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Día de los TIMO's.

Leah salió de su sala común y fue directa al gran comedor para dar su examen. Había estado estudiando durante todo el curso, además con los créditos extras estaba más que segura que pasaría todos los exámenes que le pusieran.

De camino allí, pensaba en lo que le había dicho Dumbledore. No estaba del todo segura pero sabía que algo ocurría como para que le hubiera pedido ayuda.

¿Por qué todos querían manipularla? O al menos eso creía ella. Leah no estaba segura de nada...

Nada excepto que sus amigos más cercanos y familia estuvieran en peligro.
—Draco, tengo que hablar contigo.

Todos se quedaron de pierda cuando escucharon salir el nombre del platinado de la boca de la chica. Al ver su expresión, el chico no dudó en ir con ella algo apartándose para hablar.
—¿Todo bien? Te ves... cansada.

Leah negó. Trataba de organizar sus ideas, trataba de encontrar la manera de explicarle a Draco todo lo que pasaba, porque le incluía a él, y no quería problemas.
—Um... verás, es algo complicado de explicar... y se que dirás que no pero, necesito tu ayuda.

Más sorprendente aún. El platinado estaba tan nervioso que no se aguantaba quieto. Movía el pie y no sabía donde dejar sus brazos ni que hacer con sus libros en la mano. Jugaba con sus anillos y miraba atentamente a la chica.
—Yo...

—Leah, ha llegado esto para ti.— interrumpió de repente Theo entregándole una carta algo extraña para volver a irse dejando otra vez, solo a los chicos.

Al abrirla, la Slytherin solo pudo ponerse más nerviosa. Primero de todo, ¿de que profecía estaba hablando? Segundo...
—¿Quién es Bellatrix?

Draco la miró sorprendido. Abrió los ojos e intentó quitarle el papel a la chica la cual ya se esperaba esa reacción y se apartó antes.
—Quien te ha escrito algo sobre ella?

Leah siguió leyendo la carta que Sirius le había mandado y cada segundo que pasaba se ponía más nerviosa. La cabeza empezaba a darle punzadas fuertes alertando al platinado.
—Ey, Potter... ¿que sucede?— preguntó este.

La chica se cayó de rodillas al suelo teniendo visiones muy feas sobre una pelea. Harry estaba ahí. Y Sirius, todos. Eso no podía pasar.

"¿O si?"
Malfoy, necesito que me digas la verdad, ¿sabes lo que está ocurriendo? ¿Tu padre tiene algo que ver con todo esto?— preguntó finalmente.

El chico pasó de estar preocupado a una expresión seria y distante.
—¿Por qué piensas que mi padre tiene algo que ver?— preguntó este con brusquedad.
—Solo responde ¿si o no?

Draco se agachó a la altura de ella y con una mano le tomó la cara para que lo mirara fijamente con fuerza y rabia.
—No mentas a mi padre ni a mi familia en lo que sea que estes metida, ¿entendido? Ahora, si yo fuera tu, me preocuparía por los exámenes.

Dicho eso, el platinado se alejó dejándola sola, con demasiadas dudas en mente. Habían demasiadas cosas por descubrir, y si nadie se las aclararía, buscaría la solución ella sola.

Sabía que empezaban los TIMO's pero prefería mil veces descubrir que estaban tramando. O más bien dicho que estaba pasando. ¿Lucius Malfoy tendría algo que ver?

Ya que Umbridge estaba en el gran comedor, Leah pensó que sería buena idea ir a investigar al ministerio sobre esta profecía de la que todos estaban tan preocupados. ¿Y como iría? A través de la chimenea que había en el despacho de Dolores y polvos flu.

De camino allí vio dos cabelleras pelirrojas y decidió seguirlas.
—¡Weasley!— murmuró en un susurro.

Ambos pelirrojos miraron a la chica con algo de desconfianza, aún así, se acercaron a ella.
—Deberías estar haciendo los exámenes, ¿que haces aquí?— preguntó George algo preocupado.

—Yo, solo quería despedirme de vosotros. Probablemente no nos veamos en un tiempo así que, aunque me odiéis... solo quería abrazaros por última vez.

Eso sin duda alteró a ambos los cuales no la dejaron irse.
—¿Que tramas?— preguntó Fred.— Te ayudamos, pero no vayas a hacer alguna locura tu sola.
—Leah...

—No, debo hacerlo yo sola. Al parecer hay una profecía que por algún motivo, los mortifagos están buscando. Debo encontrarla antes que ellos. Sirius me ha informado de todo, no hay mucho tiempo, Umbridge puede venir en cualquier momento.

Fred miró a Georg el cual pensaba en distintas soluciones. Finamente al gemelo mayor se le ocurrió una idea.
—Tranquila por eso, nosotros nos encargamos. Distraeremos a Umbridge mientras tú te cuelas en su despacho.
—¿Haríais eso?— preguntó ella.

George y Fred abrazaron a la Slytherin en forma de despedida cariñosamente como sus hermanos mayores que eran, aunque no de sangre.
—Sabía que no eras mala. Sabía que estabas del lado nuestro.— murmuró George.— Todos confiamos en ti Leah.

Aquel comentario era el que le faltaba para tomar valor e ir al despacho de Umbridge. Al entrar, lo primero que vio eran un montón de papeles encima del escritorio.
—Motivo de expulsión; creación de grupo de estudio en contra del ministerio, motivo de expulsión... no cumple las normas de la institución... ¿quiere echarlos?

Antes de subirse a la chimenea y tomar un grapado de polvos, incendió todos esos archivos haciéndolos cenizas para destruir cualquier cosa que les perjudicara a sus compañeros.
—Ministerio de la magia.— murmuró antes de salir de allí a través de la red de polvos flu.

Cuando Leah llegó, había demasiada gente, cada uno en sus asuntos sin fijarse que la misma Leah Potter se encontraba ahí. Rápidamente la chica se escondió detrás de una columna que había.
Incendio.— fue bastante fácil incendiar uno de los periódicos que llevaba un señor, llamando la atención y así pudiendo entrar en un ascensor sola para ir al piso donde se encontraban las profecías.

Cuando el ascensor llegó al piso, paró por completo abriendo sus puertas.
—Muy bien, donde puede estar...— dijo para si misma mientras trataba de encontrarla.

Habían inmensos pasillos llenos cada uno de profecías las cuales se guardaban ahí. Leah con algo de temor miraba si había alguna pista que la llevara a la supuesta profecía de la que tanto hablaba Sirius.

En la carta ponía que aquella profecía era de suma importancia y que Voldemort no podía tenerla. La profecía secreta que fabricó la profesora Trelawney a Dumbledore en 1980.
—¿Cómo sabré cual es cual?

Fila 88, nada, fila 89, nada. Leah cada vez se encontraba más nerviosa buscando aquella profecía ya que no tenia mucho tiempo antes de que los mortifagos vinieran.
—Fila 97... allá va.— balbuceó mientras miraba cada bola de cristal.

Cuando leyó el nombre Potter, Leah frunció el ceño y tomó aquella bola. donde decía que Trelawney era la creadora para Dumbledore, y se trataba de Voldemort, Harry y un interrogante, diciendo que había otra persona más implicada.
—La he encontrado.— dijo emocionada.

"La única persona con poder para derrotar al Señor Tenebroso se acerca..., nacida de los que lo han desafiado tres veces, vendrá al mundo al concluir el séptimo mes... y el Señor Tenebroso señalará a esta persona como su igual, pero esta tendrá un poder que el Señor Tenebroso no conoce... y uno de los dos deberá morir a manos del otro, pues ninguno de los dos podrá vivir mientras siga el otro con vida... la única persona con poder para derrotar al Señor Tenebroso nacerá al concluir el séptimo mes."

you're my story (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora