60.

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Capítulo sesenta.



Ellen



Mi cuerpo parece querer abandonarme en cualquier momento, cada una de mis extremidades parecían funcionar sin que la sensación siquiera se sintiera. Apenas registro todo lo que dejó atrás a cada metro que mis pasos recorren, respiro agitadamente mientras no me permito dejar de correr.



Hacía tiempo había dejado de ver a Haniel, ni siquiera su sombra era visible cerca. No me gustaba, no era solo el hecho de como Haniel había corrido sin decir palabra, sino el peso que se había instalado en mi apenas había escuchado ese grito. El peso que se sentía cada vez más y más a cada paso que daba, a cada segundo que pasaba y no lograba saber porque.



No lograba entender el porqué. pero esto me estaba ahogando, algo me estaba llamando y rogaba a todo lo posible que no fuera eso que mi corazon gritaba, que no fuera exactamente esa la repsusta que dentro de mi se estaba formulando. Jadeo mientras mi corazon parece querer salir de mi pecho al segundo en que me detengo abruptamente en medio de la nada, el movimiento apenas perceptible se hace visible mientras miro detenidamente.



Y mi mundo cae, mi alma grita y solo puedo apresurarme a acercarme y dejarme caer a la altura de Gabriel, sus ojos vidriosos me devuelven la mirada en un parpadeo antes de que aprese su pequeño cuerpo contra el mio, mi respiracion agitada es lo unico que escucho mientras mis manos vagan por su cuerpo buscando cualquier herida.



—Gabriel—jadeo obligandolo a verme—. ¿Que haces aqui?



Una leve sonrisa empieza a estirarse entre sus labios mientras ante mi pregunta voltea a ver a cierto punto lejano de nosotros, un malestar se instala en mi vientre cuando me vuelve a ver, inocentemente.



—Escondidas—dice suavemente y bajo, como queriendo que nadie lo escuchara—. Ario busca.



Me trago el gemido que quiere escaparse de mis labios al momento en que dice esas palabras, no, no estaba pasando esto, no ahora.



Si Ariok habia estado cerca de mis hijos, solo una posible respuesta podia formular a la reaccion de Haniel, algo malo habia pasado.



SI Gabriel estaba jugando con el, solo significaba una cosa, Alisson estaba aqui tambien. Los trillizos no eran tan confiados y dados a jugar con desconocidos, pero nada les impedia jugar si ella esta aquí con el, si ella hablaba con ellos, ellos jugarian. Alisson siempre habia jugado con ellos.



Demonios.


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