Soulmates (Jainico).

18.-

POV Omnisciente

Cuando el moreno dejo de toquetear los tatuajes de su pololo, por fin esperó la explicación de este de por que estaba ahí.

-La cosa es que te fui a buscar ayer en la noche, para hablar bien las cosas. Toqué la puerta y Edgar la abrió altiro y sin dejarme hablar, me pregunto si sabía donde estabas tú, yo le dije que no, que yo había ido porque tenía que hablar contigo y altiro me desesperé. Le pregunté porque tú no estabas en el departamento y me dijo que era porque te enojaste demasiado de que él haya mentido con que se habían besado mientras estabas conmigo, entonces te fuiste del departamento.-Dijo el enojón con una pausa, colocando una mano en la cintura de su novio y empezó a tocarlo levemente, haciendo que el pequeño travieso se desconcentrará un poco.-Te llamé al principio pero tenías tu celular apagado. Entonces llamé a uno de mis contactos, que por cierto fue muy aweonao, y te encontró en unas pocas horas, claro que hizo que te desmayaras por el cloroformo y te trajo a mi casa con tus cosas.

-En verdad era una historia complicada.-Dijo el moreno riéndose levemente.-Creí que no querías saber nada más de mí.

-Por qué?.-Preguntó Jaime, confundido de que su novio pensara así.

-Por lo que dijo Edgar.-Respondió Nicolás, mirando directamente a su alma gemela.

-Nico, si hubiera sido verdad, me hubiera dolido, bastante en realidad, pero no hubiera podido alejarme de ti. Tal vez sí, me hubiera tomado mi espacio y tiempo para procesarlo y todo eso, pero Nico, sinceramente, estoy comenzando a enamorarme de ti y no habría ninguna cosa que no te podría perdonar.-Dijo el enojón sinceramente, mirando todo el tiempo a su pololo a los ojos mientras decía esto.

Esas palabras casi hicieron llorar a Nicolás realmente.

-Te quiero tanto.-Dijo el pequeño moreno abrazando fuertemente a su enojón.

-Yo también te quiero mucho, cariño.-Dijo Jaime, abrazando devuelta a su alma gemela.

Siguieron en la cama unos treinta minutos más, besándose, haciendo cariño, etc. El moreno se fue a bañar y Jaime esperó en su habitación para después ir a bañarse él. Nicolás lo había provocado otra vez, preguntándole si no quería ir a bañarse con él. Esto ha sido muy difícil para el enojón, no se imaginan cuanto.

Mientras tanto, sacó la ropa de las maletas de su pololo y comenzó a guardarla en su closet, que tenía bastante espacio para este. También le dejo ropa preparada para que cuando este se terminará de bañar, se la colocará. Pero había una diferencia acá, la ropa que iba a usar el moreno era de Jaime. A este último de verdad le gustaba ver a su pololo con su ropa.

-Qué haces?.-Preguntó el moreno, con una toalla solo para la cintura para abajo.

-Ordeno tus cosas en nuestro armario.-Contestó Jaime como si fuera muy obvio.

-Y por qué?.-Preguntó Nicolás, con algo de confusión.

-Porque vas a vivir conmigo.-Respondió el enojón como si fuera más obvio que lo anterior.

-Hablas en serio?.-Preguntó el pequeño travieso demasiado sorprendido.

Jaime paró de ordenar la ropa en el armario para mirar a su moreno.

-Nico, crees que hubiera dejado que vivieras solo? Claro que no.-Dijo Jaime mirando de arriba para abajo a su pololo.-Además, quiero que te quedes conmigo.

-Pero no te molesto ni nada? Ya que igual vienen tus "empleados" acá. No te molesta que vean que estés con un hombre?.-Preguntó Nicolás. Pero Jaime sabía que no era eso lo que quería decir, lo que en verdad quería decir era si él no se avergonzaba de estar con un hombre.

Jaime dejo la ropa del moreno ahí para después acercarse a su novio y darle un pequeño beso en los labios.

-Amor, nunca volveré a ser ese weón, no podría estar avergonzado de estar con un hombre tan perfecto como tú lo eres, Nico.-Dijo el enojón con una leve sonrisa, calmando a su alma gemela. Se notaba que ese tema lo había estado persiguiendo desde que se volvieron a encontrar.

-Pero...

-Ningún pero.-Dijo Jaime con una pausa.-Sabes qué más? Vamos a ir a mi "trabajo" por la noche, para presentarte a todos.

Dicho eso, Jaime le dio otro beso pequeño en los labios a su moreno y se fue a bañar.

Bueno, ahora estaba viviendo con Jaime, así que también le prepararía su ropa al menos. Nicolás miró la ropa que le había dejado su otra mitad y se sorprendió de que sea la ropa de este último. Al parecer recién había entendido que a su novio le gustaba verlo con su ropa, así que se la colocó por él. Bueno, también porque le gustaba la ropa de este y tenía su olor así que no le molestaba para nada usarla.

Cuando se terminó de vestir, fue de inmediato a buscar ropa para su enojón. Eligió la polera que le gustaba en Jaime, también un polerón ya que le podía dar frío en la noche, y entre otras cosas.

Pasaron unos minutos más cuando el enojón entró a la habitación también con una toalla de la cintura para abajo. El moreno lo observó demasiados segundos y Jaime lo notó.

-Disfrutas lo que ves, cariño?.-Preguntó su alma gemela con una sonrisa socarrona, haciendo que el pequeño moreno se sonrojara y terminara de ordenar sus cosas en el closet de Jaime.

Jaime, mojado y todo, abrazó a Nicolás por atrás, haciendo que este diera un pequeño saltito.

-Vístete, te vas a resfriar.-Dijo el pequeño travieso girándose para quedar cara a cara con su pololo.

-No lo sé, me gusta estar en esta posición.-Dijo el enojón con una leve sonrisa en sus labios, notando que el moreno se ponía cada vez más nervioso.-Por qué tan nervioso, cariño?.

Nicolás no respondió, hasta retrocedió un poco, pero de nada sirvió ya que su espalda choco con el closet. Jaime colocó sus manos todavía mojadas debajo de la camiseta de su novio para luego comenzar a besarlo lentamente. Duraron varios minutos así hasta que el enojón comenzó a notar que Nicolás estaba casi al límite de lo nervioso que estaba. Como les digo, él nunca ha estado con un hombre de manera sexual.

-Tranquilo amor, no será ahora, sí?.-Preguntó Jaime mirándolo fijamente ahora, notando como el moreno se empezaba a tranquilizar.-Va a ser especial. Tanto que ni siquiera vas a estar nervioso, te lo prometo.

El pequeño moreno asintió y le dio un pequeño beso en los labios a Jaime para luego mandarlo a colocarse la ropa que eligió.

Podría acostumbrarse a vivir con su pololo.