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Capítulo dedicado a mi secretaria y ayudante: @isidoramoon

POV Omnisciente

Ha pasado un mes y muchas cosas han cambiado. Jaime y Gabriel tenían algo así como una relación, pero no se asusten, era por calentura no más. Al final el enojón y Gabe viajaron a Las Vegas, pero no crean, no eran vacaciones, de verdad Jaime quería hacer su "trabajo" internacional.

Por otro lado, Edgar ha estado intentando conquistar a Manuel otra vez, lo amaba y no lo podía dejar ir como si nada. Ustedes creen que el ruloso se ha preocupado de Nicolás? Para nada, ni siquiera lo ha ido a ver en este mes, solo lo llamó para decirle que Jaime le había contestado y eso, paramos de contar.

Pero Nicolás, mierda, Nicolás estaba mal, no hay palabras más precisas que esas. Había intentado no volver a cortarse, pero ahora si sentía solo, en la cama donde dormía con Jaime, esperando que él volviera, pero simplemente era poca la esperanza que le quedaba ahora. Y qué si Jaime volviera? Nadie le podía asegurar que lo perdonaría y que todo volvía a ser como antes. Así que las cortadas eran lo único que le quedaba ahora. Apenas comía, no tenía ganas de comer, solo quería dormir y cortarse, nada más. Estaba más delgado, se notaba, el moreno siempre se miraba una vez al día al espejo, estaba más pálido, con ojeras, casi sin vida. "Das asco" es lo que siempre pensaba el pequeño moreno cada vez que se veía.

Jaime estaba en su habitación solo. Esta bien que Gabe y él tengan sexo, pero no compartiría su habitación con él. El enojón hace mucho que no sabía de Nicolás, había llamado a Manuel pero este dijo que no le veía como hace un mes. También le había dicho que Edgar había dejado al moreno de lado, así que realmente nadie sabía como estaba. La curiosidad lo mataba, estaba enamorado de él, qué más podía hacer?.

El enojón llamó a Alexander y este le contestó a los pocos segundos después.

-Jaime, qué pasa?.-Preguntó Alex. Jaime pudo notar un leve temor en su voz.

-Quiero que averigües como esta Nicolás, sin hacerlo desmayar ni nada de eso, solo quiero que lo veas y me digas como se ve, listo.-Respondió el enojón, explicándole que no tenía que usar nada de cloroformo.

-Esta bien, no será difícil, lo llamó cuando lo encuentre y vea como esta.-Dijo Alexander para luego colgar.

-Más trabajo?.-Preguntó Oscar, abrazándolo por atrás.

-Sí, pero al parecer no tengo que secuestrar a nadie.-Respondió Alex riéndose un poco para luego darle un pequeño beso en los labios a su novio y ponerse en marcha para ver donde estaba Nicolás.

El moreno decidió salir solo para comprar varias afeitadoras pero solo por la hojilla, algunas se estaban oxidando por la sangre que quedaba. Salió con las llaves de la casa y comenzó a caminar cuando sintió que alguien lo seguía. Miró a todas partes pero no había nadie, altiro pensó que la soledad lo estaba volviendo loco y siguió caminando como si nada. Ya ni cubría sus cortes con pulseras, no servían de nada si se manchaban con sangre igual.

Alexander no podía creer lo cambiado que estaba el chico del jefe. Y no hacia falta acercarse para saber que lo que tenía en los brazos Nicolás eran cortes. No necesitaba ver más, así que dejo que Nicolás siguiera caminando no más.

De inmediato llamó a Jaime y este le contestó.

-Y cómo esta él?.-Preguntó el enojón, sin querer esperar más.

-Estaba seguro que Nicolás era moreno.-Fue la primera observación de Alexander.

-Claro que es moreno.-Dijo Jaime, recordando la piel de su alma gemela. Le gustaba que fuera así de morenito.

-Bueno, al parecer ya no lo es, esta más blanco que un papel.-Dijo Alex, haciendo que la preocupación del enojón empezará a aumentar. Imagínense que en ese momento ya había empezado a empacar para ir a ver a Nicolás.-Esta mucho más delgado, con ojeras, y no sé si debo decirle esto.

-Dime, ahora.-Dijo Jaime, demandante.

