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—¿le pediste sexo a un omega?— Preguntó Changbin con la boca repleta de frituras, él estaba sentado en su sillón con la ropa interior puesta. Solo eso. O al menos eso.—¿Cómo demonios encontraste un omega? Están extintos, ni siquiera yo he encontrado un omega hombre.

—Cuidé de su cachorro.— Respondió Minho casi sin ánimos . —Es una historia larga, y quiero olvidarlo. No creo que regrese.

Cuando Jisung se fue le aseguró que regresaría, le dijo que sería muy irresponsable tener sexo con un desconocido frente al cachorro y que no quería darle un mal ejemplo. Y era curioso porque Jisung dijo después  que entre ser un mal ejemplo y quererlo muerto había una línea que no quería cruzar ¿Qué demonios? De cualquier forma Minho prefirió no meterse en ese asuntó y dejó que las cosas pasaran. Jisung se fue, y había pasado una semana entera pensando en que volvería.

—¿seguro que no comenzaste a delirar? Seguramente estás en la etapa de negociación. Tu mente intenta procesar que hay una esperanza.— Changbin se estiró pateando las cosas de la mesita para poner sus pies allí. Ah, él era tan mimado que Minho nunca podría acostumbrarse. —De cualquier manera, tiene que ser un omega bonito, no tienes malos gustos.

—Es bonito. Más o menos.— Suspiró moviendo las hojas de la mesa. Se había estancado con su última historia. —Y si no lo fuera estoy dispuesto a cubrirle el rostro.

O no. Ya había intentado apagar las luces y hacerlo sin ver, también contrató a alguien para que cubriera sus ojos y lo manejara, pero terminó gritando una palabra de seguridad y despues se fue de ahí con la dignidad en el suelo. Era patético. Y absurdo. Y triste. Miró las hojas donde escribía y suspiró para romperlas una por una, no le gustaba. La idea que había comenzado a surgir se esfumó con el recuerdo de Jisung.

¿Realmente quería tener sexo con alguien así? Como que Jisung se veía maltratado y enfermo, sus ojos grises llenos de tristezas y mierda parecida. Minho ya era triste, si tenía sexo con Jisung sería una anécdota depresiva. Su primera vez sería tan triste como todas sus no-vez. Recordó su bonito rostro intentando sentir algo por él, pero nada. Ni siquiera una chispa o algo similar que cuando vio a Changbin sin ropa. Aunque ahora veía a Changbin sin ropa y quería regañarlo.

—Si tiene hijos a la mejor podría mecerte por un rato hasta que te acostumbraras. Sería como tener sexo con tu madre.— Dijo Changbin mirando la televisión. —Freud estaría orgulloso de ti.

—¿en serio quieres que piense en mi madre cuando esté a punto de coger?— Preguntó con fastidio y Changbin se rió.

—Si, ella estaría orgullosa de que su hijo dejara de ser virgen.— Respondió el chico poniéndose de pie para estirarse. —¿Sabes? Cuando me contrataste pensé que eras un pervertido. Comenzaste a temblar y a sudar mucho antes de que te tocara, pensé que te vendrías en tus pantalones y yo tendría dinero gratis.

Todo fue más o menos así, solo que sin la parte de la corrida. Minho nunca lo había hecho, quizás un par de accidentes húmedos durante las noches de su adolescencia, pero hasta ahí, despues se esfumó por completo. De cualquier manera alejó los recuerdos con Changbin y suspiró empujando los papeles de la mesa. No iba a escribir ese día.

—Comencé a temblar porque no se te ocurrió decirme que eres un alfa.— Se defendió con lo que pudo. —¿Quién carajos quiere su primera vez con un alfa? A menos de que estuvieras dispuesto a darme el culo.

—Claro, te lo doy.— Minho lo miró con sorpresa hasta que Changbin se echó a reír. —¿lo quieres? ¿ven? Tengamos sexo.— Bin abrió los brazos y Minho suspiró.

—Estoy a punto de sacarte de mi departamento.

—Tú eres el que lo pidió. De cualquier forma, ¿Por qué no un alfa en lugar de un omega? La gente que me contrata siempre pregunta si conozco a algún omega.

Volvió a suspirar esta vez con más calma. Podía recordar aquella noche donde no fue capaz de tocar a Changbin. Terminó temblando hasta el punto de casi llorar y era patético, y cuando el alfa se acercó a él fue amable, le dijo un par de palabras de consuelo y le colocó una manta encima ocultándolo del mundo. Despues se puso la ropa y se sentó a su lado diciendo algunas cosas que Minho no podría olvidar.

—Cuando te conté de mi problema dijiste algo...— Habló con los ojos puestos en la madera del comedor. —Dijiste que tendría una oportunidad si encontraba un omega. Ellos están acostumbrados a obedecer y a ser devotos.

—Ah, si, se supone que así son. Se supone que los omegas son buenos para echarse sobre su estómago y esperar que alguien los maneje. Son algo así como muñecas vivas... Despues tienen cachorros y se dedican a cuidarlos. Creí que te serviría un omega así. Pero no debes de escucharme eso es lo que decía mi hermano y mi hermano era un idiota.— Changbin suspiró. —Las omegas mujeres suelen ser demasiado delicadas, por eso sugerí un omega hombre. Pero no pensé que lo encontrarías.

—No sé si vaya a volver.— Lo más probable era que no. —Aún así... Es absurdo. He tenido personas a mi disposición y a pesar de eso no he podido hacer una mierda.

—Los omegas son distintos.— Mencionó Changbin con una pequeña sonrisa. —En palabras de mi hermano. "Ellos te obligan a cogértelos"... Oh, eso se escucha como una mierda. Antes pensaba que estaba bien si lo decía mi hermano, ahora suena idiota.

Minho asintió.

—Suena idiota.

                     
                                 

Touch [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora