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POV Omnisciente

Finalmente Manuel condujo el auto de su ex. Este último fue de copiloto mientras observaba como su alma gemela manejaba su automóvil. Y descartando, Naiko se fue en la parte de atrás mirando la escena de estos dos. Mejor dicho, la escena que le hacia Edgar a Manuel, ya que desde que hablaron las cosas, el pequeño del corazón roto no le había vuelto a coquetear o hablar de estar juntos al ruloso.

-Te ves bien Manu.-Dijo Naiko intentando conversar de algo, ya que se sentía algo incómodo.

-Gracias Naiko, tú también te ves bien.-Dijo Manuel con una leve sonrisa, manteniendo su vista en el camino.

-Te apuesto a que vas a enamorar a todos los weones que estén allá, aunque sean heteros.-Dijo el pequeño mentiroso riéndose ligeramente.

-Esa es la idea.-Dijo Manu, concentrándose en el camino.-A ver si encuentro alguien con quien pasar la eternidad.

Edgar lo miró para luego bajar la mirada. No sabía si había sido una indirecta o no, pero aún así le llego fuertemente. No podía decir nada sobre esto, realmente no le gustaba la idea de que Manuel pasara con alguien por siempre. Al menos alguien que no sea él.

-Estoy muy seguro de que lo encontraras.-Dijo el pequeño mentiroso, mirando a Manuel para luego mirar a su alma gemela.

No necesitaba hablar con Edgar para saber que este seguía enamorado de Manuel. Lo único que faltaba para que Manuel y Edgar volvieran a estar juntos, es que este último hiciera las cosas bien, y claro, Naiko le ayudaría en eso. Le gustaba el ruloso, mejor dicho, lo amaba, pero sabía cuando una persona tiene que estar con alguien más, y él no impediría eso.

El resto del camino Naiko y Manuel fueron los únicos que hablaron mientras Edgar solo escuchaba y sacaba su celular para revisar algunas cosas.

Cuando por fin llegaron, el ruloso salió rápido del auto y le abrió la puerta a Naiko. Luego, casi obligando a Manuel a que se quedara en el asiento del piloto, también le abrió la puerta, haciendo que este se riera y saliera del auto. Manu le iba a devolver las llaves del auto pero Edgar insistió de que este iba a manejar de vuelta, o al menos si es que este no estaba tan borracho.

Jaime y Nicolás se rieron bastante al ver la escena en que Edgar quería abrirle la puerta a Manuel y a Naiko. Finalmente entraron al lugar y este ya estaba lleno de gente bailando, tomando, drogándose, lo típico.

El enojón tomó la mano de su pequeño moreno para no perderlo entre tanta gente y se dirigieron al bar para pedir algo por mientras. El trío los siguió y fueron al bar también, sentándose al lado de estos.

Jaime pidió por todos los del grupo. Sabía que Nicolás tomaría shots de Whisky y él también, Edgar pediría varios vasos de Vodka, Naiko pediría Tequila y finalmente Manuel no pediría nada. No tenía que emborracharse para divertirse. En pocos minutos les trajeron todo lo que pidieron.

Nicolás se estaba divirtiendo con Jaime tomando hasta que sintió alguien tocarle el hombro. Se giró y miró a alguien que era conocido.

-Hola Nico.-Dijo Iván con una leve sonrisa, notando que Jaime colocaba una mano en la pierna del moreno, como si estuviera marcando lo que era suyo. Iván se quería reír de eso, como si no fueran obvios los chupones que tenía Nicolás en el cuello.

-Iván?.-Preguntó el moreno con una leve sonrisa.

-Él mismo.-Dijo Iván mirando a cada uno del grupo hasta parar en Manuel. No sabía porque pero algo le gusto de este último, algo le llamaba la atención.-Creo que no nos hemos presentado.-Finalizó el drogadicto caminando un poco hacia Manuel.-Creo que ya oíste mi nombre, soy Iván.

-Soy Manuel.-Dijo el recién nombrado con una sonrisa en sus labios, observando a Iván.

-Nico, me puedo llevar a tu amigo un rato?.-Preguntó Iván mirando directamente a los ojos a Manuel para luego mirar a Nicolás.

-Si a él le parece bien.-Respondió el pequeño travieso, entretenido al ver esta escena.

-Me parece bien.-Dijo Yelo levantándose de su asiento y caminando junto a Iván, quien lo guiaba.

-Ese weón no me agrada.-Dijo el ruloso casi gruñendo, mirando hacia donde se fue su alma gemela con Iván.

-Créeme que a mí tampoco.-Dijo Jaime, también observando hacia donde se fue su mejor amigo con ese weón.

-Es buena onda.-Dijo el pequeño moreno con una ligera sonrisa, tomándose otro shot al seco.

-Claro que es buena onda cuando tenía su lengua casi en tu garganta y su mano en tu cuerpo.-Gruñó el enojón recordando eso.

-Fue solo una vez.-Se intentó defender Nicolás.

-Claro, la vez que lo conociste.-Recordó Jaime, sintiendo los celos otra vez. Al menos hasta que su alma gemela hizo que lo mirara.

-Jaime sabes que eso no va a volver a pasar, ahora estoy contigo.-Dijo el moreno delicadamente mientras acariciaba ligeramente el rostro de su novio.-Y te amo solamente a ti.

-Aún así no me agrada ese weón.-Dijo el enojón para luego besar a su alma gemela con algo de posesión.

Pasaron treinta minutos y Naiko había intentado hablar con Edgar, pero este no lo escuchaba, o al menos no le ponía atención, estaba observando lo que hacía su alma gemela con Iván.

-Bien, me voy.-Dijo el pequeño mentiroso intentando tener la atención de su alma gemela al menos en eso, pero ni eso funciono.

Edgar se tomó su último vaso de Vodka, pero no sentía ni un tipo de efecto en sí mismo. Volvió a mirar a su alma gemela y este se estaba besando con Iván.

Créanme que el ruloso de verdad quiso controlarse pero no pudo. Apenas notó cuando ya sacó a Iván de los labios de su alma gemela y se llevó a este último de aquél lugar.

Cuando estuvieron afuera, Manuel se soltó del agarre de Edgar, quien estaba bastante celoso y se notaba.

-Edgar, no puedes sacarme de ahí solo porque quieres, puedo besarme con quien quiera y...

Manu quería seguir hablando, pero los labios de Edgar se posaron sobre los suyos, besándolo con desesperación, celos y necesidad. Manuel no soporto mucho más y lo besó de vuelta, extrañando sentir cerca a su alma gemela.

Soulmates (Jainico). Where stories live. Discover now