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Lo que no sabían, era que la chica no había ido a descansar. Remus le había dicho que debía ir a la derecha para encontrar algún cuarto disponible, pero se le hizo más curioso explorar por otra parte.

—La Casa Black es una de las más grandes y antiguas familias de magos y brujas de sangre pura de Gran Bretaña, y muchas familias de magos están emparentadas, aunque sea lejanamente, con ella.— dijo de repente un elfo detrás de ella.

—¿Quien eres tú?— preguntó ella mirando a la criatura.
—Kreacher a su servicio señorita Potter.— dijo este haciéndole una reverencia.

La chica siguió caminando hasta llegar a una habitación con un enorme tapiz en una de las paredes.
—Así que esta es la familia Black.— murmuró ella mirando todos los nombres.

Leah leía cada nombre y se dio cuenta de que algunos estaban tachados.
—Phineas fue repudiado por apoyar los derechos de los muggles... Marius fue repudiado por ser un squib, Alphard por dejar oro a su sobrino renegado.— explicó el elfo.— Ah, y Sirius por huir de su casa y no creer en la importancia de la pureza de la sangre.

—Entonces... ¿borráis a los traidores de sangre o a los que no son de sangre pura?
—Exacto, las tres mujeres que han sido renegadas por su matrimonio con muggles o hijos de muggles fueron Andromeda, Cedrella e Iola Black... por ejemplo.

Al fijarse en Andromeda, se dio cuenta de que esta se había casado con un hombre llamado Ted Tonks.
—La Tonks que está ahí abajo con todos... ¿es familia de Sirius?
—Se podría decir que si.— dijo este de un bufido.

La chica pasó su mano delicadamente por el tapiz, llegando a nada más que al nombre de Draco.
—No sabía que Draco también es familia de Sirius.

—No lo consideraría familia. Sirius y Narcisa son primos... lo que los convertiría en familia lejana.
—Entiendo.— respondió ella aún con la mano en el tapiz.

Cuando vio el nombre borrado de Sirius, se fijó en otra persona causándole mucha curiosidad.
—¿Sirius tiene un hermano?— preguntó sorprendida.

—El amo Regulus Black.— dijo el elfo con gran dolor.— Él y el amo Sirius nunca mostraban afecto pero se querían, en el fondo. Cuando Sirius se marchó de casa... el amo Regulus enloqueció por completo.

—¿Como murió?— preguntó curiosamente ella viendo su nombre en el tapiz.
—Murió asesinado. Por los inferi.— dijo este con rabia.

—Suficiente Kreacher, ¿por qué no vas a descansar un poco?— interrumpió la voz de Remus asustando a Leah quien quería saber más.

El elfo miró a la chica y señaló con la cabeza una puerta en concreto, luego de eso le gruñó al hombre para irse de allí.
—¿Por qué tan nerviosa?— preguntó Remus una vez estaban solos.

—Verdad, se me olvidaba que eres un hombre lobo y sabes distinguir los latidos del corazón...— dijo está rodando los ojos.— No estoy nerviosa. Solo estaba hablando con Kreacher y me has asustado.
—Perdón por eso. ¿No habías dicho que estabas cansada?— preguntó el hombre ahora mirándola curioso.

—Oh, es que... me he perdido, y no sabía donde está la habitación, pero ahora ya se que no era para la izquierda.— dijo ella con intención de irse de allí.
—Espera, tenemos que hablar.— se interpuso este colocándose en la puerta para no dejarla pasar.

Leah suspiró y se cruzó de brazos.
—¿Sobre qué?— preguntó ella.
—Sobre el señor tenebroso... y Draco.
—¿Por qué habría que hablar sobre Malfoy? No lo entiendo.— dijo ella inmediatamente.

Remus sacó una carta de Hogwarts y se la entregó. Era de Dumbledore.
—¿Que quiere ahora? ¿Expulsarme?— preguntó de mala gana mientras arrugaba la carta y se sentaba en el suelo.

Remus se agachó para estar a su altura. Recogió la bola de papel y la leyó.
—No, Dumbledore quiere que seas prefecta de tu casa. Eso es más que bueno.— mencionó este.
—¿Por qué querría ponerme a mi de prefecta? ¿Acaso quieren que se rían más de mi?— murmuró con desgana.

—Lo hace porque confía en ti. Es una gran responsabilidad que conlleva. Debes estar orgullosa de ti misma.— dijo este intentando animarla.
—¿Y quién es el otro?— pregunto ahora la chica cambiando de tema.

La expresión del hombre cambió por completo. Miró seriamente a la chica y suspiró.
—Era de eso de lo que teníamos que hablar, de Draco, precisamente.— dijo con algo de inseguridad.

Leah apoyó su cabeza en la pared.
—¿Por qué de todas las personas, él?— preguntó de la misma manera.
—No lo sé realmente, ey, pero Dumbledore sabe lo que hace, todo tiene una explicación...

—No, no la tiene. Si Dumbledore supiera lo que hace, ya hubiera derrotado a Voldemort con sus propias manos. En primer año por ejemplo, ¿cómo es que no sabía nada del profesor Quirrel? Admite que eso es extraño.— explicó la chica furiosa.

—Leah...
—Y en segundo año. ¡Como es posible que no tuviera conocimiento de la cámara de los secretos y que no hiciera absolutamente nada! ¡Dejó toda la responsabilidad a niños de segundo año! ¿En serio me estás pidiendo que confie en él?

Remus miró a otro lado. Claramente la chica estaba más que dolida con todos.
—Por más que no te guste, tienes que confiar, es nuestra única esperanza. Tú y Harry lo sois.

—No, yo no soy nada. Soy la Potter olvidada que solo crea conflicto así que no intentes hacerme sentir más de lo que soy.

La chica se levantó con rabia con intención de irse pero Remus no estaba dispuesto a que la conversación acabara ahí.
—¿Cómo puedes decir que no eres nada? Eres Leah Potter, hija de James Potter y Lily Evans, probablemente los mejores magos que he conocido. Eres lista y una buena jugadora de quidditch. Has sido capaz de tantas cosas con tan poca edad... no entiendo porque piensas eso de ti.

La chica con los mofletes y la punta de la nariz roja de aguantar el llanto se encogió de hombros muy confusa.
—Estoy perdida Remus. Lo siento, pero no confiaré en Dumbledore solo porque tú me lo pidas.

Así fue como Leah se separó de los demás durante el verano. Si, Fred y George intentaban hablar con ella pero Leah no salía de su habitación... y de la habitación de Regulus, la cual junto con Kreacher limpiaron e investigaron, más vieron los recuerdos de este.

Leah no lo conocía pero, junto con su diario, pudo deducir que se hubieran llevado bien. Leah sabía que Regulus la entendería si estuviera ahí. No lo conocía pero le cogió cierto cariño.

you're my story (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora