Desastre familiar

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Ah, el día del padre... Últimamente parecía ser la única excusa que Senku tenía para hacer que su hija mayor dejara de ignorar su existencia.

Y claro que dejar de ignorar su existencia ya era mucho pedir, porque pareció totalmente indignada cuando le dijeron que irían a celebrar en un día de campo organizado por Ryusui y Gen.

—¿Por qué se suman a las tonterías de tío Ryusui?

—Porque ofreció cien millones de dragos como premio a la familia que gané el juego de "Capturar la bandera". —Senku sonrió descaradamente—. Unos fondos de más nunca caen mal.

—Ja, a Ryusui siempre le ha encantado desperdiciar su dinero. —Kohaku apareció en la sala junto a su hija menor, ambas ya listas para partir.

—Sigue siendo una tontería. —Su hija Tsukiku rascó su oído con indiferencia.

—¡Vamos, nee-chan! ¡Es por papá! —Su hija menor, Shizuku, se colgó repentinamente del cuello de la mayor, casi haciéndola caerse de no ser porque Kohaku las sostuvo.

—Agh, está bien. —Una vez libre de su hermanita, Tsukiku suspiró con resignación—. Participaré para ganar ese estúpido premio, así que no te quejes del regalo que te traje, viejo. —Le arrojó una bolsa en la cara a Senku.

—Qué considerada. —Rio entre dientes, abriendo la bolsa—. Un... ¿reloj de muñeca? —La miró con desconfianza—. ¿Cuál es el truco, mini-leona? —Siendo esta su hija, sabía que no le daría algo tan simple.

—¡No le digas leona! —se quejó Kohaku.

—Ja, es un reloj especialmente fabricado por mí —explicó, fastidiada—, pero tiene distintos usos que quizás podrían serte de utilidad en la competencia de hoy... En fin, las instrucciones están en la bolsa. Disfrútalo o lo que sea.

—Gracias, pero... ¿y mi abrazo? —preguntó, con el único propósito de hacerla enfadar. Funcionó.

—Tsukiku, abraza a tu padre. —Por suerte, su esposa no vio sus claras intenciones de molestar a su primogénita detrás de esa pregunta.

Bufando, ella lo abrazó, susurrando algunos insultos cuando él se rio burlonamente.

—Oh, vamos, de pequeña me tratabas mejor en esta fecha.

—¡De pequeña tú no eras tan irritante!

—¡Papi no es irritante! —Su hija menor se abrazó a él felizmente.

—Al menos alguien aquí me valora. —Revolvió los cabellos ondulados de la copia miniatura de su esposa, aunque sus ojos escarlatas y cabello blanco-verdoso los sacó de él.

—¡Te tengo un regalo también! —exclamó Shizuku de pronto, separándose de él y llevando las manos a un bolsillo de su falda—. ¡Cierra los ojos!

—Muy bien, como ordenes. —Rio, cerrando los ojos.

—¡Genial! ¡Ahora ab...! ¡Espera, primero arrodíllate un poquito, por favor! —Riendo, Senku se agachó a su altura, y Shizuku de inmediato empezó a envolver algo alrededor de su cabeza—. ¡Listo, ahora puedes abrir los ojos!

Senku lo hizo, viendo que ahora tenía un espejo frente a él.

Oh, rayos...

A ver, era una corona hecha a mano, como una bandana para que se sostuviera bien, pero con una parte de plástico con formas triangulares decoradas con pequeños caracoles, perlas, piedritas preciosas como ámbar y cuarzos, aparte de algunos botones de oro. Y era adorable, pero...

—Me... Me encanta. —Acarició su cabeza, con una sonrisa temblorosa—. Eh... No quieres que la lleve al día de campo... ¿o sí?...

—¡Ja, claro que sí! ¡Quiero que todos la vean!

One-shots SenHakuWhere stories live. Discover now