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POV Omnisciente

Cuando Jaime despertó, Nicolás no estaba a su lado. El enojón de inmediato se levantó y se vistió, casi como si estuviera desesperado por saber donde estaba su novio. Bueno, y así era.

Salió de la habitación casi corriendo y bajó las escaleras. Volvió a respirar tranquilamente cuando vio que su alma gemela estaba haciendo el desayuno/almuerzo. Habían despertado muy tarde así que ese sería su desayuno y almuerzo al mismo tiempo.

-Buenas tardes.-Bromeó el pequeño moreno con una leve sonrisa mirándolo unos segundos para luego seguir cocinando.

-Me asustaste Nico, creí que te había pasado algo.-Dijo el enojón de repente, mirándolo. De repente noto que Nicolás había cambiado de expresión. Jaime supo que iba a pasar algo que no le iba a gustar.-Qué pasa, cariño?.

-Tenemos que hablar Jaime.-Dijo Nicolás de repente, cambiando hasta su tono de voz. Se notaba que era algo serio. El enojón asintió, sin saber que iba a pasar. El moreno apagó la cocina para que la comida no se quemara.

El pequeño moreno camino hacia el living y su alma gemela lo siguió. El pequeño travieso se sentó al frente de su enojón, o tal vez después de unos minutos, su ex enojón.

-Cuéntame.-Dijo el enojón de inmediato, queriendo saber porque su moreno estaba tan serio.

-Creo que deberíamos terminar Jaime.-Dijo el pequeño travieso bajando la mirada. No crean que no le dolía, claro que lo hacía pero creyó que era lo mejor.

Pero si creían que a Nicolás le dolía, a Jaime le dolía el doble.

-Nico, hice algo mal? Si crees que va a volver a pasar lo de...

-Jaime no es eso, no me puedes perdonar todas las cosas, tú con lo de ayer tenías derecho a enojarte y hasta gritarme, pero no lo hiciste por el solo hecho de que me dispararon.-Dijo Nicolás con una pausa, sintiendo un nudo en la garganta.-Y no ha sido la única vez Jaime, cuando llegaste casi un día después por algo que también fue mi culpa, me perdonaste, y no creo que eso sea en lo que se base una relación estable. Te amo Jaime, de verdad que lo hago, y así será siempre y para siempre, pero de verdad creo que debemos terminar.

El enojón se quedo callado por varios minutos, haciendo que Nicolás se colocara más nervioso.

-Esta bien.-Dijo Jaime intentando disimular su dolor con la seriedad que tenía en su voz.

-Eso es todo lo que vas a decir?.-Preguntó el moreno, no notando el daño que le había provocado a su ex novio.

-Qué quieres que diga Nicolás? Tú quieres terminar y yo no puedo hacer nada para evitarlo.-Respondió el enojón con una pausa, evitando mirar a Nicolás a los ojos.-No es necesario que cocines tanto, no me quedaré acá.

-Jaime esta es tu casa no tienes que irte...

-De cualquier manera me iré, y prefiero que te quedes acá, no soportaría recordar los momentos que pasamos acá.-Dijo el recién nombrado levantándose de su asiento, no queriendo estar ahí ni un minuto más.-Disfruta tu soltería.

-No es necesario que terminemos así Jaime, podemos ser amigos.-Dijo el pequeño moreno levantándose con cuidado.

Jaime se giró y lo miró a los ojos.

-Tú crees realmente que podría ser amigo tuyo después de todo lo que hemos pasado Nicolás?.-Preguntó Jaime con una pausa.-Adiós.

El enojón tomo sus llaves de la moto y se fue de aquella casa que le recordaba todo a Nicolás.

Jaime se subió a su moto y la encendió de inmediato, sin mirar atrás, empezó a manejar. No tenía donde ir, había matado al único amigo que de alguna manera lo entendía y lo hacía olvidarse todo al menos unas horas.

El enojón tenía las llaves de la casa de Gabriel y se dirigió a esta, pero antes paso por su trabajo para comprar algo. Gabriel ya no lo podría detener de drogarse.

A todos sus "trabajadores" les sorprendió de ver a su jefe dejando que vendan droga por ahí y que más encima este compre.

Apenas llegó a la casa de Gabriel, estacionó su moto en el garaje de este. Cerró la puerta de aquel lugar y miró su moto. Hasta ese simple objeto le recordó a Nicolás.

Jaime observó el garaje y vio que había una llave maestra. La tomó y cuando iba a pegarle a la motocicleta con esta, se arrepintió. Era el único recuerdo que tendría de Nicolás en mucho tiempo, o al menos así lo veía él.

Entró a la casa con las drogas y se sentó en el sillón más próximo que estaba de él. Sacó las drogas que acababa de comprar y las miró. Había comprado heroína, LSD y marihuana. No quería probar algo tan suave como la marihuana y sacó entonces las tabletitas de LSD y sacó solo una. La dejó en su lengua y después de varios segundos empezó a sentir los efectos.

Si para olvidarse de Nicolás tenía que estar drogado, borracho y hasta muerto, lo haría.

Mientras tanto Nicolás estaba en su habitación, como esperando que Jaime volviera para decirle que se arrepentía de todo lo que había dicho, que no quería terminar con él. De repente notó algo raro, juraba que vio al menos por un milisegundo todo blanco y negro, como un destello, pero de inmediato pensó que era su mente que estaba imaginando cosas. Que solamente estaba mal porque había terminado con Jaime.

Había pasado una hora desde que su alma gemela se fue de la casa y sentía que lo extrañaba más que nunca. Por qué fue tan aweonao para hacerle eso? Pudo haberlo conversado con él primero para que entienda que no era una relación buena si se perdonaban todas las cosas, no solo llegar y terminar con él como si no le importara los sentimientos de Jaime.

Ya había llamado a Manuel, Edgar y Naiko para contarles lo que había pasado. Solo contesto Manuel, ya que Edgar estaba durmiendo a su lado así que no tenía necesidad de contestar también. Naiko estaba ocupado con Keke, paseando por Santiago y había dejado su celular en la casa para no estar pendiente de este.

Manuel le había asegurado que Jaime volvería y que no haría nada malo.

Pero claro, la gente se equivoca.

Soulmates (Jainico). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora