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Había pasado tiempo des del baile. Leah no había hablando mucho con nadie y es que estaba metida en la segunda prueba.

Digamos que se había distanciado. Necesitaba concentración y tranquilidad, ya que estaba en juego su vida.

Por fin había llegado el día de la segunda prueba y la chica, después de haber escuchado el consejo de Johnny, pudo enterarse de cuál sería el reto.
—¿Preparada para la segunda prueba?— le dijo el rubio a lo que ella asintió.

—Supongo...— murmuró mientras entraba al gran comedor donde todos se giraron al verla.
—¿Supones? No te veo convencida.— mencionó este tratando de animarla.

Ambos se sentaron en la mesa de Slytherin apartados de los demás los cuales seguían pendientes de ellos.
—No me malinterpretes pero hay demasiadas posibilidades de que salga mal. Diría que un 98% de probabilidad de que la fastidie.— explicó ella metida en un libro, sin comer nada.

—Bueno, estoy seguro de que ese 2% sale ganando.— dijo este provocando que la Slytherin lo mirara incrédula.— Vale, perdón es que eres muy pesimista.
—No lo soy, solo realista. Vamos, soy una alumna de cuarto año, mi nivel de magia no es tan alto como para compararse con Viktor o Cedric... incluso Fleur.— dijo ella.

—Habló la única que supo conjurar fuego maldito en la primera prueba...— empezó a decirle este.
—Esa no era yo.— explicó esta.

Johnny frunció el ceño confundido, entonces Leah de dio cuenta de que había hablado demasiado.
—Digo, que no se que me pasó ese día. Perdón, debo irme.— y dicho eso, se levantó y se fue sin dar explicaciones alguna.

—¿Alguien mas acaba de ver lo que acabo de ver?— preguntó Blaise sin poder creerse que la chica hubiera pasado de ellos.
—Se le nota estresada.— añadió Daphne.

Theo no decía nada, solo comía en silencio desde su sitio. No sabía que le ocurría a la chica pero estaba claro que había pasado algo.
—En parte es culpa nuestra. Y me incluyo.— admitió Pansy.— He sido una mala amiga, y entiendo que este así.

Draco por otro lado removía su café pensando en que le podía haber hecho Fred para que estuviera de esa manera. Es decir, empezó a estar rara desde que sucedió el baile.
—La segunda prueba empezará dentro de poco, tenemos que ir.— dijo el platinado ignorando todos los comentarios de sus amigos.

—¿Por qué estáis todos tan raros?— preguntó Blaise mientras se levantaba.

El grupo de Slytherin fue hacía el lago negro donde tendría lugar la segunda prueba del torneo.
—Bienvenidos a la segunda prueba. En dentro de unos minutos, los campeones tendrán que, con sus grandes habilidades conseguir su tesoro más preciado de las profundidades del gran lago.

Draco quien se había apoyado en la barandilla para ver mejor, se dio cuenta de que Leah estaba más que aterrorizada.
—¿Qué le ocurre?— le preguntó a Theo el cual tragó hondo algo nervioso.

—¿No sabías que Leah tiene talasfobia?— le preguntó este algo confuso.
—¿Qué es la talasfobia?— preguntó este sin alarmarse mucho.

—La talasofobia es uno de los tipos de fobias específicas. Se trata de la fobia a las profundidades en general...— explicó este.
—¿Si, pero que es una fobia?— se metió el moreno haciendo rodar los ojos del platinado.

—Es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por un gran miedo ante algo que objetivamente no presenta un peligro real o que no es muy peligroso.— le respondió sin mucho ánimo.
—En el caso de Leah, no se trata de tener miedo al agua, sino a lo que pueda haber dentro de ella y a su amplia extensión, especialmente si se trata de una zona oscura o profunda.— añadió el castaño.

Draco miró a la chica de nuevo y apoyó su cabeza en la palma de su mano. Suspiró y se quedó observándola detenidamente.
—¿Cual creéis que será su gran tesoro?— preguntó de repente.

