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POV Omnisciente

Nicolás después de aquella discusión que tuvo con su novio, se fue de inmediato a su casa, sin ni siquiera darle su número a Álex ni nada. Esperaba ver a su novio ahí pero era obvio que este no estaba por ninguna parte de la casa. El moreno no quería discutir con su novio, no quería estar enojado con él. Lo entendía, pero la cosa tampoco era para tanto.

Esperó en el living, al igual que la vez que Jaime se había ido todo el día por algo que también hizo él.

Durmió en el sillón, pero igualmente estaba atento a cualquier sonido de la casa por si acaso.

Cuando escucho la puerta abrirse, creyó que era su novio, pero no fue así. Hubiera deseado que fuera él.

-Álex qué wea?!.-Preguntó el pequeño moreno asustado por ver que este tenía un arma en una de sus manos.

-Oh cariño, deberías conocer más a la gente.-Dijo Álex con una leve sonrisa malvada y apuntándolo con la pistola directo a la cabeza.-Jaime debería aprender a no hacer enemigos. Mejor dicho, debió aprender a no matar a Gabriel.

-Mira podemos hablar sobre es... Mierda!.-Gritó el pequeño moreno cuando sintió que el "conocido" le disparaba en la pierna.

-No hay que hablar. Jaime me arrebató a Gabriel y yo le arrebataré a quién más ama.-Dijo el "conocido" con una sonrisa maliciosa en sus labios.

Nicolás apretó la herida de su pierna para que parara de sangrar esta herida.

-Vamos que tienes que decir algo?.-Preguntó Álex, a quien le gustaba ver a Nicolás sufrir.-O quieres otra motivación?.

El moreno no dijo nada hasta que sintió el otro disparo en su torso, haciendo que se quejara cada vez más.

-P-Por favor no lo hagas.-Dijo el pequeño travieso, sintiendo el dolor esparcirse por todo el cuerpo.

-Tú crees que Jaime tuvo compasión por Gabriel? Claro que no.-Dijo Álex con una pausa.-Pero él lo mato de una vez, así que podrá hacer lo mismo contigo.

-Por favor.-Rogó el moreno con pequeñas lágrimas en su cara, notando como se le nublaba la vista.

-Eso no va a pasar, amor.-Dijo Álex, acercándose a este para apuntarle directamente a la cabeza.-Nos vemos en el otro lado.

Nicolás cerró los ojos, esperando que todo termine rápido cuando sintió un disparo. Espero unos segundos para sentir dolor o ver que todo se desvanecía, pero eso no paso tampoco. El moreno abrió los ojos con debilidad y vio el cuerpo muerto de Álex algo lejos suyo.

Jaime se sentó sobre sus rodillas y hizo que su alma gemela lo mirará.

-Vas a estar bien, te lo prometo cariño.-Dijo el enojón con lágrimas en sus ojos al ver a su novio así.

-Esta bien.-Dijo Nicolás con la voz débil y con una leve sonrisa en sus labios al ver que su pololo estaba ahí, junto a él. Segundos después se desvaneció en el suelo.

Jaime no esperó mucho y cargó a su moreno para ir corriendo a la habitación de ellos. Lo dejó sobre la cama cuando llegó y fue a buscar todas las cosas necesarias que él había usado varias veces para quitarse las balas.

Se preguntaran, por qué Jaime llegó justo a tiempo? No, no es porque justo quiso ir a la casa para arreglar las cosas con su novio, hubiera sido algo lindo eso, pero me veo obligada a decir la verdad en esta historia. El enojón había vuelto a ver todo de blanco y negro por unos segundos cuando le dispararon la primera vez a Nicolás. De inmediato se había desesperado y comenzó a correr para llegar a su casa, no estaba tan lejos pero aún así no pudo evitar el segundo disparo. Cuando volvió a ver todo de blanco y negro por unos segundos, casi ni sentía sus piernas de tanto correr. Apenas pudo llegar cuando vio a Álex apuntándole a su novio con un arma en la cabeza.

Cuando encontró las cosas, agradeció que las balas no eran tan profundas, así que las pudo sacar fácilmente. Las dejó sobre una manta y comenzó a coser las heridas lentamente, para ver que lo hacia bien. Nunca se cuido tanto a si mismo para estas cosas, pero ahora era diferente, estamos hablando de que estaba curando al amor de su vida y al mismo tiempo alma gemela.

Se demoró un par de minutos en hacerlo. Conocía a Álex, era un amigo de Gabriel que siempre había estado enamorado de este último. Claro que este lo rechazó, porque era algo liberal y no quería ser solo de una persona.

El enojón acarició el rostro de su pololo cuidadosamente. Se echaba la culpa, tal vez si no hubiera hecho un escándalo como ese nada de esto le hubiera pasado a su alma gemela.

Jaime miró a Nicolás por unos minutos más para luego sacar su celular y llamar a algunos de sus "trabajadores" para que vengan a la casa a sacar el cuerpo de Álex y que limpien la sangre. Estos vinieron de inmediato y el enojón les dio la orden de que le hicieran lo mismo que al anterior, o sea que lo quemaran. Era por si acaso, quería estar seguro que estaban completamente muertos. No se demoraron nada en hacer lo que el enojón les encargó. Limpiaron la sangre y se fueron, claro que Jaime les pagó por esto, de verdad que no quería dejar solo a su novio mientras sacaba a Álex de ahí y todo eso.

Cerró la puerta y volvió donde su novio quien seguía inconsciente. Se acostó al lado de este y lo siguió observando. No podría cansarse de hacer eso, de verdad que no. Acarició levemente el rostro de su alma gemela y se durmió con su mano sobre la mejilla de este y la otra mano en la cintura de Nicolás, sin ni siquiera estar cerca de la herida de bala que tenía este último. Sabía que su novio no se podría mover mucho estos días, así que él tendría que bañarlo, cocinarle y cosas así. Y créanme que no le importaba para nada hacerlo si era para su novio. Se merecía eso y mucho más.

Al final, no podía enojarse mucho con su novio. Lo amaba y eso era lo único que importaba.

Soulmates (Jainico). Where stories live. Discover now