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Toda la habitación olía a Jisung, estaba fria así que no era incómodo y de cualquier manera el olor de Jisung era un tanto agradable, así que no le molestaba del todo. Se acercó a la cama y miró al lobo dormir sobre ella, se había hecho un ovillo y mantenía los ojos cerrados junto con una respiración tranquila, su cabello rubio alborotado alrededor y su pie un poco más sonrosada de lo normal. Se preguntó si en realidad estaba dormido.

—Hey.— Lo llamó. —Vete a tu casa, tu sirviente te espera.— Jisung no respondió. —No me hagas lanzarte agua encima. O tirarte de la cama.

—Golpéame si quieres. No importa.— Murmuró el omega sin abrir los ojos.

—¿sabes? Realmente me ejército, no golpeo suave.— Jisung abrió un ojo y levantó su camisa mostrándole el costado de su torso, como si lo invitara a golpear allí. Suspiró.  —No te golpearé.

—Lo sé.— Jisung se sentó sobre la cama mirándolo fijamente, sus ojos grises brillando un poco más que otros días. —No quiero irme.

—No me importa. Vete.

—Tendré sexo contigo.

—No estoy de humor. Puedes volver cuando realmente quieras tener sexo, ahora solo buscas una excusa para quedarte.

Jisung suspiró viéndose cansado y Minho hizo lo mismo. Las luces neones apenas los iluminaba. El omega extendió la mano y lo tomó obligándolo a sentarse, Minho solo cayó en la cama y esperó a que se fuera, o esperó lo que sea que Jisung estaba tramando, porque tan pronto estuvieron cerca Jisung se inclinó para besarlo. No se negó.

Minho podría ser inexperto y torpe con las relaciones sexuales, pero no con las personas, Jisung solo intentaba convencerlo para quedarse, sin embargo Minho lo dejó besarlo porque al final no cedería, lo mandaría de vuelta a casa en cuento se sintiera satisfecho y dormiría tranquilamente hasta la mañana. No tenía problemas en esa situación.

Jisung colocó todo su peso y Minho tuvo que dejarse caer en la cama, en realidad podía soportarlo, pero quiso recostarse y solo dejar de pensar un momento. Cuando el omega dejó de besarlo Minho mantuvo su mirada en el techo y dejó caer sus brazos sin interés, Jisung tendría que irse en ese momento, porque no le iba a pedir quedarse.

El omega lo besó en la mejilla, sus delgadas manos puestas debajo de la ropa de Minho, tocando su estómago, eran cálidas así que no le molestaba. Otro besó llegó aterrizando en su mandíbula, y otro en su cuello. Minho suspiró alzando un brazo para tocar la espalda del omega y detenerlo, pero no lo hizo, mantuvo su mano cerca. Jisung subió su camisa con ambas manos y el frio de la habitación le erizó la piel.

Sus manos eran cálidas y ahora estaban sobre su pecho, tocando con firmeza y sosteniéndose para no caer, los besos bajaron hasta ese lugar y su pecho dejó de moverse; simplemente contuvo la respiración. El omega no le dio importancia y se impulsó un poco regresando a su cuello y hombros, sintió un extraño cosquilleo cuando Jisung chupó duro sobre su clavícula.

Respiró profundo cuando la atención del omega regresó a su pecho y sus manos bajaron hasta su pantalón. Intentó desabotonarlo. Su respiración volvió de manera agresiva y su mano estuvo a punto de detenerlo, pero no debía, si quería hacer algo... si quería avanzar y no acobardarse entonces debía dejarlo seguir, ignorando cualquier sensación incomoda dentro de él, tenía que dejarlo y olvidarse de ello. Se obligó a si mismo a no tocar a Jisung y dejarlo en paz.

Cuando el botón estuvo resulto su corazón se aceleró de una forma tan ridícula y exagerada que fue lo único que pudo escuchar. Su ritmo cardiaco no podía ser normal a ese punto. Estaba mal, quería detenerse y alejarse, pero se obligó a mantenerse quieto mirando un punto blanco en las luces neón. Si podía soportar esto entonces sería más fácil, todo terminaría.

Touch [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora