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—¿Una semana?— Preguntó su nueva compañera de trabajo, era joven y aprendía rápido. —¿Qué clases de vacaciones son esas?

Minho terminó pidiendo una semana de vacaciones, el dueño era amable y Minho nunca pedía un aumento o faltaba, siempre fue un buen empleado porque no tenía nada más que hacer, por lo que el hombre se apiadó de él y le dio vacaciones confiando en que la nueva chica no iba a renunciar tan rápido. Esa semana Minho se encargaría de enseñarle a la nueva y después se largaría por una semana para respirar lejos.

La puerta se abrió dejando pasar a los mismos lobos de siempre que hacían poco escándalo, esta vez habían tres mujeres y cuatro hombres, sabía que la mayoría de los hombres solían ser alfas y las mujeres omegas, pero no era su asunto y la última vez que se metió en ello terminó cuidando a un cachorro y a un omega. No quería problemas, así que ignoró a los tipos y dejó que subieran al segundo piso sin prestarles atención.

—Si aprendes rápido podría tomar vacaciones desde mañana o pasado mañana.— Balbuceó acomodando su área. El dueño le había dicho eso cuando planteó la posibilidad de dos semanas de vacaciones. —Así que revisaré cómo haces tu trabajo hoy.

—Trabajaré mal.— Advirtió la chica con algo de humor. —Si eres amable seré buena contigo, ya he trabajado en lugares así antes. Solo necesito memorizar donde está cada cosa. Y las bebidas que desconozco, son pocas.

—El chico pasado las aprendió rápido, y se fue rápido.— Recordó a Chan, el chico anterior que tenía una mierda con hablarle a una planta. —Quizás no quiero una semana más de vacaciones. Te trataré como a todos.

—Oye ¿tu novia te está obligando a tomar vacaciones?— La chica bromeó zarandeándose un poco. —¿está cansada de no tenerte durante las noches? Apuesto que le aburre el sexo en las tardes.

—¿te parezco alguien que tenga una novia?

—Uh, que humor. Pareces alguien que no coge nunca.— Hizo una mueca y la chica soltó una carcajada. —Lo siento ¿los viejos tienen problemas con hablar de eso? Dijiste que tenías 34 años, no 43.

—Sería grosero si ahora no quisiera más que nunca esas dos semanas.— Se quejó mirando a la chica que se encogió en hombros.

—¿o tienes un novio? Es chico ¿verdad? A puesto que es un sexi chico que quiere tu compañía.— Ella pareció leerlo porque soltó una carcajada. —si es un sexi chico que quiere tu compañía. Como sea. Seré buena contigo y demostraré que puedo trabajar sola. Tu chico me lo agradecerá.

—No es mi chico.— Respondió sin interés.

—¿tu hombre?— Miró a la chica y despues suspiró. —¿es un hombre grande? Tienes cara de bebé así que podría ser un hombre grande, quizás uno viejo. Iugh, ahora pienso que tendrás vacaciones para cambiarle el pañal a un anciano.

—Tiene veinticinco años, difícilmente es un anciano, o un hombre. Si es un chico, pero no es mi chico.

La chica soltó un pequeño asentimiento junto con un par de sonidos extraños. Era estresante, como Chan, pero se le soltaba la lengua de una forma tan fluida y extraña que terminaba conversando. Quizás era bueno a su edad, Minho nunca fue así ni cuando era joven, siempre callado y un poco serio, las personas solían aburrirle con facilidad así que no tenía muchos amigos, aunque sí fue popular en sus años de escuela.

—A los veinticinco años ya es un hombre.— Dijo ella como si apenas estuviera razonando.

—Cuando tengas treinta verás que no.

Escucharon un fuerte golpe en el piso de arriba y ambos levantaron la mirada con curiosidad. Hubo un delgado grito y despues otro golpe.

—Ah...pobres chicas.— Murmuró su compañera regresando a limpiar.

Por alguna razón no pudo dejar de mirar al techo.

                                 

Touch [Minsung]Where stories live. Discover now