55.

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Capítulo cincuenta y cinco.




Ellen




—...despierta por favor. ¿Ellen? Ellen, Ellen—negué sintiendo el escozor de mi mejilla al hacerlo—. Mírame Ellen, por favor. 




Me sentí a mi misma obedecer y eso me costó mucho más de lo que debería, el rostro preocupado de Sarah me dio la bienvenida a la conciencia. La mujer respiró temblorosamente mientras una de sus manos apartaba las hebras de mi cabello cercana a mi rostro. El entumecimiento de todo mi cuerpo solo fue el primer golpe antes de notar la luz, el sol y el silencio. Era de día, había amanecido y yo estaba aquí. 




¿Qué había pasado? 




La reacción y el golpe de todos los recuerdos fue como una corriente que fue a parar a cada parte de mi cuerpo, un estremecimiento de dolor se apoderó de mí apenas pude incorporarme de golpe, el jadeo que se me escapó fue imitado por las tres presencias que me rodeaban. Sarah, Sol y Rosali me miraban preocupadas, pero no era eso lo que tenía mi atención, sino la suciedad y sangre que sostenían las últimas dos en sus cuerpos.





—¿Ellen, tienes algo fracturado? No te muevas, aún no estás del todo consciente y no sabemos que puedes tener dañado.




Escucho con atención las palabras de Sol, la rubia me mira con atención y no pasa mucho antes de que yo haga lo mismo que ella, recorrer mi cuerpo con la mirada. La ropa que atraía hace unas horas estaba igual, salvo por toda la suciedad que cargaba encima, la tierra se había adherido a varias partes de mi, como en mis manos. La camisa blanca que me cubría, estaba a medio enganchar, pero no era eso lo que llamaba la atención, sino la marca de sangre que sobresalía más de un lado, la marca de la mordida de aquel lobo estaba a mi derecha, desde ahí me había tomado para luego lanzarme.




No había podido llegar a tiempo, no había podido llegar con todas. El dolor empieza a recorrerme pero lo intento ignorar, al igual que las lágrimas que se acumulan en mis ojos.




—¿Qué pasó? ¿Cómo están todos? ¿Isis? —miro de un rostro a otro—. ¿Dónde está Haniel?




Y cuando ninguna de mis preguntas fue contestada lloró, por primera vez desde aquellos aullidos que anunciaron el ataque, dejó caer mis lágrimas.

My Wolf BabiesWhere stories live. Discover now