CAPÍTULO DIECINUEVE

3.4K 177 20
                                    

*Escuchar en el momento exacto

Brigitte Stanley.

– ¿A dónde vamos? .- pregunté por décima vez.

– Ya lo sabrás.

Suspiro exasperada y no voy a negar que mi suspiro es un poco más exagerado de lo normal, pero quiero que Cameron sepa que si no llegamos dentro de poco le arrancaré la cabeza.

Mi mirada viaja hacia nuestras manos entrelazadas que en ningún momento se han separado desde que decidí agarrarle la mano en aquel parque. Por primera vez no he sentido temblores en mi cuerpo durante toda su cercanía, es como si mi cuerpo por fin se acostumbró a la cercanía de Cameron y a su toque, por lo que decidió que ya es hora de dejar de alejarme.

Llevamos caminando más de veinte minutos y todavía no llegamos. Mi cabeza no para de recordar la pequeña conversación que mantuvimos en aquel parque y sentí un inmenso calor dentro de mi interior al escucharle hablar así de mi.

"Qué es lo que soy para ti"

¿Qué es lo que es para mi? Sinceramente no lo sé. En aquel momento no le respondí porque ni siquiera sé que es para mi y dudo que todavía tenga una respuesta segura. Todo este tiempo lo he tratado como un amigo y lo es, o eso creo. Ignoré los aleteos en mi interior, la pequeña calidez cuando me habla o me mira, los sentimientos encontrados solo cuando hace acto de presencia y ahora yo soy la que me pregunto ¿Cameron qué es para mi?

Miro el perfil de Cameron como si intentara buscar respuestas pero no hallo ninguna, lo único que veo es lo guapo que se ve con el ceño fruncido como si tuviera una lucha interna, en cómo arruga la nariz y todas las veces que se lame los labios. Siempre me he preguntado cómo sería besarlo pero ahora es como si ya no fuera una pregunta, simplemente quiero besarlo.

– Si me sigues observando así, harás que me sonroje.- Murmuró fingiendo vergüenza y yo ruedo los ojos.

– ¿Cuánto falta? .- Cambio de tema porque no quiero avergonzarme más.

– ¿Siempre eres así de impaciente?

– Es qué llevamos caminando mucho tiempo.- mascullo alzando nuestras manos entrelazadas.

Cameron las observa y luego me mira a mi con una sonrisa genuina, una que muestra toda la emoción que conlleva al saber que no quise alejarme de él, una en el que decidí estar al lado suyo lo más que puedo por lo que yo le sonrío igual, ya que no es el único que se siente emocionado.

– ¿Quieres que te lleve? .- inquiere con una sonrisa pícara.

– ¿Lo harías?

Fingió pensarlo y luego me miró con los ojos entrecerrados.

– La verdad es que no quiero que me rompas la espalda.- niega con la cabeza fingiendo lamento y yo abro la boca indignada.

Le doy un golpe en el abdomen y quito mi mano entrelazada de la suya cruzándome de brazos, no voy a negar que sentí frío después de alejarme de ese toque.

– ¿Estás diciendo que peso mucho?

– Estoy diciendo que mucha hermosura es mucho peso para mi espalda.- Recalcó y yo desvíe la mirada.

– Idiota.- murmuro por lo bajo.

Descruzo los brazos a cada lado de mi cuerpo e inmediatamente siento un toque en mi mano, dirijo mi mirada ahí y me encuentro la mano de Cameron rozando la mía, es como si me estuviera pidiendo permiso de volverla a agarrar por lo que me atrevo a agarrar su mano y entrelazarla con la mía.

La Musa de mis CancionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora