32.

5.1K 785 166
                                    


Capítulo treinta y dos.



Ellen



—Mierda, mierda, mierda, esto duele—. Escucho gemir a Penny y quiero hacerlo yo misma porque diablos, la mujer pequeña tiene un firme agarre a mi mano que seguramente se quebrarían si no fuera porque tiene su atención en otra cosa.



—Vas bien—. Murmuran desde atrás y solo puedo mirar con pánico a las cinco mujeres que se agachan a ver entre las piernas de Penny y murmuran entre ellas.



No sabía en qué momento mi mente había pensado razonable en toda la situación como para encontrarme en el lugar en el que estaba. Pero diablos, en algún punto de todo esto Penny, la pequeña rubia había gimoteado por algo de distracción y ayuda y DIRECTAMENTE lo había dicho viéndome. Dios, la mujer básicamente me lo había dicho, entonces no era una sorpresa que Sarah hubiera enredado su brazo al mío y me incentivará a acercarme, así que ahora solo podía compartir una mirada con la robusta mujer arrodillada del otro lado de Penny, tomando su mano.



—Ellen—. Respondo volviendo a la situación notando sus ojos calar en mi—. Me llamo Ellen.



—Bonito nombre—. Murmura cerrando sus ojos y dejando caer su cabeza para atrás, la tensión cubre su cuerpo por un momento antes de que gima nuevamente—. Mierda, no puedo creer que yo quise pasar por esto.



—Vas muy bien, Penny. Sólo necesitas unos centímetros más de dilatación y estarás lista para cargar a esos bebés tuyos—. Dice una de las mujeres que vigila constantemente entre sus piernas.



—Todo tu esfuerzo y espera, habrá válido totalmente—. Agrega otra y enseguida escucho varias aceptaciones de las mujeres que nos rodean en completo silencio. Sólo debo darles una discreta mirada para encontrarlas, relajas. Feliz y expectantes a todo.



—Todas están muy emocionadas—. Murmuró volteando a verla.



—Lo están—. Asiente abriendo sus ojos—. Es nuestra primera vez pasando por esto—. Me cuenta y no entiendo. Creo que mi rostro dice mucho de eso cuando sonríe nuevamente—. Intente tener crías con mi hombre durante siete años, nunca tuvimos suerte.



Aprieto levemente su mano escuchando la nostalgia y tristeza de su voz.



—El año pasado, una humana se unió en pareja con uno de los nuestros—. Volteo a ver a Sarah mientras habla—. Resultó ser una especialista en inseminación que solía trabajar activamente antes de venir.



—Se ofreció a intentarlo conmigo y durante cuatro meses estuvimos recolectando todos los materiales y máquinas necesarias—. Murmura Penny jadeando—. Una de las máquinas era malditamente cara, así que la rentamos. Y cuando fue el momento, decidimos intentarlo por siete óvulos fecundados, ya sabes, la mayoría nunca funcionan y era nuestra única oportunidad.

My Wolf BabiesWhere stories live. Discover now