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Despertó con el golpe en su entrepierna. Fue doloroso, horrible y la peor manera de despertar en su vida. Le habían tirado agua, lanzado al suelo, mordido, gritado, asustado, pero nunca se habían metido con su entrepierna de una forma que parecía personal. Soltó el quejido y rodó en la cama con ambas manos sobre la zona, el dolor le recorrió la mayor parte del cuerpo mientras que alejaba el pie culpable de todo. Jisung lo pateó mientras dormía, el omega realmente lo pateó.

—Con razón tu alfa te pega.— Dijo en voz alta recuperándose poco a poco del dolor. Jisung giró sobre la cama sin despertar. Lo empujó con el pie mandándolo al suelo.

—¡Ah! ¡¿Qué haces?!— Jisung se levantó de allí molesto, y Minho estuvo a punto de darle otro golpe, pero Jisung saltó molesto sobre la cama. —Deja de lloriquear por un simple golpe.

¿Simple golpe? Mandó su pie directo a la entrepierna de Jisung, pero este consiguió soltar de la cama y esquivarlo. Fue estresante porque no supo si él fue lento o si el omega fue muy rápido, pero cuando se dio cuenta tenía el pie de Jisung amenazando su entrepierna, y no había escapatoria, si se atrevía a golpear Minho solo tendría el 50% de posibilidades de perder la castidad. Se quedó quieto como si estuvieran apuntándolo como un arma.

—Baja el pie...— Intentó negociar. Jisung no se movió. —¿Qué los lobos no tienen un código de honor? Las entrepiernas están prohibidas. Ambos cometimos errores, ahora aleja tu pie lentamente.

El omega se quedó quieto, toda su estabilidad puesta en su otro pie mientras que no se sostenía con nada. Ambos quedándose en el mismo lugar sin atreverse a dar un paso. Jisung tenía toda la libertad de ganar, pero Minho estaba contra la espada y la pared... contra el pie y la cama, su virilidad en juego con cada segundo. Miró al omega, el pijama dejaba ver su figura gracias a la luz, como una silueta, y le gustó. Le gustó tanto que quería escribir sobre ello, así que tomó el pie de Jisung y lo jaló con fuerza derribándolo en un segundo. El omega cayó a la cama con un grito.

Trepó sobre él buscando su cuaderno y un bolígrafo en la mesita de noche, cuando los tomó regresó a su postura ignorando a Jisung quien luchaba por acomodarse rodando como una tortuga, había perdido toda la gracia.

—¿Qué haces?— Preguntó el omega una vez se sentó. —¿escribes? ¿Tan temprano?

—Cállate.

—¿puedo leer?

—No. Cállate.

Jisung se inclinó cerca metiéndose entre sus brazos, estorbando su escritura como si fuera nada. Minho no lo quitó, tan solo alzó los brazos sin dejar de escribir sintiendo que si se detenía perdería todo.

—Déjame ver.— Jisung intentó apartarlo, pero Minho no lo permitió. El omega estaba comenzando a ser estresante. Y cuando se detuvo fue casi una maravilla. —Que aburrido.— Murmuró Jisung recostándose en su regazo. —¿Por qué tienes pijamas más grandes que tú?—No respondió, pero eran de Changbin. —¿tu pene está bien? ¿Dolió mucho? Hace mucho que no dormía con alguien a quien pudiera patear...

Acarició su cabeza con una mano para darle respuesta, pero no dejó de escribir aunque su cuaderno amenazaba con caerse. Jisung cerró los ojos y por fin se quedó callado.

Cuando dejó de escribir Jisung aún  recargaba su cabeza en su regazo, viéndose tan tranquilo que al principio creyó que había vuelto a dormir, pero no, el omega solo miraba algún punto en blanco de la habitación.

No pudo evitar sonreír.

                                 

Touch [Minsung]Where stories live. Discover now