—Te veo más tranquilo últimamente... ¿estás bien?— preguntó Daphne la cual se encontraba a su lado.— ¿Ha pasado algo de lo que yo no me haya enterado?
—Es... difícil.

—Si todos están preparados... ¡la segunda prueba puede comenzar!— gritó Dumbledore dando la señal de salida.

Leah vio como los tres campeones se tiraban al lago y ella... ella no podía, simplemente no podía. Si, tenia la poción con la que había trabajado todo ese tiempo y sabía que iba a funcionar pero... le daba mucho miedo.
—¡Tírate!— gritaban todos.

La chica no tuvo tiempo a responder cuando sintió como alguien la empujaba directa al lago.

Oscuridad era lo que había. La chica empezó a ahogarse hasta que sintió como empezaba a respirar con algo de dificultad.
Lumos.— dijo para iluminar el camino.

La Slytherin nadaba hacia las profundidades diciéndose a sí misma que tenía que acabar con la prueba como fuera.
—Solo puedes tomar a uno...— escuchó detrás de ella asustándola.

Eran nada más que sirenas. Pero sirenas reales. Nunca lo imaginaría pero las sirenas de los cientos muggles sin duda eran más bonitas que aquellas.
—Solo puedes tomar a uno.— le repetían mientras le señalaban a algo en concreto.

Leah se fijó en las cosas que las sirenas apuntaban y se sorprendió al saber que no eran cosas, sino personas.
—Solo puedes tomar a uno.— repitieron ellas.

Leah vio como Fleur en aquel instante subía a la superficie, sin su tesoro. ¿Qué había pasado?
—Solo puedes tomar a uno...

Cuando llegó a su mayor tesoro, Leah miró a Harry y sonrió al ver lo ridículo que se veía debajo del agua. Empezó a desatarlo y una vez libre empezó a subir.

Antes de eso, miró a la hermana pequeña de Fleur. ¿Que debía hacer? Claramente no iba a dejarla allí... ¿o si?
—Lo siento.— murmuró para ella para empezar a subir junto con Harry a la superficie.

Así salió del agua donde todos aplaudían y gritaban animándola. Leah sabía que había hecho mal en dejar a la niña, pero no era su problema realmente.
—¡Leah Potter ha salido junto con Harry Potter la primera!— gritaban de emoción todos.

La chica tosía junto con el azabache el cual se secaba las gafas.
—Lo has conseguido...— dijo este.— Gracias por salvarme.
—Mira que eres idiota, no pensaba dejarte allí.— mencionó esta mientras se secaba con una toalla.

Asimismo, los gritos de dolor de la francesa eran notables. Fleur estaba destrozada por su hermana y lloraba para que alguien la fuera a rescatar.
—¿Qué ha pasado ahí abajo?— preguntó el azabache preocupándose por la situación.

—Fleur no ha podido sacar a su hermana, por eso llora.— explicó esta con tranquilidad.
—Podías haberla ayudado.— le replicó Harry.

Leah sonrió.
—Si, y que me hubieran comido las sirenas... yo paso. No es mi problema que no lo hubiera conseguido, además, las reglas eran, solo tomar a una persona.— dijo esta claramente.
—Pero es una vida.— siguió insistiendo.— ¿Es que acaso te da igual?

—Si, pero mi vida va antes que la de nadie, recuerda eso Harry, fin de la conversación.— terminó por decir antes de irse de allí ya que estaba cansada de la situación.

¿Es que nunca haría algo bien? Leah estaba algo molesta por la actitud de su hermano y no entendía porque se había puesto así. Iba en primer lugar entre los cuatro campeones.

Con un poco más de suerte, conseguiría la copa del campeonato y les demostraría a todos que estaban equivocados con ella.

Y haría lo posible para que fuera así.

you're my story (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora