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POV Omnisciente

El moreno despertó tres horas después por el frío, estaba temblando y hasta sentía que se estaba congelando, claro metafóricamente pero el sentimiento seguía ahí. Ahora si que no entendía cuando decían que el frío era psicológico. Se sentó bien en la banca y miró que todas sus cosas seguían ahí, cosa que lo tranquilizó un poco.

No quería ni encender su celular. Sabía que nadie lo estaría buscando, Edgar era obvio que había dicho todo lo que pensaba de él. Jaime debía pensar que él era un infiel o cosas así, era claro que no lo querría volver a ver, aunque fuera mentira todo lo que dijo Edgar, igual no lo culpaba si no quería verlo. Manuel, bueno, ni hablemos de él, creyó que Edgar lo había engañado con él.

A donde tenía que ir ahora? No podía seguir durmiendo aquí, cierto?.

Seguía pensando en eso hasta que sintió un pañuelo contra su nariz y boca. En unos segundos se desmayó, alguien lo había dejado inconsciente con cloroformo. El desconocido sacó su celular y llamó al número marcado.

-Lo tengo jefe.-Dijo el extraño para luego colgar, mirando el cuerpo inconsciente del moreno. Tuvo que cargar el cuerpo y después las maletas y mochila al auto en el que había ido.

Se demoró treinta minutos en llevar a la casa del jefe a Nicolás. Cuando llegó, Jaime salió rápido de su casa para ver a su moreno.

-Lo drogaste o algo así?!.-Preguntó Jaime con el ceño fruncido, mirando a su contacto.

-No es lo que quería que hiciera? Acaso no lo vas a torturar como a los otros?.-Preguntó Alex confundido.

-Claro que no, es mi chico.-Respondió el enojón cargando el cuerpo inconsciente de su moreno.

-T-Tu chico?.-Preguntó Alexander, bastante sorprendido.

-Qué? No lo escuchaste bien la primera vez?.-Preguntó Jaime algo molesto.-Has algo útil y trae su mochila con las maletas.

Con eso dicho, Jaime entró a su casa con Nicolás en los brazos. Claro que lo llevo a su habitación, le sacó la mayoría de la ropa, solo dejándolo en boxers. Prefería no cambiarlo de boxers él mismo, al menos no ahora, y lo acostó en su cama, tapándolo bien conociendo lo friolento que era su novio.

Le dio un pequeño beso en la frente y se fue de la habitación, cerrando la puerta.

Bajo las escaleras y ahí estaba Alex con cara de arrepentido y con las maletas y mochila del moreno.

-Ya te puedes ir.-Dijo el enojón colocándose la mochila de Nicolás y tomando las maletas.

-Jaime, no sabía que era tu chico del que hablabas, lo lamento.-Dijo Alexander rápidamente para luego irse casi corriendo de ahí, cerrando la puerta claramente.

Jaime suspiró y subió las escaleras con las maletas y la mochila en su espalda para luego entrar en su habitación. Dejo las maletas y mochila de su novio al lado de donde estaba durmiendo este pero en el piso.

Se sacó toda la ropa para luego colocarse otros boxers y acostarse al lado del pequeño travieso, pero no abrazándolo, no quería que este despertará, sin saber donde estaba y de repente alguien lo estaba abrazando, claro que le daría casi un ataque. Pero no evitaba sentir que necesitaba abrazar a su moreno.

Hora y media después Nicolás despertó de repente, y como dijo Jaime, sin saber donde estaba. Notó que estaba en una cama y se giró para ver si había alguien más en esta. Respiró tranquilamente cuando vio a su pololo Jaime durmiendo a su lado. El pequeño moreno se acercó a este y lo abrazó para luego seguir durmiendo.

Cuando Alexander le avisó a Jaime que había encontrado a Nicolás, el enojón le avisó a Edgar que lo había encontrado, pero que ni se atreviera a querer contactarlo, al menos por hoy no.

La culpa se estaba carcomiendo al ruloso. Solo había dicho esas cosas porque Jaime le caía como la mierda, pero Nicolás no era fácil, o si no este hubiera dejado hace mucho tiempo que haya tenido sexo con él.

Pero había algo de Jaime que no le gustaba, no sabía que era en realidad, podría ser toda su personalidad o que crea que el Nico le pertenecía.

Bueno, cambiando un poco de tema, Edgar había llamado muchas veces a su pololo Manuel, pero este rechazaba sus llamadas para luego cansarse y apagar su celular para que dejará de llamarlo. Claro que la había cagado, nunca había engañado a Manu con Nicolás, ni con nadie. Iría a la casa de Manuel mañana, no podía dejar las cosas así.

Al día siguiente, el enojón despertó y notó a Nicolás abrazándolo, de inmediato sonrió y lo rodeó con sus brazos, teniéndolo más cerca de él. Comenzó a hacerle unas leves caricias en la espalda, haciendo que el moreno se estremeciera entremedio de sus sueños. Jaime miró a su moreno y comenzó a darle pequeños besos por toda la cara de este. No quería despertarlo pero sí besarlo. Le había dado besos por toda la cara menos en los labios, hasta que el pequeño travieso abrió los ojos y le dio un gran beso a Jaime antes de que este lo haga.

-Buenos días, amor.-Murmuró Jaime contra los labios de su pequeño moreno.

-No sé como chucha llegué a acá, pero creo que lo hablaremos después, no?.-Preguntó el moreno con una leve sonrisa para darle otro leve beso en los labios.

-Es una historia algo compleja.-Dijo el enojón, notando como Nicolás se colocaba encima suyo.

-Me la vas a tener que contar igual, Jaime.-Dijo Nicolás, colocando sus manos en el pecho de su alma gemela.

-Nico, si te quieres sentar sobre mis boxers, no hay problema, pero por favor no te muevas.-Avisó Jaime, casi suplicándole que no lo hiciera.

-Me vas a contar?.-Preguntó el moreno con una sonrisa algo divertida, sabiendo que tenía algún tipo de control ahora sobre su pololo.

-Nico...

No siguió hablando ya que su alma gemela se había movido intencionalmente contra su boxers, haciendo que eso fuera otra tortura para él.

-Es un si o un no.-Dijo el pequeño moreno con una sonrisa.

-De verdad me vas a matar.-Dijo el enojón, notando que su Nicolás tenía cara de victorioso.

-No pedí que me dijeras eso.-Dijo Nicolás para luego moverse unos segundos más contra el boxer de su novio.

-Sí te contaré, pero para.-Dijo Jaime entre dientes, sintiendo como su pololo se reía ligeramente y ahora se acostaba a su lado, tocando cada uno de sus tatuajes en su torso y brazos.

Se preguntaran, por qué Jaime simplemente no tiraba a Nicolás a la cama y tenían sexo de inmediato? Es una respuesta algo romanticona, el enojón sabía que el moreno, en alguna parte de él, quería que fuera algo especial, que siempre recordarían y eso es lo que haría Jaime, hacerlo especial solo por él.

Soulmates (Jainico). Where stories live. Discover now