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POV Omnisciente

Cuando Nicolás terminó de vestirse le avisó a Jaime y este por fin se giró y lo miró.

-Sabes que esa fue la peor tortura que pudiste haberme hecho, no?.-Preguntó el enojón con una leve sonrisa, mirando a su alma gemela.

-Lo sé y por eso la hice.-Respondió el moreno con una sonrisa, intentando ser inocente.

-Pequeño travieso.-Dijo Jaime acercándose a él y besándolo por unos segundos para luego mirarlo fijamente a los ojos cafés de su alma gemela.-Te quiero.

-Yo también te quiero Jaime.-Dijo Nicolás dándole un pequeño beso en los labios para separarse.-Voy a dejar que te cambies.

-Acaso no te quieres quedar a ver?.-Preguntó el enojón con una sonrisa algo pervertida.

-No lo creo, vas a tener que encontrar otro castigo para mí.-Contestó el pequeño travieso con una sonrisa adorable para después salir de la habitación.

-Vas a hacer mi muerte.-Murmuró Jaime para si mismo con una sonrisa.

Esta vez, Nicolás dejo su ropa en la habitación de antes no más ya que sabía que su alma gemela diría que la dejará acá no más. Bajó las escaleras cuando tocaron la puerta de la casa, cosa que extrañó al moreno ya que Jaime había cerrado con llave el portón. El moreno sin sospechar mucho, fue a abrir.

Vio a otro desconocido, guardando un arma, creyendo que Nicolás no lo había visto.

-Quién eres tú?.-Preguntó el extraño mirando fijamente al moreno.-Donde esta el jefe?.

-Jefe? De qué estas hablando?.-Preguntó el pequeño moreno con el ceño fruncido, bastante confundido.

-Ya sabes, él que maneja todo esto.-Respondió el desconocido como si fuera muy obvio.

-No tengo ni idea de lo que hablas.-Dijo Nicolás, sinceramente pero el extraño con el arma no le creyó.

El desconocido lo tomó por la ropa y le apuntó directamente a la cabeza.

-Bien, hagamos esto a la mala manera...

Nicolás no dejo que hablará más ya que lo había golpeado en la entrepierna con la rodilla. En el momento que el hombre cayó al piso recogió el arma y la cargó, para luego apuntarle con esta.

-No soy muy profesional en armas pero creo que la tenías que cargar primero, no?.-Preguntó el moreno algo molesto.-Ahora, lo vamos a hacer a la buena o a la mala?.

-A la b-buena.-Contestó el extraño atemorizado.

-Bien, qué viniste hacer acá con un arma preguntando sobre un jefe?.-Preguntó Nicolás de inmediato, sin apartar la mirada ni un segundo del extraño.

-Vine a matar al jefe de las carreras clandestinas.-Respondió el desconocido diciendo la verdad.

-Y el nombre de ese tal jefe es?.-Preguntó el moreno, apuntándole en el pecho.

-J-Jaime, no se su apellido.-Contestó el extraño, sintiéndose cada vez más presionado.

-Nico, qué esta pasan...

El enojón se calló de inmediato al ver esta escena.

-Él es el jefe.-Le informó el desconocido, ahora teniendo más miedo, sabía la reputación de Jaime.

-Jaime...

-Nico, pásame el arma y anda a cualquier habitación.-Ordenó Jaime bastante serio, mirando al desconocido en el piso.

El moreno rápidamente le pasó el arma y se quedó mirándolo.

-Jaime qué...

-Te lo explicaré todo después.-Dijo el enojón interrumpiéndolo y mirándolo.-Anda, ahora!.

El pequeño moreno asintió y se fue corriendo a la primera habitación que vio. Cerró la puerta, se sentó en la cama de la habitación y se quedó ahí. Espero cualquier sonido de un disparo o algo pero no escucho nada, le tomó tiempo darse cuenta que todas las habitaciones eran insonoras.

Se quedó ahí unos quince minutos hasta que Jaime abrió la puerta y dejó el arma en el escritorio de ese cuarto. Miró a su alma gemela unos segundos y se sentó al lado de él en la cama.

-Quiero saber dos cosas y tienes que responderme sinceramente.-Dijo el moreno mirándolo fijamente.

-Lo que quieras saber te responderé con honestidad.-Dijo Jaime, mirando los ojos de Nicolás.

-Eres el jefe de esas carreras clandestinas?.-Preguntó el pequeño travieso, directo al punto.

-Sí, lo soy.-Contestó el enojón sinceramente.

-Has matado a alguien?.-Preguntó Nicolás, con lo último que quería saber y listo.

-Claro que no, ni que fuera mafioso.-Respondió Jaime con una leve sonrisa, diciendo la verdad.

-Qué le hiciste a ese weón?.-Preguntó el pequeño moreno, ahora más tranquilo y algo curioso.

-Le di un par de golpes, tal vez le disparé en una pierna para que me diga quien lo mando. Al parecer él participo en una de las carreras y perdió toda su plata. Creyó que si me amenazaba se la devolvería.-Dijo el enojón riéndose ligeramente por lo iluso que había sido ese tipo.

-Cuando empezaste con todo esto?.-Preguntó Nicolás, como su última pregunta.

-Hace unos cinco meses y medio, por ahí.-Respondió Jaime. Este último se asombró cuando el moreno lo tomó de la mano y se fueron de la habitación para luego irse de la casa. Claro que Jaime sacó sus llaves para la motocicleta.

-Te han disparado o algo así?.-Preguntó el Nico, mientras Jaime salía por el portón que el desconocido había forzado. Otra vez lo había dejado pasar primero.

-Me han disparado tres veces, una en el brazo, otra en la pierna y la última en el torso.-Respondió el enojón mientras se subía a la motocicleta y sentía a Nicolás subirse y colocar sus brazos al rededor de su torso.-Tuve que sacarlas yo y también hacer los puntos.

Jaime colocó la llave en la moto para encenderla y empezó a conducir hacia el edificio del departamento de Nicolás.

-Espera. Cómo sabes donde vivo?.-Preguntó Nicolás confundido, cerca del oído de Jaime para que lo escuchará mejor.

-Tenía que asegurarme que estuvieras bien, que no volvieras a drogarte y cosas así.-Dijo Jaime con una leve sonrisa que esta vez Nicolás si pudo ver.-Es bueno ser tu propio jefe. Bueno, cuando no te intentan disparar, claro.

-Con razón el tipo musculoso de ayer te dijo señor.-Dijo el pequeño travieso ahora entendiendo todo.

-Exacto.-Dijo el enojón con una sonrisa que a los pocos segundos se borró.-Espera, tipo musculoso?.

El moreno se rió por los celos de su alma gemela. Ni se tomó el tiempo de responder.

-Oh Nicolás, ya encontraré una tortura para ti.-Dijo Jaime con mandíbula tensa. Iba a tener que encargarse ahora de que el "tipo musculoso" como lo llamaba Nicolás, para que ni se acercará a este. Mejor dicho, que ni respirará cerca de él.

Bien, en algunas cosas si parecía mafioso.

Soulmates (Jainico). Where stories live. Discover now