Chu Yang fue torturado hasta la muerte anoche, no tenía fuerzas, y cuando se levantó por la mañana, estaba totalmente desanimado.
Tenía la vaga sensación de que Jiang Gu parecía estar preparando una trampa para molestarlo, pero al observar el rostro puro y angelical de Jiang Gu, pensó que tal vez estaba exagerando.
Además, incluso si Jiang Gu quisiera molestarlo, ¡él estaría dispuesto a ser molestado sin oponer resistencia!
Chu Yang, sin ningún tipo de ambición y con una actitud como si todo fuera natural, pensó para sí mismo. Se acurrucó con las mantas utilizando sus manos y pies, cerró los ojos y se dispuso a dormir de nuevo.
De todos modos, los exámenes ya terminaron y hoy es un día libre, así que no es necesario levantarse temprano.
Chu Yang, medio adormilado, observó a Jiang Gu levantarse, bostezó, se giró en la cama y volvió a dormirse.
Sintió que acababa de quedarse dormido cuando Jiang Gu ya se había arreglado y se acercó, dándole un empujón en el brazo para que se levantara.
Viendo la expresión somnolienta de Chu Yang, Jiang Gu tenía una expresión satisfecha en el rostro, pero su voz era sorprendentemente suave: —Yang Yang, levántate a desayunar, ¿qué tal si duermes después de comer?
¡Después de desayunar, no hay manera de poder dormir!
Chu Yang, rara vez desobediente, murmuró mientras enterraba su rostro en las mantas, aferrándose a ellas con firmeza.
Acostumbrado al hábito de Chu Yang de quedarse en la cama, Jiang Gu no se enojó. Abrazó a Chu Yang, decidido, se acostó también y se apoyó cariñosamente en la espalda de Chu Yang, preguntando:
—¿Yang Yang prefiere la manta o prefiere estar conmigo?
Originalmente, solo estaba preguntando de manera juguetona, sin ningún significado oculto.
Quién iba a pensar que en ese momento Yang Yang estaba medio adormilado, sin tener idea de lo que Jiang Gu le estaba preguntando, y de manera despreocupada respondió:
—La manta.
Una cálida manta podría hacer que tuviera un buen sueño.
En el siguiente instante, el aire a su alrededor se enfrió de repente, y la manta fue arrebatada directamente de sus brazos y voló hacia el suelo.
Con las manos vacías, Chu Yang abrió los ojos con sorpresa, parpadeó dos veces, se levantó confundido y miró la manta en el suelo. Luego, echó un vistazo a Jiang Gu, cuya expresión estaba fríamente serena, y torció la cabeza.
¿Qué está pasando aquí?
—¿Ahora a quién prefieres? —Jiang Gu acarició un lado de su rostro, haciéndolo mirar hacia él, con una voz tan suave como fuera posible.
—A ti —Chu Yang aún no entendía completamente la situación, pero instintivamente se estremeció y respondió honestamente.
El semblante malicioso que Jiang Gu tenía hace un momento cambió de inmediato a una expresión cálida. Satisfecho, pellizcó la mejilla de Chu Yang y luego lo llevó de la mano para que se lavara.
Incluso al irse, no olvidó darle un par de pisotones a la manta.
El pobre Yang Yang lo siguió medio atontado, sin reaccionar durante un buen rato.
Cuando finalmente recobró la compostura, recordó la infantil acción de Jiang Gu y de repente sintió que la posesividad de Jiang Gu en este tiempo parecía haberse intensificado un poco, llegando al extremo de sentir celos incluso por una manta.
