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La chica, a pesar de pedirle a la enfermera que le diera el alta, se encontraba estirada en una de las camillas. No entendía porque tenía que seguir allí.
—¿Porqué quiere retenerme? Estoy perfectamente, además, ha dejado que Draco se fuera hace rato.

Poppy algo nerviosa tragó hondo. Negó mientras trataba de marcharse de ahí.
—Dígame, ¿que tengo?

—Necesita reposar.

Leah rodó los ojos mientras se incorporaba con intención de irse.
—Señorita Potter, no puede hacer eso. Debe esperar un tiempo.
—¿Por qué?

La enfermera suspiró pesadamente. Parecía como si quisiera explicar algo, pero no tenía fuerza para hacerlo. O más bien no debía.

La Slytherin frunció el ceño mientras intentaba entrar en su mente. En ella, descubrió el motivo por el cual no la estaba dejando irse.

"El señor Malfoy me advirtió con claridad que no debo dejar ir a Leah Potter, no se que estará tramando pero no debo desobedecerle."

—¿Sabe que? Da igual. Me quedaré un rato más, total, no tengo nada mejor que hacer.— murmuró estirándose de nuevo.

La enfermería pareció tranquilizarse en segundos. Sonrió algo más calmada y asintió mientras se marchaba dejándola completamente sola. ¿Quién es su santo juicio haría eso?

¿Es que acaso no sabían que Leah siempre se salía con la suya?
—Lo siento mucho Poppy, es por una buena causa...— murmuró mientras recogía sus cosas y se apresuraba en buscar a Draco.

El platinado, el cual subía escaleras rápidamente con intención de hacer una locura. Si, otra locura más.

Sabía que la misión de Leah era matar al director pero su espíritu protector no le dejaba. No sabía por que, pero se podría decir que estaba arriesgando su vida por la chica, y no le importaba en absoluto.

—Eres tonto... tonto, no puede ser...— decía mientras pensaba lo idiota que estaba siendo al querer matar al director.

Entre todas las personas... Leah era la única que había sabido cautivar a Draco. Difícil, pero verdad, y es que ya de por si, la chica tenía demasiado carisma y tantas cosas que le encantaban al platinado...

Sacudió la cabeza intentándose quitar esos pensamientos de ella. Se suponía que Leah iba a ser la forma de hacer feliz a su padre, pero lo cierto es que le agradecía por haberlo empujado a conocerla.

Al llegar al final de las escaleras, suspiró hondo mientras tomaba su varita con fuerza. Iba a hacer una locura.

Dumbledore no se sorprendió al ver al platinado ahí. Ladeó la cabeza mientras observaba como poco a poco el chico se acercaba apuntándolo.

—Buenas tardes Draco. Hace una bonita tarde, ¿no crees?
—Cállese. No quiero hablar con usted.

El anciano frunció el ceño mientras respiraba hondo. Parecía tranquilo, como si ya supiera que iba a morir.
—¿Puedo preguntar que hace aquí señor Malfoy?

Este sonrió sarcásticamente.
—Como si no lo supiera. Usted sabe todo, ¿no es así? Ha sabido todo desde un principio, y podría habernos ayudado. A todos. Pero no quiso. Sabe, empiezo a pensar que es usted el verdadero monstruo.

—Hay diferentes perspectivas de la realidad, y la realidad... es que no tienes por que hacer esto. No es tu trabajo.
—No voy a ponerla más en peligro.

Dumbledore sonrió tímidamente.
—Leah Potter no es una chica fácil. Diría que es muy especial, ¿no es así? Valiente, dispuesta a sacrificar todo por sus seres queridos, como Gryffindor... luchadora como una auténtica Hufflepuff y astuta e inteligente, como Ravenclaw, siempre va por un paso delante... lo que la diferencia a las demás.

—Por eso está en Slytherin. Siempre quiere más. Y no se rinde hasta conseguirlo.— terminó de decir el chico.— ¿Cree que no la conozco?

—Entonces, ¿que le hace pensar que no está viniendo hacia aquí en este instante?
—No lo hará. En su lugar, debo ser yo quien termine el trabajo.

Lo que Draco no sabía, era el paradero del azabache el cual escuchaba todo desde un escondite el cual no debía dejar bajo ninguna circunstancia.
—No tienes que hacer esto Draco. Déjame ayudarte.

—¡No! ¡No quiero su ayuda! ¿¡Es que no lo entiende!? Si hubiera querido ayudarnos, ya lo hubiera hecho, hace mucho tiempo.

El director se quedó sin palabras.
—Si usted hubiera querido acabar con todo esto, lo hubiera hecho. No hubiera puesto a Harry en contra de su hermana y los hubiera unido para combatir al señor tenebroso, pero no lo hizo. ¿Por qué?

—Leah, nunca ha sido buena influencia para Harry. Harry... ha sufrido mucho, no merece mas daño.
—¡Escuche lo que dice! Leah ha sufrido tanto como lo he hecho yo y como lo ha hecho su hermano. ¿¡Es que acaso no se da cuenta!? La ha mantenido en un infierno todo este tiempo, protegiendo a Harry y dejándola de lado.

—Eso no es cierto, yo le ofrecí mi ayuda, le quise prestar mi ayuda, y fue ella quien eligió el mal por su propia cuenta.
—¿Cree que ella es feliz? ¿Cree que queremos esto? Muchas veces no tenemos opción! ¡Muchas veces no tenemos escapatoria y es de vida o muerte! No todos somos sabios y tenemos conocimiento como usted. ¡Algunos de nosotros somos niños!

A ese punto el platinado estaba al lloro pues la impotencia que tenía en aquel momento era demasiada. Unas palabras y todo se acabaría.

¿Sería capaz de hacerlo?

—¡Ya no queremos su ayuda! ¡Ya no la necesitamos! ¡Es demasiado tarde!
—No, no lo es...

—Claro que si, porque somos malos. A vista de muchos, somos los ambiciosos y egoístas. ¿No? Somos los que pensamos únicamente en nosotros, ¿pues sabe que? ¡A la mierda con eso! Yo estaría dispuesto a sacrificarme por todos los que quiero!

El anciano algo pálido tragó hondo.
—Realmente la amas...

—Oh, pero que sorpresa tenemos aquí...

De repente, el estruendo de voz de Bellatrix, apareció junto con otros mortifagos. Parecían contentos, más cuando vieron al joven Malfoy.
—Sabía que aquella chica era incapaz de hacerlo, muy bien Draco... ahora, mátalo.

—No sería capaz, es igual de cobarde que su padre.— comentó otro mortifago riéndose.

Draco temblaba. Se había metido en tal lío que no sabía como salirse de aquella. Podía ser que se arrepentía de todo, pero seguía con la idea de proteger a la chica.
—No tan rápido, Malfoy.

Todos se quedaron atónitos en aquel momento.

you're my story (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora