Soulmates (Jainico).

28.-

POV Omnisciente

Jaime solo caminó y siguió caminando. Era muy temprano para ir a un bar, así que no era una opción eso. Tampoco quería ir al "trabajo" después de lo que sucedió ayer, al menos no hoy.

Siguió caminando mientras recibió una llamada. Bueno, había recibido varias por parte de Nicolás y Manuel pero no quería hablarle a ninguno de los dos. Pero esta vez no lo llamaba ni su alma gemela ni su mejor amigo.

Llamada entrante: Gabriel.

El enojón contestó y habló.

-Pasó algo Gabe?.-Preguntó Jaime, algo preocupado.

-No lo sé, dímelo tú, por qué tienes tus ojos rojos?.-Preguntó Gabriel casi algo divertido.

Jaime escuchó dos veces lo mismo y miró a su amigo casi al frente suyo. Claro que lo abrazó, sabía que no lo había visto hace dos días pero Gabriel era un buen amigo.

El enojón colgó la llamada y se separó del abrazo.

-Puedes decirme por qué no estas haciendo internacional nuestro trabajo?.-Preguntó Jaime intentando estar serio, pero no pudo, una leve sonrisa tenía en sus labios.

-Vamos, no quería estar lejos de acá.-Dijo Gabe con una sonrisa.

-No me engañas tampoco Gabriel, no querías estar lejos de mí.-Dijo el enojón bromeando.

-Puta, como no extrañar al jefe con quien me acostaba.-Dijo Gabriel riéndose y comenzando a caminar junto a su amigo.

Se quedaron en silencio y se miraron. Se notaba que Jaime estaba mal.

-Qué pasó?.-Preguntó Gabe finalmente, preocupado por lo que le pudo haber pasado a su amigo.

-Nada.-Respondió Jaime colocándose serio, seguía sin querer hablar de eso.

-Vamos, se que es mentira.-Dijo Gabriel, mirándolo, como esperando que sus ojos volvieran a ser normales.

-A Nicolás le gustaría estar enamorado de Edgar y no de mí.-Dijo el enojón con una expresión neutra.

-Y tú crees que eso es verdad?.-Preguntó Gabe, algo curioso.

-No lo sé, han pasado tantas cosas con Edgar, que ya ni siquiera se que es verdad o mentira.-Contestó Jaime, sinceramente.

-Te ha llamado?.-Preguntó Gabriel, caminando hacia ningún lado.

Jaime para contestarle le paso su celular para mostrarle las veces de que su alma gemela lo ha llamado.

-Te ha llamado dieciséis veces?.-Preguntó Gabe, bastante sorprendido.-Y hace cuanto que fue que te alejaste de él?.

-Hace treinta minutos.-Respondió el enojón, casi seguro de eso.

-Y tú crees que no esta arrepentido con todas estas llamadas?.-Preguntó Gabriel, haciendo parar a Jaime.

-No quiero volver y averiguarlo. Solo quiero ir a tomar algo de alcohol pero es muy temprano para los bares.-Contestó Jaime, mirando unos segundos a su amigo para luego mirar derecho.

-En mi casa quedo bastante alcohol de aquella vez, si es que te sirve de algo.-Dijo Gabe con una leve sonrisa.

-Eso me serviría bastante.-Dijo el enojón, por fin encontrando a alguien que sabía lo que quería.

-Traje mi moto, esta cerca de acá.-Dijo Gabriel dirigiéndose a su moto.

-Pásame las llaves, yo conduciré.-Dijo Jaime, quitándole las llaves de las manos a su amigo.

-Dime por qué siempre tienes que ser el dominante o activo?.-Preguntó Gabe riéndose, notando como los ojos volvían a la normalidad.

-No puedo cambiar.-Respondió el enojón con una sonrisa en sus labios, viendo la moto de su acompañante y subiéndote a esta.-No te sostengas de mí.

-Como si quisiera hacerlo.-Dijo Gabriel con un tono divertido en su voz.

Jaime encendió la moto y comenzó a conducirla hasta la casa de su amigo, cual sabía perfectamente donde era.

Mientras tanto, Nicolás y Edgar estaban sentados en el living de la casa, callados los dos con sus celulares en las manos.

-Te ha contestado Jaime?.-Preguntó el ruloso, ya con varios moretones en la cara.

-No.-Respondió el moreno pasándose una mano por su pelo. No sabía porque había dicho esas cosas, claro que eran mentiras, si pudiera elegir de quien enamorarse, hubiera elegido a Jaime igualmente.-Y Manuel?.

-Tampoco, apagó su celular.-Contestó Edgar bloqueando su celular y guardándolo en su pantalón.-Cuando llegamos a este punto?.

-Creo que fue cuando le fui infiel a Jaime.-Respondió Nicolás, mirando a su mejor amigo unos segundos para luego mirar su celular. Realmente esperaba que Jaime lo llamara devuelta o algo.-Tal vez si hubiera pensado bien las cosas, nada de esto hubiera pasado, y hasta Manuel hubiera vuelto más rápido contigo.

-No podemos lamentarnos ahora, ya no hay nada que se pueda hacer.-Dijo Eddie con una pausa.-Solo nos queda arreglar las cosas.

-Y cómo?.-Preguntó el pequeño travieso, en verdad queriendo saber que hacer.

-Ese es el problema, no sé.-Respondió el ruloso.-Empezando, no decir que desearíamos estar enamorados de otros y no de ellos.

-Créeme que eso lo tengo más claro que nada.-Dijo Nicolás, sintiéndose tan arrepentido.

-Creo que ahora solo tenemos que esperar, alguna llamada o algo.-Dijo Edgar, volviendo a sacar su celular.

Pasaron varias horas, de hecho, ya era de noche cuando Edgar se fue. El moreno se quedo en el living esperando a su alma gemela. Eran las once de la noche cuando vio la puerta abrirse, y Jaime entrando por esta.

El pequeño moreno no dijo nada ni lo miró, solo estaba con su mirada fija en el celular. Jaime lo miró unos segundos y se acercó a él.

Nicolás no sabía que iba a hacer su alma gemela hasta que este lo cargo en sus brazos y se dirigió a su habitación.

-Jaime yo quería...

-Lo sé Nico, te perdono.-Dijo el enojón sabiendo lo que este iba a decir. Había tomado bastante, pero no se emborrachó, ni menos hizo algo estúpido como acostarse con Gabriel.

-Pero...

-Nico, ya lo sé.-Dijo Jaime mirándolo y entrando a su habitación para luego colocar a este sobre la cama.-Solo vamos a dormir.

-Te amo y no me arrepiento de estar enamorado de ti.-Dijo el pequeño moreno por fin completando una frase completa.

-Yo también te amo y nunca me arrepentiría de estar enamorado de ti, cariño.-Dijo el enojón con una leve sonrisa en su rostro.

Jaime ayudo a su moreno a sacarse la mayoría de la ropa, dejándolo en boxers no más. Y Nicolás hizo lo mismo con su enojón, dejándolo igual que él. El enojón destapó la cama y acostó a su pequeño travieso y este al lado de él, abrazándolo.

No había ningún problema que no podrían superarlo juntos. Claro, se tomaran su tiempo y su espacio, para luego resolverlo y planear estar juntos siempre y para siempre.