12.-

2.5K 277 68
                                    

POV Omnisciente

Llegaron en unos quince minutos a una casa bastante grande y linda. Jaime se estaciono al frente de la casa, se bajo primero que Nicolás y también le ayudo a bajarse a este último. Tomó de la mano a su alma gemela y comenzaron a caminar hacia la casa linda. El enojón abrió el portón y dejo que el pequeño moreno pasara primero. Luego paso él y cerró el portón con llave por si acaso. Después se dirigieron a la entrada de la casa y Jaime sacó una llave y la abrió de una.

-Bienvenido a mi casa.-Dijo Jaime con una leve sonrisa, dejando pasar otra vez a Nicolás primero, quien veía casi maravillado todo esto.

Realmente que a Jaime le había ido bien este tiempo, tenía bastantes cosas que eran caras, como juegos de maquina, una mesa de billar, una Smart TV de noventa pulgadas podía adivinar Nicolás, etc.

El enojón cerró la puerta y miró como el moreno observaba todo.

-Te gusta la casa, Nico?.-Preguntó el enojón al notar que Nicolás no decía nada.

-Esta muy linda Jaime.-Respondió el pequeño moreno con una pausa, pasando ahora a mirar a su alma gemela.-En realidad me gusto.

-Me alegro que te haya gustado.-Dijo Jaime con una sonrisa. Sacó su celular y miró que tenía varios mensajes pero ninguno tan importante como para que quisiera responder y gastar su tiempo en eso que en Nicolás. Notó la hora que era.-Qué estabas haciendo casi a las tres de la mañana por ahí?.

El moreno pudo notar que Jaime había fruncido el ceño y lo miraba con algo de posesión.

-No tengo que darte explicaciones.-Dijo Nicolás, para luego sentir que el enojón lo acorralaba contra la pared, pero con nada de violencia comparado con lo que Jaime había hecho con el musculoso.

-Nico, qué estabas haciendo por ahí?.-Preguntó el enojón con la voz ronca, colocando su mano en la cintura de su alma gemela, haciendo que este se lo colocara nervioso.

-J-Jaime...

-Vamos cariño, no es una pregunta tan difícil.-Murmuró Jaime ahora contra el cuello de Nicolás, para luego comenzar a dar pequeños besos en este.

-Por favor J-Jaime.-Dijo el pequeño moreno, casi suplicando.

-Qué pasa, amor?.-Preguntó el enojón con una leve sonrisa que Nicolás no podía ver ya que todavía estaba cerca del cuello de este.

-S-Solo estaba en un club cuando salí y comencé a oír sonidos de gente gritando y unas motos. Solo fui por la curiosidad.-Contestó Nicolás costándole hablar, sintiendo como ahora Jaime le hacia un chupón en el cuello.

-Estabas con alguien?.-Preguntó Jaime, separándose, para mirar fijamente al pequeño moreno. La distancia entre ellos era mínima.

-Había ido con Naiko.-Respondió el moreno, notando que Jaime miraba sus labios ahora.

-Y él te dejo irte solo?.-Preguntó el enojón con el ceño fruncido, mirando los labios de su alma gemela unos segundos más para luego mirar sus ojos.

-Estaba coqueteando con un weón y no quería molestarlo diciéndole que se vaya conmigo.-Contestó el pequeño moreno con una pausa.-No ha sido la primera vez que me he ido solo.

-No te irás solo desde ahora, cada vez que salgas me puedes mandar un mensaje o llamar.-Dijo Jaime con una leve sonrisa.

-No tengo tu número...

-Pero yo el tuyo sí.-Dijo el enojón con una sonrisa.-Te mandaré un mensaje luego.

Se quedaron en silencio, los dos mirando los labios del otro. En un momento creían que se iban a besar hasta que Jaime se separó.

-Creo que vas a tener que quedarte, es bastante tarde.-Dijo Jaime, cambiando de tema.-Te prestaré unos boxers y una polera.

El enojón le hizo un gesto para que lo siga hacia su habitación. El moreno lo siguió y notó que habían varias habitaciones en el primer piso. Jaime subió las escaleras y el Nico hizo lo mismo. Su alma gemela cuando subió las escaleras, siguió un poco derecho y abrió una puerta. Por tercera vez, dejo que Nicolás pasara primero para luego pasar él.

Jaime fue a buscar una polera con unos boxers y el moreno miró un poco la habitación de este. Notó que sus pulseras estaban en un mueble cerca de la cama. Nicolás, por mientras que Jaime buscaba entre su ropa, se acercó al mueble para ver sus pulseras. Las tomó y se dio cuenta que faltaban algunas.

Dejo unas pulseras donde estaban y se alejo un poco del mueble. Jaime, segundos después, le estaba pasando una polera con unos boxers.

-Ven, vamos al cuarto donde vas a dormir.-Dijo el enojón, tomándolo de la mano y saliendo de la habitación.

Lo único que podía preguntarse Nicolás es que por qué no podía dormir con él ahora?.

Jaime lo llevó a una habitación bastante cerca de la suya. Le abrió la puerta y dejo que la viera.

-Duerme bien Nico.-Fue lo único que le dijo Jaime antes de irse y cerrar la puerta.

Nicolás frunció el ceño, pero minutos después se sacó toda su ropa y se colocó lo que le había pasado su alma gemela. Observó un poco más la habitación para luego acostarse y intentarse quedarse dormido. Claro que no pudo, de alguna manera le dio frío igual. Estuvo una hora intentando quedarse dormido pero no hubo resultado.

El moreno se levantó y se abrazó a si mismo por el frío. Salió de la habitación y miró la puerta del cuarto de Jaime. Se acercó a esta y tocó la puerta pero no hubo una respuesta, de hecho no escuchaba nada de lo que pasaba adentro.

-Qué pasa Nico?.-Preguntó Jaime atrás de él, quien había ido a buscar algo abajo. El enojón miró a Nicolás de arriba para abajo y notó que tenía frío.

-Q-Quería saber si podía dormir contigo.-Respondió el pequeño moreno con algo de vergüenza.-Pero ahora que lo pienso bien, es algo estúpido, ahora vuelvo al cuarto.

Nicolás algo arrepentido, se dirigió hacia su habitación pero Jaime tomó el brazo de este, deteniéndolo. El moreno miró el brazo con que lo estaba sujetando y vio que había estaban las pulseras que faltaban.

-No te lo había ofrecido antes porque no sabía si ibas a querer o no, claro que puedes dormir conmigo.-Dijo el enojón con una leve sonrisa, tomando la mano de su otra mitad y entrelazando los dedos. Jaime abrió la puerta de su pieza y pasaron los dos, pero Nicolás primero que él.

El enojón dejo que el moreno se acostará primero para luego acostarse al lado de él y abrazarlo. Pero antes de que pasará esto, el pequeño moreno se sacó la polera de Jaime y este último observó cada parte del torso de su alma gemela.

-No creo que sea necesario ahora.-Explicó Nicolás con un leve sonrojo al notar que Jaime lo observaba. El enojón lo abrazó y el moreno hizo lo mismo, durmiéndose en el pecho del primero.

No podía volver a dejarlo ir.

Soulmates (Jainico). Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