-Al parecer se esta cortando.-Dijo Alexander.

No, Nicolás no podía estar haciendo eso de nuevo, se negaba a creerlo.

-Estás seguro?.-Preguntó el enojón empacando aún más rápido para salir de la habitación con su maleta, sin ni siquiera decirle nada a Gabe.

-Muy seguro, son cortadas bastante profundas.-Respondió Alex, para luego sentir que el jefe colgaba llamada.-De nada.-Finalizó Alexander sarcásticamente.

Jaime llamó al jet privado y le dijo que lo quería ahora mismo, que llegaría al aeropuerto en quince minutos. Ahora el enojón estaba corriendo para irse del hotel y pedir un taxi para que lo deje en el aeropuerto.

Al día siguiente, eran las una de la tarde cuando Nicolás tenía que almorzar, pero ahora simplemente estaba mirándose en el espejo del baño del segundo piso de la casa, con la puerta cerrada.

-Eres un asco Nicolás, quién te podría querer así?.-Preguntó el pequeño travieso para si mismo, mientras sacaba una de sus hojillas y comenzaba a cortarse una y otra vez, haciendo que la sangre cayera en el lavamanos.-Me lo merezco, por hacer sufrir a Jaime, merezco morir. Con razón a Edgar ya no le preocupas, ni menos a Jaime.

Comenzó a hacerse múltiples cortadas profundas en uno de sus brazos, haciendo que hasta se quejara. Tenemos que decir que hasta el baño era insonoro?.

Jaime sacó sus llaves de la casa y abrió el portón con su maleta en la mano, fue casi corriendo a abrir la entrada a la casa y entró. Las cosas definitivamente estaban mal, estaba todo oscuro en el living. El enojón no escuchó ningún sonido así que dejo su maleta ahí y subió las escaleras. Miró primero su habitación y notó que las llaves de Nicolás estaban ahí, o sea que el moreno estaba en la casa. Jaime se quedó ahí unos segundos, notó una caja con hojillas, algunas con sangre seca. No lo tomo nada de tiempo ir al baño que estaba cerca de la habitación, abrió la puerta del baño y lo primero que vio era a Nicolás cortándose y la sangre cayendo en el lavamanos. Este estaba tan concentrado que ni siquiera lo notó en la puerta. El enojón caminó rápidamente hacia Nicolás y le quito la hojilla con sangre de este último y la botó en el lavamanos.

Era verdad, Nicolás ya ni siquiera era el moreno que conocía. Jaime buscó casi con desesperación algodón, vendas y alcohol en el baño. Apenas lo encontró, hizo que el pequeño moreno se sentará en la tina para comenzar a curarle las cortadas recién hechas. El moreno ni siquiera podía creer que Jaime estaba ahí. Nicolás ni siquiera se quejo cuando le colocó el algodón con alcohol en las heridas. En unos minutos terminó de curar los dos brazos y los vendó. Apenas terminó, hizo que Nicolás se parará y que lo llevará a su habitación. Lo sentó en la cama y se puso en cuclillas para mirarlo.

-En qué estabas pensando Nico?.-Preguntó el enojón, tomándole de la mano al moreno para que lo mirara.

-En todo.-Respondió Nicolás, sonaba tan cansado.

-Acaso no crees que hay gente que se preocupa por ti y que te ama?.-Preguntó Jaime sin entender nada, queriendo que su moreno volviera.

-No, no lo creo.-Contestó el Nico, apenas pudiendo mirar a su alma gemela a los ojos. Ya tenía lágrimas en los ojos.

-Te equivocas Nico, yo me preocupo por ti.-Dijo el enojón con una pausa.-Y te amo.

El moreno lo miró unos segundos, como si no se lo creyera.

-Escúchame bien, te amo Nicolás, aunque no quiera hacerlo, lo hago. Y yo te perdono por lo que paso.-Dijo Jaime sinceramente, entrelazando sus dedos con los del pequeño travieso.

-Yo también te amo.-Dijo Nicolás bastante débil con lágrimas cayendo por su cara. Lo próximo que supo fue que su alma gemela lo estaba besando lentamente y él le estaba correspondiendo, con necesidad.

Y así fue como el pequeño suicida y su alma gemela se reencontraron.

Soulmates (Jainico). Where stories live. Discover now