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Leah caminaba con algo de prisa al escapar de un chico algo raro el cual le había pedido ser pareja para el baile.

Seguía sin tener pareja y es que no le apetecía nada estar con alguien que no quería. Estaba considerando la opción de no ir al baile.

Asimismo, hacía tiempo que no hablaba con Harry, así que decidió ir a la torre de Gryffindor para ver qué tal le iba todo. Básicamente para ver si este tenía pareja o seguía siendo un pringado.
—¡Potter!

—Ay no...— murmuró ella girándose, esperando encontrarse con el mismo chico pesado. No obstante, no era él.— ¿Malfoy?

Draco se sentía algo estúpido por un momento al pensar que podrían hablar como si nada hubiera pasado cuando estaba claro que tenían cierto pique entre ellos.
—¿Vas a hablar o...?

El platinado le enseñó su cuaderno de pociones sorprendiendo a la chica.
—¿Por qué le has quitado mi libreta a Theo?— preguntó acusándolo.
—¿Por qué piensas que se la he quitado? Me ha pedido que te la dé.

—Mentiroso.
—Y eso por qué.

Leah bufó sabiendo que el castaño claramente no le había dejado su cuaderno. Ella le había dicho que no se la dejara a nadie.
—No quiero hablar contigo, dámela.— exigió sin poner mucho interés.

El chico por otro lado no iba a hacer el gesto de dársela sin más. Sonrió de manera burlona para levantar el brazo, para que ella tuviera que esforzarse en conseguir lo suyo.
—¿En serio?

—¿Qué? Solo toma tu cuaderno y ya.— respondió este encogiéndose de hombros, encontrando divertido molestarla.

Leah por otra parte estaba perdida. Lo miraba y no entendía sus cambios de humor con ella.
—¿Haces esto para después ignorarme o hablarme mal?— preguntó seriamente.

—¿De que hablas?— preguntó este confuso, bajando el brazo.
—Hablo de que, te decidas.— explicó ella tomando su libreta, casi sacándola de las manos de este.

—Que me decida de qué.
—No puedes hablarme mal, y ignorarme como si fuera nada, y después cuando a ti te conviene compórtate como si fuéramos los mejores amigos. Estoy cansada de eso.

El platinado sabía de que hablaba, sabía que la relación que tenía con Leah era complicada, y es que no podía simplemente ser su amigo pues, ¿que pensarían todos?

Al mismo tiempo se decía, "no puedo dejarla".
Quieras o no, compartimos los mismos amigos, es obvio que no quiero ser tu amigo pero trato de llevarme bien contigo. Aunque viéndote... entenderás que es complicado.

Que excusa tan tonta, pensó.
—No te preocupes, no tendrás que hablar más conmigo. Ya me aparto yo.— fue lo único que dijo ella antes de irse, dejándole con la palabra en la boca.

¿Por qué la chica pensaba que Draco diría alguna cosa diferente? Vamos, alguien así no se podía cambiar.

Suspiró mientras decía la contraseña de Gryffindor, que le había chivado George y entró sin ánimo alguno a la sala común.
—¿Leah? Um... no creo que sea buen momento.— dijo el pelirrojo algo preocupado.

—Da igual, mientras no esté en mi sala común... ¿que sucede?— preguntó está siguiendo a George hacia su cuarto donde se encontró con Fred haciendo un drama.

El gemelo mayor lloraba mientras se sonaba los moscos con su jersey.
—Su pareja lo ha dejado por otro. Está algo... depresivo.— murmuró George sin saber como consolarlo.

—"Soy yo, no eres tú, tú no eres el problema" y un cuerno.— dijo este molesto.— ¿Por qué todas son iguales?
—¿Todas?— preguntó Leah acercándose a este.— No nos agrupes a todas en esto, simplemente no es la indicada.

—Pero yo quiero que lo sea.— lloró este con rabia e impotencia.— No quiero que se vaya con otro.— mientras, George se encontraba en la puerta, cruzado de brazos pensando alguna solución, y es que había intentando animarlo de todas las formas posibles pero nada.

Vamos, era Fred Weasley, seguro que habían muchas más chicas que querían ir con el que están dispuestas a todo por ser su pareja.
—Estoy seguro de que hay más chicas.— empezó a decir este.

—¡No! Yo la quiero a ella.— le interrumpió este haciendo sonreír a Leah.— ¿Y tu de que te ríes?

—Solo... yo, se como te sientes. Créeme.— murmuró esta.— Por muchas personas que te lo pidan, tú solo tienes ojos para esa, y duele porque no puedes hacer nada.

Fred miró a George quien miró hacia otro lado al no saber aportar nada más.
—Se siente cómo...

—Como si no fueras suficiente, y estuvieran jugando contigo... si amigo, todos pasamos por eso.

El pelirrojo miró a la chica y sonrió tristemente mientras se levantaba del suelo.
—Creo que deberíamos ir juntos.— propuso de repente, dejando a Leah y George sorprendidos y impresionados por tal idea.

—¿Deberíamos?— preguntó ella mirando a George quien analizaba la situación.
—A mi no me mires, aunque creo que puede ser una buena idea dado que ninguno de los dos tenéis pareja para el baile que es... dentro de nada.

Fred pasó un brazo por los hombros de esta.
—Entonces, ¿serás mi pareja para el baile?— preguntó de manera divertida, haciendo reír a esta.
—Por supuesto señor Weasley.— respondió ella más animada.

Pensándolo bien, Fred era muy buen partido. En todos los sentidos. Era divertido, atractivo, alto, tenía confianza con él. Seguramente se lo pasaría bien al fin y al cabo.

Al salir de la habitación de estos, Leah pudo ver como Hermione enfadada entraba en su cuarto seguida de Ron y Harry quienes se quedaron en la sala común.
—¿Ahora que ha pasado?— preguntó a su hermano el cual intentaba no reír.

—Ron... le ha pedido ir al baile a Fleur pero... no ha salido muy bien.— explicó el azabache.
—Normal, si va gritando así, es normal que se asuste.— añadió Ginny riendo.

Harry miró a su hermana y frunció el ceño.
—¿Por qué estás tan contenta? ¿Ya tienes pareja?— le dijo a lo que está levantó una ceja.
—¿Y tú?
—Touché.— respondió este rodando los ojos y volviendo a centrarse en su amigo.

La Slytherin decidió irse de allí y pensar. A parte del baile, debía encontrar una forma de abrir el huevo dorado y ver cuál sería la siguiente prueba.

Al pasar por el patio trasero, vio como su grupo de amigos hablaba tranquilamente. Parecían felices... como si ella no faltara. Como si no les importara que no estuviera.

Por un momento quiso ir con estos para ver de que hablaban, después miró a Draco y vio que realmente este estaba más alegre cuando ella no se encontraba cerca de él.

Ella era el problema, ella era la que sobraba, ahora lo entendía.

Se alejó y decidió ir a otro lado al recordar que a partir de ahora no iba a juntarse con ellos. ¿Tan difícil iba a ser?

you're my story (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora