08.-

3K 286 157
                                    

POV Omnisciente

Al día siguiente Nicolás despertó al sentir unos besos en su hombro y en su cuello. Le dio unos escalofríos cuando se dio cuenta que era Jaime quien lo estaba haciendo.

-Despertaste?.-Preguntó el enojón con una leve sonrisa para después continuar con los leves besos en el cuello de este.

-Bastante.-Respondió el pequeño moreno, girándose para ver a Jaime, con un ligero sonrojo en su rostro.

-No es fácil despertarte, he estado haciendo esto por casi quince minutos.-Dijo Jaime acariciando la espalda de su alma gemela.

-Estaba bastante cansado.-Dijo Nicolás relajándose por las caricias que su otra mitad le proporcionaba en la espalda.

-Me di cuenta, son las una de la tarde.-Dijo el enojón con una ligera risa al notar la expresión de Nicolás.

-Dormí como once horas?.-Preguntó el moreno sorprendido.

-Más o menos, sí.-Contestó Jaime con una pausa.-Pero dormimos como lo mismo, así que no importa.

-Tengo que irme, el Eddie va estar preocupado.-Dijo Nicolás levantándose rápidamente y yendo al baño para cambiarse, pero su alma gemela le hablo.

-Yo te prestó de mi ropa para que no uses la misma de ayer.-Dijo el enojón levantándose para pasarle una polera, pantalones y un par de calcetines.

-Pero mi ropa...

-La lavaré acá, creo que los dos sabemos que volverás a venir.-Dijo Jaime con una sonrisa algo pervertida, interrumpiendo a Nicolás.

-Esta bien.-Dijo el pequeño moreno, tomando la ropa que Jaime le ofrecía y yendo a cambiarse al baño.

El enojón se sentó en la cama y colocó sus manos en su cara. Tenía tantas cosas que pensar y hacer. Y todo tenía que ver con el moreno. Había dicho que no era nada con este último cuando era mentira, lo quería y se preocupaba por él. Nunca le podría dar asco.

Jaime estaba demasiado concentrado en sus pensamientos cuando Nicolás ya se había cambiado de ropa.

-Estás bien Jaime?.-Preguntó el pequeño moreno al ver que su otra mitad no reaccionaba.

-Sí, solo estaba pensando en unas cosas.-Respondió el enojón con una leve sonrisa. No se preocuparía por eso ahora, alguna día tendrá las agallas para decirle al mundo que era bisexual y que estaba orgulloso de serlo. Pero ese día no sería hoy.

-Ahora si me voy.-Dijo Nicolás con una leve sonrisa.

Jaime se levantó y le dio un pequeño beso en los labios al moreno.

-Te extrañaré cariño.-Murmuró Jaime casi sobre los labios de Nicolás.

-Te mandaré un mensaje cuando llegue.-Dijo el moreno dándole otro beso un poco más largo ahora.

-Si sigues así, no te dejaré ir.-Dijo el enojón entre medio de los besos.

Nicolás le dio un último beso, se separó y se fue sin decirle adiós.

El moreno no era del tipo que decían adiós, solo decían hasta luego. No le gustaba que sonará como una despedida.

El pequeño moreno se fue caminando a su departamento, tampoco era muy lejos de ahí. Además quería pensar en todo lo que ha pasado con Jaime y como ahora no se sentía solo porque sabía que este nunca lo dejaría solo y menos lo rechazaría.

Unos veinte minutos después, Nicolás estaba abriendo la puerta de su departamento. Apenas entró y cerró la puerta, sintió unos brazos rodearlo para abrazarlo fuertemente.

-No lo vuelvas a hacer Nico. Te prometo que nunca más te dejaré solo, ni siquiera por una relación.-Murmuró el ruloso cerca del oído de su mejor amigo. Había ido a la casa de Manuel antes para explicarle la situación y le dijo que si no lo veía en unos días era por eso, pero que no quería terminar lo que tenían. Y claro que Manuel entendió todo muy bien, no quería que Edgar se alejará del moreno solo por él.

-Eddie...

-Por favor Nico, promételo.-Susurró el recién nombrado, casi al borde de las lágrimas.

-Te lo prometo Eddie.-Dijo el moreno girándose para que Edgar lo mirará.-Tranquilo Edgar, esta bien, se que no me volverás a dejar solo.

-Gracias Nico.-Dijo Edgar abrazándolo bien ahora y levantando un poco al moreno. Este último lo abrazo devuelta. Juraba sentir lo mal que estaba su mejor amigo antes.

Cuando el ruloso lo soltó, lo miró de arriba para abajo.

-Ya perdiste tu virginidad? No te quiero embarazado Nico.-Se burló su mejor amigo de Nicolás.

-C-claro que no.-Respondió el pequeño moreno bastante sonrojado.-Jaime me presto de su ropa.

-Acepto que ustedes vayan a tener algo, si tú quieres.-Dijo Edgar con una pausa, pasando a estar muy serio.-Pero si te hace daño Nico, le voy a sacar la chucha y hablo en serio.

-Tranquilo Eddie, él es bueno, no me hará daño.-Dijo Nicolás bastante ilusionado. Creía que Jaime era lo mejor le que había pasado en su vida hasta ahora. Claro que no sabía lo que había dicho este de él.

-Nico, eres algo inocente en algunas cosas, por eso estoy aquí para defenderte y protegerte.-Dijo el ruloso con una leve sonrisa.-Pero creeré en lo que dices.

-Gracias Edgar por apoyarme en esto, de verdad que Jaime no es malo.-Dijo el moreno con una sonrisa. Nicolás era dispuesto a poner las manos al fuego por el enojón. Bueno, era dispuesto a colocarse entero al fuego por él.

-Él te colocó esas vendas en tus muñecas?.-Preguntó Edgar, tomándolo de la mano para guiarlo al sillón para que hablen bien.

-Sí, desinfecto las heridas.-Respondió Nicolás con una leve sonrisita, mirando sus vendas.

-Con eso gana un punto.-Dijo el ruloso riéndose.-Me alegro de que él estuviera cuando yo no lo estuve.

-Bueno, fue un día no más Eddie.-Dijo el moreno jugando con la mano de su mejor amigo.

-Entonces ya no podremos besarnos ni nada de eso desde ahora?.-Preguntó Edgar bromeando con Nicolás, cambiando de tema.

-Supongo que no.-Contestó el pequeño moreno riéndose.

-Sabes Nico? Si algo sale mal, cualquier cosa, siempre vas a contar conmigo y con mis abrazos.-Dijo el ruloso mirándolo fijamente.-Bueno, y si no estamos en algo con nadie, con mis labios igual pero eso se queda entre nosotros ya que nuestras almas gemelas se pueden poner celosas.

-No sabes como me alivia escuchar eso último.-Dijo Nicolás bromeando ahora, refiriéndose a los besos.

-Y nunca te había dicho esto, pero también a mi auto. Si lo necesitas, las llaves estarán sobre la mesa.-Añadió Edgar sinceramente.

-Hablas en serio?.-Preguntó el moreno bastante sorprendido. Edgar era muy estricto con su bebé.

-Claro que sí Nico.-Contestó Eddie con una leve sonrisa.-Pero ya sabes, si lo chocas, te mato.

Nicolás se rió y asintió. Hablaron un par de cosas más hasta que se quedaron dormidos en el sillón. El moreno abrazando a Edgar y viceversa.

El moreno ya no se sentía solo, pero pronto, se sentiría más solo que nunca.

Soulmates (Jainico). Where stories live. Discover now