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Minho estuvo a punto de introducir al sin nombre en Jisung hasta perderlo de vista, no era por gusto, tenía una razón válida; Jisung no había dejado de presionarlo contra la parte más sensible de su cuerpo, como si quisiera meterlo en él a través de la ropa, y aunque fue incómodo y odioso no había sido suficiente como para que Minho se deshiciera por completo del consolador. Bien, en realidad no tenía problemas sobre cómo y por donde perder la jodida virginidad, pero no se sentía bien, le incomodaba y lo ponía más nervioso que en otras situaciones.

—Cuidado...— Advirtió Jisung con un gemido cuando Minho dejó de empujar. Ya había visto esa escena antes, pero ahora era él quien sostenía el juguete, era él quien decidía sobre este y Jisung solo podía mantenerse quieto, entregándole todo el control.

—Está muy mojado.— Fue lo único que atinó a decir observando la piel húmeda y las gotas que corrían por sus muslos. Eso no era normal en las mujeres, o eso pensaba. —¿por aquí salió tu bebé?

—Cállate.— Murmuró el omega con el rostro sonrojado.

No quería callarse. Encendió el juguete y Jisung soltó un largo gemido mientras que Minho solo observó, lo movió cuidadosamente siendo inexperto, explorando el cuerpo del omega y aprendiendo de este. Era gracioso, ni siquiera el porno se había visto así, tan real y a pocos centímetros que Minho podía sentir el calor corporal, su mano temblando mientras sostenía el dildo. Era lo más cerca que podría estar de tener sexo. Acarició el borde de la piel del omega con el dedo y este dio un pequeño salto con un gemido.

—Las mujeres embarazadas suelen tener estrías ¿Por qué tú no tienes?— Jisung no pudo responder entre gemidos. —¿Dolió parirlos? Tu cachorro... el que cuidé era demasiado callado y pequeño.

—Basta...— Murmuró Jisung con el cuerpo vibrando.

—Aun tengo la duda de como los alimentas... Dejaste solo un par de biberones cuando me encargaste cuidarlo. Y él comió como cualquier otro bebé.

—Minho...— Jisung gimió con fuerza cuando Minho introdujo más adentro el consolador, este deslizándose con facilidad gracias al lubricante de Jisung.

—Se parecía un poco a ti. Pero... Antes no me importaba pero ahora tengo esta duda.— Suspiró profundo mientras subía la intensidad del juguete. Jisung comenzó a dar suaves patadas que no llegaban a golpearlo. —Tu bebé tenía algunos golpes a pesar de ser tan pequeño... Marcas moradas y parecía débil...

Aquello que había lanzado hasta el fondo de su mente comenzaba a aparecer. No era solo curiosidad.

—No...No quiero hablar de eso ahora...—Jisung volvió a gemir ocultando su rostro entre las almohadas, suprimiendo un largo jadeo.

—Tampoco lloró durante lo que estuvo aquí...

—Deja...eso...

—¿tus hijos no te extrañan? Es solo que... sus dos padres no están.— Era tarde para sentir culpa, pero aun así había rondando un poco en su cabeza, porque antes no le importaba. Ahora parecía un poco diferente, porque se trataba de Jisung. —Ese bebé...Parecía delicado, como si necesitara ayuda...

Jisung lo pateó de pronto y en un movimiento rápido tomó el consolador sacándolo con brusquedad, Minho solo pudo sostenerse de la cama para no caer, y en un parpadeo el consolador golpeó en su ceja derecha haciéndolo cerrar el ojo y cubrir la zona con la mano. Dolió, soltó un quejido y encaró al omega quien jadeaba empujándose con ambas piernas hasta la cabecera, su cuerpo aun desnudo siendo cubierto por sus brazos. Estaba jadeando con fuerza, y sus ojos grises puestos en algún lugar de la cama.

—Incluso tú...— Murmuró Jisung. —Incluso tú te preocupas por ellos...— Su voz sonó oscura y rota. —¿y que si se ven delicados? ¿Qué si parece que morirán? Todo el jodido mundo se preocupa por ellos, todos los cuidan y son el jodido centro... Todos los quieren... ¿Qué más debo de darles para que me dejen en paz?... No... No los soporto.— Jisung suspiró apretando los puños sobre la sabana. —¡Si tanto lo quieres ve por él! ¡Llévate a ese jodido cachorro y vete a la mierda con él!

—¡No quería...!— No consiguió terminar la frase, Jisung le lanzó una lámpara y Minho consiguió evadirla. —¡Si quieres golpearme ven y hazlo! ¡Pero deja de lanzar cosas!

Jisung dejó de moverse, su cuerpo aun temblaba y su rostro apenas era visible, se veía mal, triste y desesperado, y Minho sabía porqué, lo sabía porque él lo ocasionó, porque no se detuvo aun cuando Jisung le había dicho que no estaba cómodo con ello.

—¡¿quieres saber como los omegas tienen a sus jodidos cachorros?!— Jisung gritó sin mirarlo. —¡Los cogen hasta que queden preñados! ¡El nudo se expande y duele, sangra y arde por horas hasta que el jodido alfa deja de soltar todo dentro! ¡Da un jodido asco y despues solo se van!...Y...Y...— Jisung sollozó antes de continuar. —Y cuando por fin hay algo allí adentro...todo se vuelve peor...— Las manos del omega se dirigieron hacia su vientre y encajó sus uñas allí, presionando con tanta fuerza que Jisung quiso evitarlo. —No podía pasar ni un minuto sabiendo que eso estaba allí...Solo...Solo quería expulsarlo de mi cuerpo...No me importaba si estaba vivo o no, solo lo quería fuera... lo odiaba demasiado... Y ahora que están fuera ellos se llevaron jodidamente todo.

Oh. Se acercó de golpe y lo abrazó sosteniendo sus manos para que dejara de lastimar su piel, Jisung lloró, no se molestó en apartarlo ni huir, no se molestó en reclamar. Jisung solo lo dejó tocarlo, y eso cavó un hoyo en el pecho de Minho. No estaba bien. Y cuando los segundos pasaron y no recibió respuesta lo soltó, porque Jisung no quería que lo tocaran, al menos no en ese momento. Bien, se sentía como un idiota. Un idiota insensible, y lo era pero no solía importarle. Ahora sí.

—Hey...— Lo tomó del rostro y lo obligó a mirarlo. —Lo siento... Solo estaba siendo un idiota...

—No quiero odiarlos...— Dijo Jisung encajando sus ojos en los de Minho. —Pero son sus hijos... Nunca fueron míos...y no quiero que lo sean. — Minho asintió apretando los labios. —Puedes... ¿al menos puedes fingir que soy yo el que te importa?

Esa pregunta no fue para Minho, y pudo reconocerlo al instante. Aun así extendió los brazos y atrapó al omega volviéndolo a abrazar. Quería cuidar de él, todo el maldito día.

—Me importas.— Murmuró tomando una de las manos de Jisung y colocándola sobre su pecho, su corazón casi saliendo de allí. —Quiero cuidarte hasta que todas las marcas se vayan.

Jisung sollozó abrazándolo en respuesta.

Bien, ya era tiempo de aceptarlo.

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Les dejo papel para las lágrimas y las que faltan 🧻

Touch [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora