Ja, estás muy equivocado si crees que estás en posición de negociar! —De repente se le quitó de encima y, como si él fuera un muñeco de trapo, se lo cargó al hombro fácilmente, embarazada y todo—. ¡Harás lo que yo quiera y punto, y cuando acabe contigo desearas morir, escoria! —gritó, hablando totalmente en serio, porque planeaba compensar todos estos meses separados en los siguientes siete días hasta la llegada de año nuevo.

Todos observaron incrédulos como Kohaku se lo llevaba lejos, todavía gritando lo mucho que deseaba matarlo.

—Pobre... Quizás debimos ayudarlo... —murmuró Gen, ahora comiendo el pan dulce navideño especial de Francois.

—Sí, al menos pudimos intentarlo —secundó Ryusui, comiendo un trozo de budín.

Intercambiaron una mirada, antes de comenzar a reír exageradamente a carcajadas. ¡Lástima por el pobre Senku, pero él se lo había ganado a pulso!

Desconocido para ellos, la muerte de Senku no sería nada dolorosa y cruel, sino más bien apasionada y salvaje... pero de que Kohaku iba a matarlo, diez billones por ciento seguro que iba a matarlo.

Fin.

Holaaaaa :D

Este es mi regalo de Santa Secreto para mi querida Shauli Coronel!

Ojala q te haya gustado :3

Lamento si está raro, pero ojala si haya podido ser divertido xP

No olviden que se les ama con todo el kokoro!

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

One-shots SenHakuOù les histoires vivent. Découvrez maintenant