¡DEJA DE SER UN VIVIDOR!

Cap 127: Ser un hombre mantenido es una hazaña considerable en sí misma

¿Qué es esto?

Xiao Feng Wu pensó para sí mismo, por favor no digas que me desmayé de hambre y luego mi cerebro se quedó frito y estoy empezando a ver cosas ahora. Se cubrió la cara con las sábanas, esperando en silencio y con calma, cuando escuchó un leve crujido junto a la mesita de noche. Al mirar a través de los huecos de las cortinas, pudo ver que alguien había traído un plato de sopa de arroz humeante.

Esa bola de luz azul apareció de nuevo.

[Querida, comer cuesta dinero y ese dinero también hay que devolverlo. Dentro de tres días hmm~ Nunca lo olvides. ]

Xiao Feng Wu: "..."

Si fuera otra persona, tal vez ya habría muerto del susto. Pero él siempre había sido audaz y se quedó mirando la bola de luz durante un largo rato. Sin embargo, no encontró que se pareciera a ningún fantasma terrible y malvado y pronto desapareció.

Así que dejó de preocuparse por eso, ya que este mundo era demasiado grande y estaba lleno de infinitas curiosidades por descubrir. Y tal vez simplemente se había topado con un fantasma.

En cuanto a la perorata que dio, algo sobre ser autosuficiente, autosuficiente, cualesquiera que sean las palabras inútiles, bueno, naturalmente Xiao Feng Wu no creería que una sola palabra fuera cierta; eran palabras que pueden salir en el momento en que entran en sus oídos.

El silencio lo rodeó, aquí en esta casa a la que lo trajeron, y no parecía haber mucha gente. Se levantó de la cama y agarró ese plato de sopa de arroz, limpiándolo en cuestión de segundos. Después de eso, miró por la ventana donde finalmente descubrió la sombra de un humano sentado junto al pilar en el pasillo, absorto en algún pensamiento desconocido.

Qin Ming Yue había nacido en una vida de pobreza y había sido vendido a la compañía de teatro cuando era muy joven. Practicar el canto, lavar la ropa, cocinar: no hubo día en que no sufriera bajo un látigo.

Más tarde, cuando se hizo un poco mayor, cuando se había convertido en alguien con el mayor potencial de todos, fue presentado, con el motivo de presentar un espectáculo, a un conocido manga cortado, Xiao Feng Wu, por alguien que quería ganarse el favor de la familia Xiao.

En ese momento, Qin Ming Yue todavía era un pequeño actor de teatro desconocido sin ni siquiera una sola experiencia de subir al escenario para un espectáculo adecuado en su haber. Pero sabía que su vida probablemente siempre terminaría así.

Con ropa limpia y de colores claros, le ofreció una taza de té a Xiao Feng Wu. Con el leve vapor soplando hacia arriba, y su cintura y cuerpo tan delgados como la rama de un sauce, era el tipo que Xiao Feng Wu más amaba: "

Décimo Sexto Maestro, por favor acepte esta taza de té".

Era justo durante la temporada de verano, con el sol ardiendo con un calor que podía hacer que la cabeza diera vueltas y se sintiera confusa. El propio Xiao Feng Wu vestía una bata de seda blanca y se abanicaba con un abanico de papel. A su lado estaban todas las sirvientas de apariencia superior al promedio, y no dedicó una mirada hacia Qin Ming Yue. Las manos de Qin Ming Yue estuvieron extendidas todo el tiempo, sosteniendo esa taza de té. Al ver esto, levantó la tapa de la taza de té hasta la mitad para dejar salir el vapor y luego esperó un rato antes de presentársela a Xiao Feng Wu:

"El té se ha enfriado. Decimosexto Maestro, por favor toma un sorbo".

Xiao Feng Wu levantó los ojos y lo miró fijamente, quien sonrió tímidamente.

Xiao Feng Wu pensó para sí mismo, este era un joven inteligente.

Pero desafortunadamente, por muy inteligente que pudiera ser Qin Ming Yue, todavía era joven e ingenuo. Había vivido toda su vida, escalfado en té amargo; Incluso si su maestro fuera Kou Yu Jun, el toque de los látigos en su cuerpo seguía siendo tan despiadado como podía ser.

Para que Xiao Feng Wu, que no tenía nada más que riqueza y poder infinitos en sus manos, estuviera dispuesto a inclinarse por él y tratarlo bien, no había manera de que el corazón de Qin Ming Yue hubiera podido defenderse contra eso.

Además, el amor mimoso de Xiao Feng Wu no podría describirse como sólo "ligeramente bueno"; era "extremadamente bueno", tanto es así que a los ojos de los demás, se lo miraba con envidia, entonces, ¿qué se podría decir de Qin Ming Yue, quien era la persona involucrada?

Incluso si fue hace unos años, su corazón todavía no podía dejarlo ir.

La tenue luz de la luna brillaba, cubriendo las hojas verdes del patio con un brillo plateado. Qin Ming Yue recordó las palabras de Xiao Feng Wu de hoy, por un lado, sintiendo que era verdad, pero por otro lado dijo que todas eran mentiras. Después de todo, se sabía que esos labios eran un par de buenos mentirosos. Incluso cuando sufrieron bajo un látigo, no dijeron una sola verdad.

Y Qin Ming Yue ya no era ese chico que estaba dispuesto a inclinarse y tomar todo al pie de la letra; Ese chico ingenuo con un corazón puro se ha ido. Lo que sea que haya experimentado en estos pocos años, ha hecho que su temperamento sea salvaje e incontrolable, uno que no se puede leer.

"Pah", el abanico que había estado sosteniendo en sus manos, sin ningún motivo, de repente se partió por la mitad, haciendo que las cejas de Xiao Feng Wu, que se escondía detrás de la puerta, se contrajeran.

"¿Me odias tanto que no estás dispuesto a tener ni siquiera un abanico de papel?"

Salió de las sombras, vestido con una bata interior de color claro y el abrigo exterior colgando sobre sus hombros. Con un cuerpo como el suyo, parecía como si todavía fuera el Decimosexto Lang de Yan Cheng que podía hipnotizar a todas las chicas de la ciudad.

Qin Ming Yue lo miró sin emoción, sus dedos apretando con aún más fuerza como para desafiarlo, y "pah" emitió otro sonido.

Xiao Feng Wu detuvo su mano,