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POV Omnisciente

Esa fue la última vez en mucho tiempo que supieron algo de Jaime. Manuel, después de que su mejor amigo se fue así sin nada más, fue a visitarlo a su casa y se encontró con la sorpresa de que estaba vacía, sin nada que le perteneciera a Jaime adentro, era como si se hubiera desvanecido. Nicolás, Manuel y hasta Edgar llamaron a su celular, buscaron sus redes sociales pero todo estaba borrado o no disponible.

Le preguntaron a los vecinos de Jaime para ver si lo habían visto o algo pero dijeron que lo vieron irse en su auto con maletas y nada más. El moreno suplicó cada noche de esos seis meses que su alma gemela estuviera bien. En ese tiempo ni siquiera quiso conocer a alguien más que pudiera reemplazar al enojón, solo quería encontrarlo, decirle que lo entendía y que no era necesario que se haya ido. Que de alguna manera lo perdonaba.

De hecho, el pequeño moreno es el que más tenía esperanza de encontrar a su otra mitad.

Edgar y Manuel se arreglaron después de unas semanas, ahora eran novios por casi cinco meses y Nicolás estaba feliz por ellos, pero eso lo hacía recordar que Jaime no estaba ahí con él.

Ese día Nicolás había salido con Naiko a un carrete. Se quedo unas dos horas ya que no tenía mucho ánimo. Desde que su alma gemela se había ido, no salía mucho a carretes, había ido a ese solo porque su amigo se lo había suplicado casi. Cuando le dijo a Naiko que se iba a ir, este no le tomo mucha importancia ya que estaba coqueteando con un weón que el moreno no conocía, así que se fue no más. Apenas salió del club, le dio un escalofrío y se subió el cierre del poleron.

Camino unas cuadras hasta que notó unos sonidos de unas motos y gente gritando para animar. Al pequeño moreno le llamó la atención esto y se acercó más al sonido de esto. Cuando llegó a este lugar, un hombre estaba a punto de ganar hasta que otro aceleró recién y ganó.

Nicolás curioso se acercó a ver a quien ganó y casi se desmayo cuando notó que era su alma gemela.

-J-Jaime?!.-Preguntó el pequeño moreno casi gritando, llamando la atención inmediata de su otra mitad. Nicolás se iba a acercar más a él pero un desconocido, algo musculoso lo detuvo.

-No te puedes acercar a él, pequeño.-Dijo el extraño burlándose un poco de él.

-Pero yo lo conozco.-Dijo Nicolás intentando pasar pero el desconocido lo empujo.

-Acaso no entiendes...

Jaime no dejo hablar al extraño, ya que lo tenía acorralado contra una pared, casi ardiendo en furia.

-No lo vuelvas a tocar, si él quiere acercarse a mí y hablarme, lo vas a dejar hacerlo, entendiste?!.-Preguntó el enojón, casi dejando sin aire al musculoso.

-E-entendido señor.-Dijo el musculoso, apenas hablando y intentando respirar.

-Dame el dinero que gané hoy.-Dijo Jaime soltándolo y esperando lo recién dicho.

El desconocido para Nicolás, con miedo, le paso un gran fajo de billetes.

-Bien, ahora andate a webear a otro lado.-Dijo el enojón dándole una mirada de muerte al musculoso para luego concentrarse completamente en observar a Nicolás, casi con adoración.-Hola cariño.

-Hola cariño? Hola cariño?! Eso es todo lo que dices después de seis meses?!.-Preguntó el pequeño moreno enojado, frunciendo el ceño.-Eres increíble.

El moreno se giró y se fue de ahí casi trotando para que Jaime no lo siquiera. Claro que su plan se arruinó cuando escuchó el motor de una moto. No servía de nada de correr, Jaime lo encontraría igual. Así que comenzó a caminar hasta que notó que su alma gemela estaba al lado suyo con su motocicleta.

-Nico, me fui porque fue lo mejor que pude haber hecho para ti.-Dijo Jaime conduciendo lentamente al lado de su otra mitad.

-Pudiste darme algo de espacio...

-Lo hice.-Interrumpió el enojón a Nicolás.

-Claro, una semana, hasta dos pero no de seis meses!.-Dijo el pequeño moreno con una pausa.-Crees que no me desespere buscándote? Qué al final del día siempre esperaba que tú estuvieras bien? Eres inmensamente aweonao Jaime por irte así sin decirle a nadie.

Nicolás siguió caminando. Escucho que Jaime se estacionaba ahí no más. Lo próximo que supo fue que unos brazos lo rodearon, abrazándolo fuertemente.

-Entiéndeme Nico, te herí como nadie más lo pudo haber hecho, profundamente, y en ese momento creí que era mejor dejarlos tranquilos.-Susurró Jaime cerca del oído de su alma gemela, haciendo que se estremeciera.-Lamento mucho todo lo que te hice pasar cariño, creo que los dos sabemos que si pudiera retroceder el tiempo hubiera hecho las cosas bien, para no tener que alejarte de mí. Perdóname amor.

-Yo te perdoné hace mucho tiempo.-Murmuró Nicolás para luego girarse y abrazar a Jaime.-Te extrañé.

-Yo igual te extrañé Nico, demasiado.-Dijo el enojón, casi colocando su cabeza en el cuello de su alma gemela.

Se quedaron unos momentos así, hasta que Jaime se separó y tomó la mano de Nicolás para guiarlo hacía la motocicleta.

-Te voy a dejar a tu departamento...

-Ni lo creas, vamos a ir a donde tú vives. No creas que te volveré a perder por otros meses.-Dijo el pequeño moreno haciendo que este lo mirara.

Jaime sonrió y asintió.

-Yo tampoco te iba a perder otra vez Nico.-Dijo Jaime subiéndose a la moto y encendiendola. El moreno se subió atrás y altiro abrazo por el torso a su alma gemela ya que este último había empezado a conducir casi de inmediato.-Si me querías abrazar más, me hubieras dicho no más.

-Cállate.-Dijo el Nico mientras se aferraba más fuerte. Jaime estaba conduciendo a bastante velocidad.

El moreno escuchó a su otra mitad reírse cuando le dijo eso. De alguna manera, apoyo su cabeza en la espalda de Jaime y juró que sintió que este último se relajaba al sentirlo ahí.

Era completamente seguro que los dos se habían extrañado de la misma manera y magnitud.

Soulmates (Jainico). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora