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Habían pasado sólo quince minutos desde que la profesora Trelawney había empezado la clase y la chica estaba más que aburrida.
—Hubiera sido mejor que me hubiera saltado la clase.— murmuró ella mientras jugaba con una pluma.

Al estar sentada en una de las mesas más distanciadas del salón, era imposible que la vieran.
—Leah, presta atención, probablemente los TIMO's sean muy difíciles.— le aconsejó Daphne.
—De todos modos, ¿no estabas entrenando?— preguntó en susurro Theo.

La chica no quería decirles el motivo por el cual se había ido, simplemente se encogió de hombros.
—Ya sabéis... no había mucho que hacer.— murmuró como pudo, tratando de parecer lo más natural posible.

—Bien, trabajaréis en parejas, cada uno leerá la taza de la otra persona, así iremos repasando y viendo que hicimos en vuestro tercer año y sale en los TIMO's.— dijo la profesora de repente.

Leah sonrió al ver como Theo y Daphne eran pareja de trabajo. Era su mayor fan.
—¿Y tu con quién iras?— preguntó el castaño viendo que ella no tenía compañero.

—Oh no os preocupéis por mi, se lo pediré a Pansy...— dijo mientras miraba a la peli negra; lástima que ella ya se había puesto de pareja con Blaise.— Oh.

Miró a su alrededor viendo que en la clase eran impares. Sonrió disimulando lo incomoda que estaba y se sentó con su taza en una mesa sola. Total, tampoco iba a hacer nada.
—¡Atentos a mi taza alumnos! ¡Algo mágico aparecerá entre nosotros dentro de segundos!— gritó la profesora asustando a la mayoría.

La clase estaba en silencio en aquel momento. Nadie sabía de que hablaba Trelawney y porque se ponía tan histérica. Segundos después, apareció cierto platinado sin duda cansado de subir escaleras.
—Siento llegar tarde, el entreno se alargó bastante.— murmuró disculpándose por interrumpir.

—¿Y eso se supone que es mágico?— preguntó para si misma la chica cruzándose de brazos, viendo de reojo al chico hablando con la profesora.
—Mágico para ti. Ya tienes pareja.— la molestó Blaise ganándose una mirada asesina de la misma.

Trelawney miró al chico algo rara, después miró a Leah la cual se puso a mascar un chicle. Pasó de nuevo al platinado para pasar a la chica otra vez. De repente parecía como si se hubiera colapsado, llena de emoción aplaudió como una niña pequeña.
—Tú...— le dijo al platinado mientras señalaba a la chica.— Tú irás con la señorita Potter.

Draco frunció el ceño y se sentó algo incómodo al lado de Leah la cual prefería no mirarlo. No después de haber pensado de aquella manera sobre él. Que vergüenza, la Slytherin no quería imaginarse que el chico supiera leer mentes.
—¿Has podido respirar bien?

Fue aquel comentario el que hizo tranquilizarse. Leah se mordió la lengua mientras le entregaba su taza.
—Te crees muy gracioso, ¿verdad?
—No es culpa mía que pongas excusas tan malas.— respondió este entregándole la suya.

Ambos miraron las tazas para luego volver a encontrarse sin saber que estaban haciendo.
—¿Cómo se analizaba una taza?— preguntó ella muy perdida.
Um... no recuerdo.

Leah analizó el dibujo que creaba el líquido de la taza de Draco y vio un corazón. No podía ser.
—Ey, ¿por qué remueves mi taza? Se supone que no se tiene que tocar idiota.

La Slytherin volvió a mirar dentro del objeto y se volvió a encontrar con el dichoso corazón. Genial.
—¿Y bien? ¿Qué dice la mía?— preguntó ella cambiando de tema.

you're my story (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora