33.-

1.8K 216 43
                                    

POV Omnisciente

Jaime finalmente se levantó junto con su novio para ver que tan para la cagá había quedado la casa. Cuando bajaron vestidos, se sorprendieron de ver que el primer piso estaba limpio, demasiado. Manuel se encontraba tomando las botellas vacías para luego botarlas. El recién nombrado había limpiado todo y echado a los invitados que estaban en la fiesta el día de ayer.

-Tú hiciste todo esto Manu?.-Preguntó Nicolás, bastante sorprendido, mirando como su amigo había acomodado los muebles de vuelta a su lugar.

-No pude dormir así que por qué no limpiar su casa y echar a esos weones?.-Preguntó Manuel, botando las botellas y mirando a sus amigos, al mismo tiempo había respondido la pregunta.

-No tenías que hacerlo, hubiera obligado a Naiko a hacerlo.-Dijo Jaime con el ceño fruncido.

-Bueno hubieras tenido un problema con eso, Naiko no esta.-Avisó Manu, por fin sentándose un poco para descansar.

-Adonde esta?.-Preguntó el enojón, confundido.

-Se fue ayer con Edgar, no sé a donde pero no han vuelto.-Respondió Manuel, sin más detalles de nada.

-Quieres...

-No, no quiero hablar de eso Nico.-Dijo Manu interrumpiéndolo, sintiendo como que no iba a poder descansar ahí así que se levantó y se dirigió a la puerta.-Creo que tengo que irme.

-Tienes o quieres irte?.-Preguntó Jaime, conociendo demasiado bien a su mejor amigo.

Manuel lo miró unos segundos pero no contesto.

-Puedes quedarte Manuel, tenemos habitaciones de sobra y son insonoras todas para que nadie te moleste.-Dijo el enojón quien continuó hablando al ver que su amigo no contestaba.

-Eso sería de ayuda.-Dijo Manuel, recién sintiéndose cansado y dirigiéndose a cualquier habitación del primer piso, para luego entrar, cerrar la puerta y echarse sobre la cama para quedarse de inmediato dormido.

-Manuel no se veía bien.-Dijo Nicolás algo preocupado.

-Déjalo solo unas horas, pronto estará mejor.-Dijo Jaime intentando de que su novio no se preocupara más. Después tendría que hablar con su mejor amigo.

El moreno iba a seguir hablando cuando tocaron la puerta. Jaime fue a abrir y ahí estaban Naiko con Edgar.

-Por qué esta todo limpio?.-Preguntó el pequeño mentiroso con un tono de confusión en su voz.

-Manuel limpió todo.-Contestó Jaime seriamente mirando a Edgar para luego mirar a Naiko.

-Manuel esta aquí todavía?.-Preguntó el ruloso, queriendo hablar con este.

-Sí, pero creo que tiene derecho a descansar, al menos le podrías dar eso?.-Preguntó el enojón sabiendo que algo tenía que haber pasado con Edgar para que Manuel haya estado toda la noche despierto. Y claro, se había hecho el weón cuando vio que había una cajetilla de cigarrillos saliendo del polerón de su amigo. Este último hace mucho que no fumaba, pero si había vuelto, era por algo claramente.

Edgar lo miró fijamente, como queriendo saber que había hecho. Claro, creyendo que acostarse con Naiko el día de ayer en su auto no era algo malo. Manuel había sentido un dolor mientras estos se acostaban y sin saberlo, sus ojos se convirtieron en los más celestes que alguien pudo haber visto. Se había pasado cuando Naiko y Edgar terminaron este acto.

El enojón inspecciono a Naiko y notó unos chupetones en el cuello de este.

-Creí que seguías intentando conquistar a mi mejor amigo.-Dijo Jaime con la mandíbula apretada.

El ruloso ahí si entendió lo que había hecho.

-Jaime mira...

-No me des explicaciones a mí Edgar, no soy ni siquiera tu amigo para eso.-Dijo el enojón interrumpiéndolo con una pausa.-Pero solo te diré que Manuel no esta solo, y que si no le dices de esto, ya sabes que pasara.

Edgar no respondió ahora, ni siquiera asintió ni nada.

Naiko estaba bastante avergonzado por esto, Manuel era su amigo o algo así y no debió hacerle esto a él.

Nicolás se llevó a Edgar de ahí hacia la cocina y Naiko fue con Jaime al living.

Hablaron de algunas cosas serias los cuatro pero por separados hasta que se reunieron en el living y comenzaron a hablar de otras cosas. Pasaron unas horas así hasta que Manuel salió de la habitación de donde estaba con una cajetilla de cigarrillos en sus manos, con el pelo desordenado pero ahora si se veía bien. Pero claro, había salido sin camiseta, haciendo que su torso se viera. Ni siquiera sabía en que momento había despertado y se había sacado la camiseta y polerón.

-Tienen algo para comer?.-Preguntó Manuel, con la voz un poco ronca, mirando a Naiko y a Edgar como si nada y ahora mirando a su mejor amigo.

-De hecho sí, tenemos algo.-Respondió Jaime mirando a su amigo de arriba para abajo y parándose para conseguirle algo del refrigerador.

Manuel solo se quedo ahí con una mano en la cintura, notando un poco como Edgar lo miraba con demasiada atención. Manu sacó un cigarrillo y lo encendió para comenzar a fumar. Caminó hacia afuera de la casa mientras Jaime calentaba la comida en el microondas para él.

Cuando estuvo afuera sintió unos brazos rodearlo sabía quien era, o al menos creía saberlo. De inmediato se separó, creyendo que era Edgar pero se equivoco cuando vio a Gabriel.

-Qué haces?.-Preguntó Manuel algo confundido.

-Bueno, notando lo cercano que se ve tu alma gemela con ese weón, creí que necesitarías algo con que distraerte.-Respondió Gabe con una leve sonrisa mirándolo, sacando el cigarrillo de los labios a Manuel para luego botarlo y pisarlo.-Ya no necesitas ese vicio, me tienes a mí desde ahora.

Manuel volvió a sentir los brazos de Gabriel, ahora lo estaba mirando cara a cara. Esta vez dejo los brazos de Gabe ahí.

-Bien, qué opinas?.-Preguntó Gabriel ahora con una sonrisa. De hecho la única vez que era pasivo era con Jaime.

Manu iba a responder cuando abrieron la entrada de la casa.

-Tu comida esta lista Manu.-Dijo Edgar mirando a estos dos con la mandíbula apretada, notando que Gabriel tocaba la espalda de su alma gemela.

El ruloso tomó del brazo a Manuel y lo hizo entrar casi obligadamente a la casa. Gabriel igualmente entró con una leve sonrisa, sabiendo que Manuel iba a decir que sí.

Soulmates (Jainico). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora