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⚜️⚜️⚜️

—¡Muy bien! Este grandullón de aquí es Buckbeak.— dijo la voz de Hagrid muy emocionado.

Todo el curso dio un paso atrás al ver nada más que un hipogrifo. Y es que además de ser muy grande, parecía asustado, por lo tanto peligroso.

—¿Quién quiere tocarlo?— preguntó el semi gigante con una sonrisa mirando a sus alumnos quienes volvieron a dar un paso hacia atrás. Todos menos uno.— Muy bien, Harry acércate.

El azabache el cual estaba encantado con el animal, se acercó con algo de miedo ante la mirada de todo el mundo.
—Ridículo.— murmuró Draco.

El platinado, el cual estaba de pie junto los otros chicos y chicas se dio cuenta de que Leah no se había inmutado. Ella seguía sentada en la roca, al parecer dibujando algo.

La chica no le hizo falta ver quien había ido con ella. Sabía quien era.
—¿Que puedo hacer por ti?— preguntó aun enfocada en su dibujo.

Draco se sentó de mala gana a su lado y miró el dibujo. Se extrañó al verla dibujar un perro.
—Dibujas bastante mal.— mencionó este finalmente, con intención de molestarla.

Leah solo soltó una risa sarcástica.
—Claro, porque tú seguro que lo harías mejor.— dijo irónicamente sin aún mirarlo.
—¿Acaso lo dudas?— preguntó este.

La Slytherin cerró su libreta y por fin, se fijó es  este el cual lo tomó por sorpresa.
—Te dije que no molestaras a mi hermano.— fue lo único que dijo ella.

¿Estaba de broma?
—No lo dices en serio. Después de todo...— empezó a decir este sin entender a la chica.
—De todo, ¿qué? No es tu guerra.— mencionó ella.

Ambos chicos en ese instante se fijaron el los aplausos que provenían de su curso, pues Harry, acababa de subirse al hipogrifo. De nuevo siendo el centro de atención.
—Podrías hacerle honor a tu casa y valorarte más.— dijo el platinado levantándose de allí.

—Valórate tú y cuida tu imagen.— dijo ella haciendo lo mismo, quedando cara a cara con el platinado.— Estoy segura de que a tu padre no le haría gracia que defiendas a una Potter.
—No sabes de lo que hablas.

Leah recogió sus cosas y miró a su hermano el cual reía con sus amigos, por haber montado en un hipogrifo, para luego mirar al platinado.
—Ambos sabemos de que hablo, Malfoy.

Y así, la chica no perdió más tiempo y se fue de la clase sin que nadie se diera cuenta pues no quería estar más ahí.

Caminó por los pasillos sin un destino fijo y finalmente decidió sentarse en el suelo, fuera del aula donde le tocaría su siguiente clase.

Suspiró y cerró los ojos un momento intentando visualizar de nuevo aquel patronus del perro que la salvó en el tren. Cuando tenía la imagen, siguió retocando su dibujo.

—Dibuja bastante bien señorita Potter.— dijo una voz detrás de ella.

Leah se asustó por momentos al ver al nuevo profesor, Remus Lupin apoyado en la puerta, mirándola con curiosidad. Luego se levantó algo avergonzada y se encogió de hombros.
—Bueno, hay diferentes opiniones sobre eso.— bromeó ella al recordar el anterior comentario del platinado.

—¿Que hace aquí? ¿No tiene clase?— preguntó el hombre haciéndola pasar al aula para poder hablar mejor.
—Digamos que... me aburría.— explicó está dejando sus cosas encima de un pupitre.— ¿Y usted?

Remus la miró con una pequeña sonrisa recordándole a lo curiosa que era Lily.
—Es mi hora de descanso.

La chica asintió mientras analizaba el lugar, parándose en un armario gigante.
—¿Podría preguntarle algo?— dijo ella de repente con algo de timidez.

—Mientras pueda responderle, si.— mencionó este.
—¿Como se conjura un patronus?— preguntó sin más, sorprendiendo al hombre.— ¿Por qué su patronus tiene forma de perro?

Sin duda una mente brillante, pensó Remus recordando a Lily, reflejada en Leah.
—Verás... conjurar un patronus es algo complicado. Depende de la persona, sus recuerdos... y situación.— empezó a explicar este.

—¿Recuerdos?

El hombre alzó su varita y pronunció "expecto patronum" conjurando así su patronus, de color azul, bonito y reluciente. Era realmente asombroso.
—Profesor Lupin...— dijo ella no obstante confundida.

El hombre dejó de conjurar a su patronus y la miró, esperando cualquier queja o cuestión de ella.
—Usted no me salvó en el tren, ¿cierto?— preguntó ella mirándolo fijamente.

Efectivamente, el patronus de Remus era un lobo, semejante al perro, pero no igual. Muchos pasarían por alto ese detalle pero alguien como Leah no.
—No. No fui yo.

Ella asintió y poco a poco empezó a retroceder intentando pensar quien podía haber sido.
—Leah, Leah apártate.

Remus lo dijo demasiado tarde. La chica estaba al lado del armario el cual empezó a forcejear hasta abrirse y dejar ver una sombra maligna, que pronto fue tomando forma.
—Leah...

La chica se miraba a si misma, con el diario de Tom Riddle en la mano y una sonrisa maligna. A su lado, se encontraba ese mismo.
Riddikulus.

Remus lanzó el contra hechizo, haciéndolo desaparecer rápidamente de allí. Miró a la chica y sintió lástima por ella. Se notaba lo mucho que le había afectado.
—No me encuentro bien.— dijo de repente.

—Puedes ir a enfermería, y a descansar por hoy, luego ven a buscarme, hay cosas de las que debemos hablar.— dijo este haciendo que ella asintiera y se fuera de allí.

Remus se apoyó en su escritorio intentando calmarse. Nunca pensó que los hijos de sus mejores amigos fueran tan idénticos a ellos. Nunca pensó que vería a su ahijada después de todo lo que ocurrió.

Estaba más que feliz.
—Buenos días profesor Lupin.

El hombre suspiró hondo para darse la vuelta y ver como los alumnos de tercer año entraban, al igual que lo hacía Harry.
—Buenos días.— dijo mientras se colocaba en el centro del aula.— Hoy comenzaremos la lección... con los boggarts.

—¿Donde está Leah?— preguntó Pansy en susurro a sus amigos a lo que estos empezaron a buscarla con la mirada.
—Se fue en la clase anterior...— recordó Daphne.

—Si, estaba hablando con Draco.— dijo Theo, haciendo que todos miraron al chico el cual fastidiado rodó los ojos.
—No se donde está, ahora callaos.— mencionó enfadado.

La razón era clara y algo graciosa para los que lo vieran. El platinado había sido atacado por el hipogrifo de Hagrid. Muchos se preguntarían, ¿por qué? y bueno, el chico simplemente se había querido hacer el chulo delante de todos.

Algunos preguntaban, ¿que necesidad de llamar la atención?, otros, como diría Blaise, dirían que estaba enfadado consigo mismo por cagarla con Leah.

you're my story (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora