39.

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POV Omnisciente

Manuel y Edgar se siguieron besando por varios minutos hasta que el ruloso se separó de aquel gesto amoroso y algo desesperado que ambos necesitaban.

-No te quiero perder Manuel.-Dijo Edgar mirándolo directamente a los ojos, para que vea que dice la verdad.-Te extraño mucho y te amo Manu, de verdad que lo hago, y te juro que no la embarraría más si me das otra oportunidad. Pero Manu, por favor, no te alejes de mí, no lo podría soportar más.

El pequeño del corazón roto lo miró unos instantes, queriendo saber que podía hacer o responder.

-No me volverás a perder Eddie.-Dijo Manuel acariciando la mejilla de este levemente, viendo como este cerraba los ojos y disfrutaba las caricias de su alma gemela.-Te amo y si te daré otra oportunidad, pero ni creas que habrá otra.

-Claro que no habrá otra, ya que no arruinaré esta.-Dijo el ruloso demasiado feliz, abriendo los ojos y mirando los ojos de su alma gemela. Solo se miraron unos segundos más para volver a besarse.

Estuvieron otros pocos minutos así hasta que los interrumpieron.

-Viste Nico? Te dije que estaban bien.-Dijo el enojón con una leve sonrisa en sus labios, notando que su mejor amigo estaba bien. Demasiado bien.

-Chucha, mejor los dejamos.-Dijo el moreno riéndose mientras tomaba la mano de su novio.

Sabían que Manuel y Edgar irían al departamento de este último para recuperar el tiempo perdido. Prefirieron volver a entrar al club, para al menos disfrutar un poco más estos dos.

Volvieron al bar y se sentaron uno al lado del otro, mirándose a los ojos con una sonrisa los dos.

-Iré a ver el lugar, nos hemos quedado aquí mucho tiempo.-Dijo el pequeño travieso con una leve sonrisa, levantándose.-Volveré en unos minutos.

Nicolás se iba a ir pero Jaime lo detuvo tomándolo del brazo.

-Cuídate si?.-Preguntó el enojón, asegurándose.

El moreno asintió y le dio un pequeño beso en los labios a su novio, haciendo que este se relajara. No le gustaba que su alma gemela se fuera de su lado, o al menos en un lugar donde sabe que este podía pasar algún tipo de problema.

Nicolás se alejo del bar y comenzó a ver el lugar. No estaba para nada mal en realidad, un poco oscuro, pero no tendría gracia que fuera con mucha luz.

Caminó mirando todo el lugar, hasta que sin concentrarse en su camino, chocó con alguien.

-Chucha, lo siento.-Dijo el pequeño moreno, disculpándose de inmediato, pensando en que debería ver el camino también para que esto no pase.

-Esta bien, no te preocupes.-Dijo el extraño con una leve sonrisa mirando al moreno.-Soy Álex y tú?.

-Soy Nicolás.-Respondió el recién nombrado, mirando a Álex.

-Sabes? Para compensarme por chocar conmigo, podríamos bailar.-Propuso una idea el nuevo conocido de Nicolás, con una sonrisa coqueta, pero claro, el Nico no reconocía cual eran las sonrisas amables y las coquetas.

-No creo que sea buena idea...

-Vamos, solo un rato, no pasara nada.-Dijo Álex interrumpiendo, haciendo que el moreno cediera en esto. Qué tan malo sería bailar con alguien que acabas de conocer y qué no le digas a tu novio?.

Álex guio a uno de nuestros protagonistas a una pista para bailar. Apenas llegaron, el recién conocido coloco sus dos manos en la cintura de Nicolás y este último coloco sus brazos al rededor de la cabeza de Álex, quedando algo cerca pero tampoco tanto.

-Tienes pololo o polola?.-Preguntó Álex, quien tuvo que acercarse al oído de Nicolás para que este lo escuchara bien.

-Sí, tengo pololo.-Contestó el pequeño travieso, también contestándole cerca del oído. Se quedaron cerca de los oídos por si volvían hablar.

-Debe ser muy afortunado ya que tú eres hermoso.-Susurró el recién conocido con una sonrisa en sus labios.

Tenemos que decir que Nicolás se sonrojó demasiado por eso. No era algo que todos le dijeran en verdad.

-Gracias.-Susurró el moreno, algo nervioso.

-Y por qué tu novio no esta acá contigo?.-Preguntó Álex, acercando a Nicolás más hacia él por la cintura.

-Porque yo quería dar una vuelta por el lugar, le dije que luego volvería.-Respondió el pequeño moreno, teniendo algo de confianza en el conocido.

-Pero en vez de eso, estas bailando conmigo.-Dijo el conocido con una sonrisa y con una pausa.-No te arrepientes de estar haciendo esto?.

-Claro que no.-Contestó Nicolás, casi apoyando su cabeza en el hombro de este.

-Me alegra escuchar eso, amor.-Dijo Álex.

Bailaron por varios minutos más, o al menos es lo que creía Nicolás pero eso lo veremos en unos momentos más.

Hubo un momento en que Nicolás y Álex se miraron fijamente. El conocido iba a besar al moreno, hasta que una fuerza casi como si fuera sobrenatural los separo. No crean que Nicolás no se iba a separar, solo que Jaime llegó más rápido.

-Yo preocupado buscándote y tú bailando con este weón que estaba apunto de besarte?!.-Preguntó el enojón, más que molesto.

-Jaime no seas exagerado, solo han sido unos minutos.-Dijo el pequeño moreno, pensando que su pololo estaba sobre reaccionando a esto.

-Unos minutos Nico?! Ha pasado una hora desde que dijiste que volverías en unos minutos.-Dijo Jaime, casi ni creyéndose lo que Nicolás le decía.

Nicolás casi colocó los ojos casi en forma de platos. No se había dado cuenta que había pasado tanto tiempo.

-Oye, él puede besar a quien quiere y bailar con quien quiera.-Dijo Álex interrumpieron esto. Pero se sintió intimidado cuando vio que Jaime lo miraba y tenía los ojos rojos. Se preguntaran, tiene alma gemela? No, claro que no, nació sin alma gemela así que veía los colores casi por que pena de la tierra o el destino.

-Tú no te metas en esto.-Dijo el enojón sintiendo su sangre arder.

-Me meto cuando quiero...

Claro que no terminó la frase si Jaime lo golpeó, haciendo que este se cayera y casi se desmayara.

-Jaime, no tenías que hacer eso!.-Dijo Nicolás, algo molesto.

-Bien, quédate reconfortando a este weón si quieres.-Dijo Jaime enojado con su alma gemela.

El enojón sacó las llaves de su moto y se las paso a Nicolás.

-Para que te vayas con este weón, se nota que no me necesitas ya.-Dijo el enojón, notando que todos los miraban. Sin más, se fue de aquel bar.

No hace falta decir que Jaime no volvió a la casa esa noche.

Soulmates (Jainico). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora