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POV Omnisciente

Y como el enojón le dijo a Nicolás, al final se estaban preparando para ir al "trabajo" del primero. Si el moreno estaba nervioso? Claro que sí. Qué tal si a alguien no le gustaba que el "jefe" estuviera con un hombre y le exigía a Jaime que lo dejará?. Tal vez se pasaba muchos rollos, pero así eran muchas personas que él había conocido a lo largo de su vida.

El pequeño moreno se había peinado ya como tres veces, ahora iba por la cuarta, su alma gemela las había contado. Cuando el moreno se iba a volver a peinar, su otra mitad tomó el cepillo y hizo que lo mirará.

-Qué pasa cariño?.-Preguntó Jaime algo preocupado por su moreno.

-No es nada.-Respondió Nicolás desviando la mirada, pero eso de nada sirvió, ya que su pololo tomó su cara cuidadosamente y hizo que lo volviera a mirar.

-Los dos sabemos que eso es mentira.-Dijo el enojón, esperando una explicación por parte de Nicolás.

-Qué tal si a alguno no le agrada que estés con un hombre?.-Preguntó el pequeño moreno ahora mirando directamente a los ojos de su novio.

El enojón al escuchar esa pregunta frunció el ceño.

-Si a alguien no le agrada se puede ir a la chucha, no les debe porque importar si estoy con un hombre.-Dijo Jaime, no entendiendo porque Nicolás se preocupaba por eso.

-Pero qué tal si te exigen que no estés conmigo?.-Preguntó el pequeño travieso, sintiendo como su alma gemela, con la mano que estaba disponible, le tomaba una de sus manos, entrelazando los dedos.

-Nunca me exigirán algo, saben como soy, y también saben como soy con lo que quiero.-Contestó el enojón con una ligera pausa.-Además mis confidentes saben quien eres, al menos saben tu nombre.

-Por qué lo saben?.-Preguntó Nicolás confundido y un poco más tranquilo.

-Vamos Nico, si yo no podía ir a ver si estabas bien, mandaba a alguien para que viera si lo estabas o no. Y cuando supieron de que mandaba a alguien a que viera si no estabas haciendo nada malo me preguntaron de que se trataba todo eso. Claro que les dije que no era su problema pero les conté que eres importante para mí.-Respondió Jaime, con una leve sonrisa. Recordaba que luego de haberles dicho eso, hasta le sacaban fotos a su pololo para que vea que si estaba bien.

-Sabes que eso es algo psicópata, cierto?.-Preguntó el moreno sorprendido por esa historia y ahora con una leve sonrisa en sus labios.

-Solo necesitaba saber que ya no lo hacías.-Contestó el enojón también con una ligera sonrisa en sus labios.-No es como si ahuyentará a los que te gustaran o algo así.

-Bueno, igual no me gustó nadie en esos meses, así que te ahorré trabajo como psicópata.-Dijo Nicolás riéndose, con una pausa.-Tú no estuviste con nadie en esos meses?.

-En serio lo preguntas? Claro que no.-Respondió Jaime con una leve sonrisa para después darle un beso a su pololo, algo apasionado.

Nicolás mintió, si le había gustado alguien en esos meses.

Jaime.

-Ahora estas mejor?.-Preguntó su alma gemela cuando se separaron del gesto de amor.

-Mucho mejor.-Respondió el pequeño moreno con una sonrisa.

-Entonces es tiempo de irnos, cariño.-Dijo Jaime con una sonrisa sincera. Salieron de la habitación y bajaron la escalera tomados de la mano.

El enojón sabía que a la mayoría le iba a sorprender que estuviera con un hombre, pero no le importaba ahora eso. El único objetivo que Jaime tenía ahora es el mismo por el que se había ido.

Que Nicolás fuera feliz.

Jaime sacó las llaves de su motocicleta y las de la casa de Nicolás y él, para luego salir de esta última. Nicolás paso primero que su pololo y espero que este se subiera a la moto para luego subirse él. El enojón se subió y encendió la motocicleta pero no empezó a conducir hasta que sintió los brazos de su novio rodearlo.

-Tienen un lugar fijo para las carreras?.-Preguntó el pequeño moreno cerca del oído de su alma gemela.

-Tenemos diferentes lugares, pero al que vamos lo usamos casi siempre.-Contestó Jaime con una leve sonrisa, le gustaba saber que a Nicolás le interesaba saber algo de su "trabajo".

-Y tienes que estar todas las noches donde se hacen las carreras?.-Preguntó el pequeño travieso algo curioso por saber.

-No, no es tan necesario. Solo voy un par de noches para asegurarme que todo esta bien.-Respondió el enojón con una pausa.-También, como el otro día, voy a competir.

-Hoy vas a competir?.-Preguntó el Nico, abrazando un poco más a su alma gemela mientras este conducía.

-Claro, y te dedicaré mi victoria.-Dijo Jaime, muy seguro de que ganaría. Y era la verdad, desde que se compró su moto nunca había perdido en una de esas carreras.

Nicolás asintió y solo colocó su cabeza recargada en la espalda de su enojón. Se demoraron casi treinta minutos en llegar al lugar. Apenas el moreno miró, ya había demasiada gente en aquella calle, que en realidad nunca había visto este.

Jaime estacionó su moto al frente de lo que parecía un local y se bajo para ayudar a su novio también a bajarse, esto ya es como una tradición. Cuando finalmente Nicolás se bajo, su alma gemela lo tomó de la mano y comenzaron a caminar hacia el otro lado de la calle. El moreno no pudo evitar sentir unas miradas sobre ellos.

-Nos están mirando.-Murmuró el pequeño moreno, suficiente para que Jaime escuchara.

El enojón frunció el ceño y miró a su al rededor. Era verdad lo que decía su pololo, habían algunas personas mirándolos, algo confundidos.

-Bien, entonces démosle algo que miren.-Dijo Jaime con una leve sonrisa, mirando ahora a su moreno.

-No entien...

Jaime calló a su novio con un beso, algo lento pero bastante profundo al mismo tiempo. El moreno se sonrojó y le correspondió el gesto de amor de inmediato.

Ahora casi todos los estaban mirando y quedo bastante claro que el "jefe" estaba con un hombre. Y claro, si los molestaban, probablemente reciban un disparo en una pierna o en un brazo.

Soulmates (Jainico). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora