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POV Omnisciente

Cuando Nicolás junto a Jaime terminaron de comer, al menos hasta que quedaron satisfechos, el enojón pagó y como dijo, se llevaron para comer luego la comida restante, que era demasiada en verdad. El moreno salió del restaurant y esperó a su alma gemela sentado en la parte de atrás de su moto. Nicolás se puso a pensar en como eran las cosas antes. No creía que las cosas habían sido más fáciles antes, nunca lo fueron, solo que cuando estaba con Jaime se olvidaba de eso y era feliz.

No entendía porque la felicidad tenía que ser momentánea, qué tiene de bueno eso? Trabajar tan duro, llorar, gritar para luego solo tener unos segundos de felicidad? No era justo. Pero no podía mentir, todo hubiera sido mejor si se hubiera suicidado antes de haber conocido a Jaime como su alma gemela y lo castigara viviendo para siempre.

El moreno miró a Jaime salir del restaurant y dirigirse a él.

Pero también mentía si decía que no se alegraba de haber conocido a su alma gemela.

-Vamos a nuestra casa para dejar la comida y todo eso y nos preparamos para la noche.-Dijo el enojón con una leve sonrisa subiéndose a la moto y de inmediato sintiendo al moreno abrazarlo y colocar su cabeza en su espalda. Jaime sonrió aún más y empezó a conducir.

El pequeño moreno podía sentir el olor a otro hombre en el polerón de Jaime. No podía engañarse a si mismo y decir que no le dolía, que no sentía un dolor punzante en su corazón, pero no podía hacer nada. Entendía a Jaime, al menos creía entenderlo, era obvio que con el hombre que ahora estaba su alma gemela le podía dar más cosas que él no, menos problemas y tal vez más sexo, y Nicolás nunca podría ser así.

Si había algún ser así como Dios allá arriba, Nicolás solo quería preguntarle por qué le ha mandado tantos problemas en su vida y por qué siempre tenía que enfrentarlos solo. Claro que sí le preguntaba, probablemente lo mande al infierno por homosexual y sin responderle ni una wea.

Ni siquiera se había dado cuenta cuando ya habían llegado a la casa linda. Nicolás había notado que a Jaime le había dolido o algo así cuando se bajo solo, así que espero que su alma gemela se bajara para que lo ayudara a bajarse.

El enojón lo miró cuando se bajo y le sonrió. Jaime de inmediato lo ayudo a bajarse y lo tomo de la mano. Esta vez fue Nicolás quien entrelazo los dedos.

Tenía que aprovecharlo al menos antes de que se vaya con el otro.

Jaime abrió el portón con sus llaves y se dirigió a la entrada para abrirla también. Nicolás paso primero y fue a dejar la comida en el refrigerador de la cocina.

El enojón cerró la puerta y sacó su celular para ver si tenía alguna llamada o algo. Exactamente tenía unas llamadas perdidas de Gabe. Iba a devolverle la llamada hasta que apareció el nombre de Gabriel en la pantalla, estaba llamándolo en ese preciso momento. Jaime contestó de inmediato.

-Supongo que volviste a Santiago y que no te secuestraron?.-Preguntó Gabe con un tono divertido en su voz.

-Supones bien Gabe.-Respondió Jaime con una leve sonrisa.

-No me digas que me estas engañando.-Dijo Gabriel riéndose levemente. Sabía que Jaime había vuelto por Nicolás.

-Yo engañándote? Cuando?.-Preguntó el enojón con una sonrisa divertida.

-Supongo que ya no seremos internacionales?.-Preguntó Gabe por primera vez hablando algo en serio.

-Puta, podrías quedarte allá haciéndolo internacional.-Contestó Jaime, hablando sinceramente.

-Igual bacán, bien, me quedaré.-Dijo Gabriel con una pausa.-Pero ya sabes donde estaré si necesitas tener sexo.

-Chucha, estas seguro que no me querías conquistar?.-Preguntó el enojón recordando eso.

Soulmates (Jainico). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora