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"Ven aquí." Jisung se acercó con curiosidad, no quería acercarse demasiado, las constantes advertencias de sus padres comenzaban a hacer un hueco en él. Se detuvo a pocos metros y el alfa le sonrió. "Dudo que puedas ver desde allí. Acércate más."

"¿no tienes miedo?" Preguntó dando un salto sobre una roca.

El pequeño rio estaba a solo un par de metros, era de noche y en tiempos de lluvia solía ser agresivo y peligroso, un cachorro murió gracias a eso, Jisung no lo recordaba como tal pero sí recordaba los gritos de la mujer que corría al rio, ella estuvo a punto de suicidarse en ese lugar. De pequeño no lo entendía, ella parecía desesperada y triste, no entendía porque ella también quería morir junto con su hijo.

"Dame la mano." El alfa lo tomó de la muñeca y lo jaló, Jisung se pegó a su cuerpo para no caer y sintió su aroma tranquilo. Ambos se agacharon para ver el agua. "Mira, bebés." Señaló a los renacuajos. "Traería a Seungmin si no fuera tan miedoso."

Metió la mano en el agua, estaba fría, aun así tomó a los pequeños renacuajos y los examinó. Su madre estaría molesta, ella ya no lo dejaba hacer nada desde que se enteró, ella siempre estaba intentando cuidarlo, como si Jisung ya no fuera el mismo, como si hubiera dejado de ser el Jisung que corría de un lado al otro y de vez en cuando se golpeaba con las cosas, y ahora pasaba a ser el delicado Jisung que no podía cargar nada pesado ni ensuciarse.

"Comételos." Bromeó con el alfa y este hizo una mueca de asco. Soltó una risa y los regresó al agua. "Traeré a Jinnie para que los vea."

"Para cuando lo traigas ya tendrán pequeñas patitas y dientes. No se pueden quedar pequeños para siempre."

"Esperaré hasta que nazcan nuevos." Alzó la mirada encajando sus ojos grises en los del alfa quien se rió por una razón desconocida. A diferencia de sus ojos claros el alfa tenía un color levemente más oscuro, pero seguían siendo grises, y era aburrido la mayoría del tiempo, si hubieran sido negros entonces le habrían interesado más. Le mostró la lengua con desagrado por esa razón.

"¿eh? ¿Ahora que hice?" Preguntó el alfa. "¿estás molesto de nuevo? ¿Por mis ojos? Eso es infantil."

"Me gustaría que fueran oscuros."

"¿oscuros como los de los monos?" Asintió alzando su mirada de nuevo. "Soy un lobo, este es el color más oscuro al que podemos llegar, lo siento, mi Sunggie."

Mi Sunggie. Por alguna razón siempre se sonrojaba cuando lo escuchaba decirlo. El alfa extendió la mano y tocó su mejilla con las manos cálidas, Jisung respiró profundo y llevó sus dos manos para sostenerlo. Besó la palma y volvió a respirar impregnándose con el agradable aroma.

Se sintió triste. Devastado, y comprendió a aquella mujer que quiso lanzarse al lago junto con su hijo.

—¡Jisung !...— La voz de Minho lo despertó de golpe y sus ojos se abrieron con sorpresa, sintió sus mejillas húmedas y el calor de su cuerpo. No comprendió durante varios segundos así que parpadeó para aclarar su mirada encontrándose a Minho frente a él, sus ojos oscuros mirándolo con sorpresa y preocupación. —¿estás bien? Estabas llorando. ¿es otro proceso pre-celo? ¿Tienes que deshidratarte o algo así?

Solo un sueño. De tantas noches en las que pudo soñar con él, de tantos años en los que quiso hacerlo ¿Por qué ahora? ¿Por qué allí? Minho no paró de decir tonterías en todos esos segundos en los que tardó en reaccionar, pero estaba bien, Jisung solo lo miró a los ojos por varios segundos. Los monos tenían ojos marrones, los de Minho eran casi negros y gracias al tamaño pequeño y la forma rasgada se oscurecían más. Realmente lindo.

Minho colocó una mano sobre su mejilla y se sintió cálida, suave, y fue suficiente para que el insoportable calor comenzara a esparcirse, la necesidad de tocar picando en sus manos y piernas, la necesidad de solo extenderse en el colchón y dejar que alguien más se encargara. Su celo solía ser insoportable, pero esta vez tuvo que respirar y contenerlo, porque no quería asustar a Minho. Respiró profundo hasta que se dio cuenta de lo ruidoso e inestable que estaba siendo.

—Estoy bien...— Murmuró justo cuando sus piernas dieron un pequeño espasmo por el roce de las sabanas. —Minho ...

Minho apartó su mano como si lo acariciara, y eso fue un fuerte ataque hacia él, sintió su entrepierna palpitar y tuvo que moverse intentando calmarlo, todo su cuerpo ardía. Minho presionó sobre una pequeña marca que comenzaba a desvanecerse sobre su cuello, y Jisung no comprendía porque siempre tocaba en esos lugares.

—¿Cómo hizo esta?— Preguntó el mono presionando un poco más. —¿Cuándo va a borrarse?

—Te molesta.— Preguntó, o algo así, porque estaba respondiéndose a si mismo. Minho se mantuvo callado. No pudo evitar sonreír. —Haz una tú, sobre esta. Bórrala si quieres.

Jisung realmente no esperó que Minho saltara sobre él solo para acercarse, su aliento golpeó contra su piel sensible y gimió. Gimió porque su celo estaba gritándole que lo hiciera. Respiró profundo sintiendo el calor del cuerpo de Minho y estuvo a punto de pedirle que se apartara, pero no lo hizo, tampoco lo tocó o se movió, sabía que Minho podría incomodarse si intentaba hacer algo que él no pudiera ver.

Al principio dudaba un poco, pero ahora estaba seguro; Minho tenía que verlo, tenía que tenerlo enfrente y saber lo que hacía, tenía que poder detenerlo de un momento a otro. Por eso todos los toques de Jisung eran superficiales.

—Jisung ...— Le recorrió un escalofrió cuando sintió la voz golpear contra su piel. —Estás...— Abrió los ojos dándose cuenta que los había cerrado. Leeknow no lo miraba. —Estás restregándote contra mi pierna.

¿Eh? Ah...

Cubrió su rostro sintiéndose sonrojado y dándose cuenta de ello, realmente estaba restregándose como un perro, mecía sus caderas apretando su erección contra la pierna de Minho. Le faltaría ladrar para volverse su mascota. Se dejó caer aflojando su cuerpo y le ordenó quedarse así, le ordenó con especial insistencia quedarse quieto. Bien ¿Por qué era tan vergonzoso?

—Lo siento...— Balbuceó como si estuviera llorando, de nuevo gracias a su celo. —Lo siento... ¡Es tu culpa por ponerte encima! ¡Apártate!

Minho se sostuvo sobre sus brazos y lo miró, su rostro serio haciendo que Jisung volviera a ocultarse detrás de sus manos. Era vergonzoso, todo ese tiempo intentando ser racional y priorizando la comodidad de Minho como para que su estúpido celo fuera a joder todo el avance. Si Minho se asustaba y se iba ¿Qué haría Jisung? Regresar a casa y tomar todos los supresores posibles para controlarlo.

No tenía otra opción.

Gimió cuando sintió el suave roce sobre su entrepierna. Minho se acomodó para volver a tocarlo.

—¿Por qué te volviste tan ruidoso?— Aunque escuchó la pregunta no pudo responder. —¿Es por el celo?— Asintió.

Cerró los ojos con fuerza intentando callarse, pero los constantes golpes de Minho a su entrepierna, y el hecho de que era él quien lo hacía estaba mezclando sus sentimientos y emociones. Miró hacia abajo encontrándose con la extraña imagen; Minho estaba rozando sus entrepiernas restregándose de arriba abajo, o en círculos, tan jodidamente extraños que Jisung decidió dejar de pensar.

Gimió cuando Minho lo besó en el cuello, tan húmedo y extraño que tuvo que cubrir su boca para dejar de hacer ruido. Jaehyun solía decirle que era estresante, y que las personas alrededor no se tenían que enterar de que estaba en celo, solo molestaba. Ah ¿Por qué tenía que pensar en él justo en ese momento?

No se dio cuenta cuando se corrió en su ropa, y tampoco cuando Minho lo hizo, pero su cuerpo se tensó de repente y abrazó al mono con fuerza, su respiración cortándose por algunos segundos antes de soltarlo.

Pudo escuchar la respiración agitada de Minho.

—Las ranas no tienen dientes...

—¿Qué? ¿las ranas?— Minho preguntó viéndose confundido.

Touch [Minsung]Where stories live. Discover now