41.-

1.9K 210 55
                                    

POV Omnisciente

El moreno por fin reaccionó y salió del estado inconsciente en el que estaba. Vio que su novio estaba con su mano sobre su rostro y la otra en su cintura. Nicolás se intentó mover un poco pero el cuerpo le dolía demasiado, tanto así que prefería estar muerto. Pero altiro se retractó de este pensamiento, ya que prefería estar vivo solo para estar con Jaime.

El enojón despertó de inmediato cuando escucho los quejidos de su alma gemela.

-Estas bien Nico? Necesitas algo?.-Preguntó Jaime, preocupado por su pololo, altiro quitando la mano de la cintura de este, pensando en que eso le pudo haber causado daño.

-No Jaime, estoy bien.-Respondió el pequeño moreno con una leve sonrisa, volviendo a recostarse en la cama, mirando a su enojón.-Cómo llegaste a tiempo?.

-Estaba un poco lejos de la casa cuando volví a ver todo sin colores por unos segundos, ahí supe que algo malo pasaba y vine corriendo para saber que estaba pasando.-Contestó el enojón, volviendo a acariciar la cara de su moreno.

-Puedo explicarte lo que paso en el club Jaime...

-Nico, no hay nada que hablar respecto a eso, esta bien. Si no hubiera hecho un escándalo, al menos podrías moverte ahora y no sufrir por las heridas de bala.-Dijo el recién nombrado interrumpiéndolo. Créanme cuando les digo que Jaime se echaba la culpa por esto. Y les diré esto solo para hacerlas sufrir, Jaime nunca se perdonara que esto pasara por su culpa.

-Pero Jaime...

-No Nico, si te digo que esta bien, en verdad lo esta, no estoy enojado contigo.-Dijo Jaime mirándolo directamente a los ojos.

-Esta bien.-Dijo el pequeño moreno, rindiéndose para explicarle a su novio lo que había pasado.-Tú crees que me hubiera matado realmente?.

-No lo sé, no tenía las balas de oro ni nada, pero no me iba a arriesgar a descubrirlo.-Dijo el enojón, intentando no pensar en eso. No sabía que hubiera hecho si su alma gemela se hubiera muerto. Probablemente se hubiera suicidado para no tener que vivir sin él.

-Supongo que sacaste su cuerpo de nuestra casa, cierto?.-Preguntó el moreno, soportando el dolor solo para acomodarse en el pecho de su pololo.

-Claro que sí, y hice que limpiaran el piso.-Respondió Jaime con una pausa y con una leve sonrisa en sus labios, acariciando levemente la espalda de su novio.-Creo que ya debería ser mafioso, tengo a demasiadas personas listas para matar gente, transportar droga y todo eso. Además tengo las armas necesarias no?.

-Todo lo que tú digas Jaime.-Dijo Nicolás con una ligera sonrisa divertida en su rostro, cerrando los ojos por las caricias de su alma gemela.-Me gusta que me hagas cariño.

-Me doy cuenta, eres como un gatito.-Dijo el enojón sonriendo.

-Tal vez, pero soy tu gatito.-Dijo el pequeño travieso, abrazando al enojón con un brazo, rodeando el torso de este.

-No crees que Manuel, Edgar y Naiko deberían saber lo que paso?.-Preguntó Jaime, sin parar de hacerle cariño a su novio.

-Tal vez después, aún es temprano.-Dijo el moreno, suponiendo esto.

-Esta vez no te equivocaste con el tiempo, realmente es temprano, son las 07:30 de la mañana.-Dijo el enojón, mirando la hora de su celular para luego dejarlo en el mueble que tenía a su lado de la cama.

-Quiero volver a dormir.-Dijo el pequeño moreno con un leve puchero en su labio inferior.

-Si quieres hazlo.-Dijo Jaime con una pausa, observando a su novio, intentando adivinar que era lo que este quería.-Quieres que te acueste, cariño?.

Nicolás sonrió y asintió.

-Bien, intentaré ser cuidadoso Nico, se muy bien que los disparos no son muy lindos.-Dijo el enojón levantándose y dándose la vuelta solo para levantar a su alma gemela.

Mientras cargaba a su pololo, con algo de dificultad destapo la cama y colocó a su novio ahí. Este ya estaba listo para dormir, ya que Jaime le había sacado la mayoría de la ropa para curarle las heridas.

Jaime tapó bien a su novio, para que este aún así no tuviera frío. El primero también se sacó la mayoría de la ropa, quedando solo en boxers para luego acostarse al lado de su alma gemela. Si se lo preguntan, aunque no creo, sí, Jaime había dormido con ropa. Y no porque se hubiera olvidado de eso, solo tenía miedo de que a Nicolás le pasara algo peor y tuviera que ir corriendo al hospital con él.

El enojón se acostó al lado suyo y lo abrazó pero no tan fuerte como para que le doliera a este. De verdad que Jaime no iba a hacer nada que pudiera causarle daño a su novio.

-Duerme lo que quieras Nico, no podrás moverte mucho estos días.-Murmuró Jaime cerca de su oído, haciendo que este se estremeciera un poco.

El moreno asintió, bastante cansado, se durmió en los brazos de su alma gemela. Este último lo miró unos segundos más y se durmió, haciéndole cariño en la espalda otra vez a su novio.

Unas horas atrás.

Keke se estacionó al frente de la casa de su nuevo amigo.

-Muchas gracias por traerme.-Dijo Naiko con una pausa.-Y ya sabes, por salvarme.

-Era lo que debía hacer.-Dijo Keke con una leve sonrisita en sus labios.

Se quedaron mirando unos segundos. Ninguno de los dos se querían despedir.

-Es algo tarde, no quieres quedarte en mi casa?.-Preguntó el pequeño mentiroso, casi con vergüenza.- O sea tengo otra habitación, no es que vayas a quedarte en mi cama ni nada de eso...

-Esta bien Naiko, entiendo.-Dijo el nuevo amigo de Naiko, riéndose ligeramente de esta situación.

Keke salió primero del auto para abrirle la puerta a Naiko. Este salió y buscó sus llaves para abrir la entrada de su casa.

Entraron después de unos segundos a la casa de este. Keke obviamente dejo que Naiko pasara primero.

-Te mostraré donde te vas a quedar.-Dijo el pequeño mentiroso, guiando a Keke a la habitación donde este se quedaría.

La casa de Naiko era linda, Keke tenía que admitirlo.

Cuando llegaron a la habitación, Naiko dejo que Keke mirara la habitación.

-Quieres que te preste alguna polera o algo para dormir?.-Preguntó Naiko, con un leve sonrojo en sus mejillas.

-No, estoy bien así.-Dijo Keke con una sonrisa en su cara.

-Creo que iré a dormir.-Dijo el pequeño mentiroso nervioso, notando que Keke lo miraba fijamente.

-Duerme bien entonces, Naiko.-Dijo el nuevo amigo del recién nombrado, dándole un pequeño beso en la mejilla a este, haciendo que se colocara más rojo y salga de la habitación casi corriendo, cerrando la puerta detrás de él.

Tengo que decirles que a Keke cada vez más le encantaba Naiko.

Soulmates (Jainico). Where stories live. Discover now