No será hoy

462 57 17
                                    

Oficialmente Tsukiku había cumplido 19 años y, para horror de Senku, en vez de estar celebrando su cumpleaños con una fiesta, estaban celebrando… estaban celebrando con una… con una boda

Así es, a la corta edad de diecinueve años, su hijita menor se estaba casando…

Y eso no era lo peor, lo peor era con quién se estaba casando…

—Senku. —Kohaku llegó en ese momento, con una sonrisa radiante que contrastaba con el aura depresiva que rodeaba a su marido—. Ya es hora de que lleves a Tsukiku al altar.

Senku tomó aire.

Una parte de él en verdad, en verdad que no quería hacerlo, pero… tampoco era tan mal padre como para arruinarle su día a su preciosa hija…

Le encantaría arruinarle el día al pequeño bastardo con el que se estaba casando, claro, pero por desgracia, por algún motivo que Senku no lograba entender, Tsukiku amaba a ese bastardo.

Sucedió de forma tan… repentina…

Un día, ella era una pequeña ambiciosa que soñaba con superarlo y ser una gran científica, que lo admiraba y siempre estaba pendiente de su familia, y al otro día… él llegó a sus vidas, y desde el momento en que lo vio, Senku pudo ver que ese miserable solo sería problemas.

Podía notar en los ojos de Tsukiku lo enamorada que estuvo de él desde el primer momento. Ella tenía una actitud bastante particular con ese miserable, para muchos fue evidente, aunque Senku al principio pensó que solo eran ideas suyas o bien algo pasajero, que quizás se estaba preocupando por nada.

La que lo vio muy claramente desde el principio fue Kohaku, y Senku de forma tonta nunca quiso creerle sus múltiples advertencias de que aquel pequeño bastardo acabaría robándose a su hija, se rehusó a aceptar la realidad, y dejó que todo pasara bajo sus narices.

Poco a poco, ese pequeño bastardo le robó a su hija.

Sin embargo… lo peor de todo no era en sí el hecho de que ella se estuviera casando con ese bastardo, sino que a Senku no le gustaba cómo ese maldito la trataba, ya que a veces podía ser tan indiferente y frío…

—Ja, tú a mí no me tratabas precisamente como a una princesa —le reñía Kohaku cada vez que él sacaba el tema de por qué consideraba a ese miserable una mala compañía para su niña.

—Es diferente. —Rascó su oído con el meñique, lleno de fastidio—. Además, tu padre también era receloso conmigo, y por lo menos nosotros éramos buenos amigos, pero ese bastardo sí ha llegado a tratar mal a mi princesa.

—Vamos, Senku, no ha sido nada grave… y tú nunca podrás cambiar que ella lo ama, y lo ama mucho, ya lo sabes muy bien.

—No lo apruebo.

—Lo apruebes o no, esta boda se realizará.

Y fue así como llegó el gran día, para desgracia de Senku.

Cuando llegó el momento de llevar a Tsukiku al altar, todo lo que pudo ver fue a su pequeña, la vio tan chiquita y adorable como cuando tenía nueve años, y Kohaku tuvo que darle un empujón para que finalmente se moviera y la tomará de la mano para llevarla al altar.

Ni siquiera podía tomarla del brazo, no llegaba, porque él aún la veía tan pequeña…

No dejo de mirarla con tristeza un buen rato, hasta que a pocos pasos del altar finalmente lo vio… al pequeño bastardo ladrón de hijas…

Chasqueó la lengua con desaprobación y por un momento no quiso soltar a Tsukiku, pero ella se soltó sola y caminó hasta ese miserable.

Kohaku obligó a Senku a volver a su asiento, todo mientras no soltaba a su pequeña Shizuku sentada en su regazo.

—Queridos hermanos… Estamos aquí reunidos para celebrar la boda entre esta adorable pareja. —Kokuyo presidía la boda, como si no le importara entregar a su nieta, o bien como venganza porque tuvo que arrastrar a Senku al altar porque embarazó a Kohaku fuera del matrimonio…

—Ishigami Tsukiku… ¿Aceptas a este encantador joven como tu esposo, para amarlo y respetarlo, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separe?

—¡Acepto! —La pequeñita que a ojos de Senku lucía como de nueve años no dejaba de sonreír, mirando con amor a su futuro esposo.

—Y tú, Raion… ¿aceptas a Tsukiku como tu esposa, para amarla y respetarla, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separe?

—Miau.

Esperen…

Senku miró al novio, viendo a un gato naranja y blanco con una alborotada melena y un trajecito de gala.

—¡¿Por qué se está casando con un maldito gato?!

En ese momento, Senku se despertó sobresaltado, jadeando y sudando profundamente, despertando a Kohaku que antes había estado dormida abrazando a la pequeña Shizuku de dos añitos.

—¿Senku? ¿Todo está bien? —preguntó soñolienta.

Senku volteó a su otro lado, viendo a su pequeña Tsukiku que hace tan solo unas horas había cumplido sus nueve añitos, dormida allí a su lado, abrazada a Raion, el gato que encontró hace pocas semanas.

Ese gato no había sido más que problemas, pero tenía su pata herida, así que la dejaron cuidarlo hasta que se recupere.

El gato la arañaba, le gruñía, se escapaba, pero ella lo amaba igual… tanto que había dejado de pasar tiempo en el laboratorio con él, cosa que lo tuvo bastante deprimido.

Apenas el gato se curó, se escapó, y Tsukiku lloró mucho, pero esa misma noche el gato regresó despertándola a medianoche y portándose extrañamente cariñoso, así que la pequeña manipuladora se metió al cuarto de sus padres (donde dormían con Shizuku ya que practicaban colecho y aún era muy pequeña) y les pidió que como regalo de cumpleaños la dejarán quedarse con ese pequeño bastardo felino.

Senku y Kohaku fueron incapaces de decirle que no, y acabaron durmiendo toda la familia en la misma cama.

No obstante, esta vez algo cambió.

Kohaku se durmió abrazando a Shizuku, algo normal, y Senku pensaba abrazar a Tsukiku, pero… ella le dió la espalda… y se durmió abrazando al maldito gato al que nombró Raion.

Senku detestaba a ese gato, le robaba a su princesa…

Por un momento, pensó en tomar a la miserable criatura naranja y lanzarla a dormir afuera, pero entonces vio la sonrisa feliz de Tsukiku al dormir y su mirada se ablandó inconscientemente.

Sintió a Kohaku apoyar la mejilla sobre su hombro.

—Algún día tienes que dejarla ir, ya sabes. —Lo miró con diversión, como si supiera exactamente lo que estaba pensando.

Él rio entre dientes.

—Lo sé… pero no será hoy.

Ambos rieron y volvieron a recostarse, con Senku posando una mano sobre el cabello de Tsukiku, feliz de que, al menos por ahora, ella siguiera siendo su pequeña princesa.

Fin.

Primero de abril! Feliz cumpleaños, Tsukiku! :D

Aunq el 1 de abril también es el dia de los inocentes... qué coincidencia... jeje...

Y finalmente salí del hiatus! Aunq por ahora no estaré muy activa xP

Igualmente el 8 de abril empieza la Semana SenHaku del grupo de face, asi q no duden q participare ;D

Ojala q les haya gustado! Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

One-shots SenHakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora