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POV Omnisciente

Jaime le sacó la polera y los pantalones a Nicolás, pero no para lo que ustedes creen, estaba buscando más cortadas o algo. El moreno tenía unas pocas cortadas en los muslos, el primero se estremeció cuando el enojón le acarició las heridas con cuidado. Jaime lo miró con una leve sonrisa en sus labios y se detuvo de tocarlas. Se acercó a su alma gemela y lo abrazó para luego depositar un pequeño beso en la frente de este.

-Hace cuanto no comes?.-Preguntó el enojón bastante curioso, mirando fijamente a su alma gemela.

-Desde ayer.-Respondió el pequeño moreno, claramente mintiendo.

-Nico, se que mientes. - Dijo Jaime con una pausa.-Quiero la verdad.

El moreno se tomó un tiempo para luego contestar.

-Hace cuatro días tal vez.-Dijo Nicolás, evitando la mirada de preocupación que le dio su enojón.

Jaime no dijo nada pero obligó a su moreno o ex-moreno que se levantará y se vistiera. El enojón le buscó un poleron a Nicolás y se lo colocó cuando encontró uno. Lo tomó de la mano y se fueron de la habitación para luego bajar las escaleras.

Nicolás detuvo a Jaime cuando vio la maleta en el primer piso.

-Fuiste a alguna parte?.-Preguntó el pequeño moreno. Jaime no respondió y el moreno lo inspeccionó bien. Ese polerón que llevaba el enojón no era de él, y al igual que Jaime cuando este descubrió que lo había engañado, noto chupones en el cuello del enojón. Y si se lo preguntan, no, Jaime no fue pasivo, solo que Gabe le gustaba hacer marcas.

-Nico te lo puedo explicar...

-No tienes que darme explicaciones Jaime, yo te hice lo mismo y bueno, ya no estamos juntos.-Interrumpió Nicolás, saliendo de la casa y su ex siguiéndolo.

Jaime ni siquiera había notado que el moreno tenía una moto.

-Es tu moto?.-Preguntó el enojón sorprendido.

-Sí, participé en una de tus carreras y apostaron que si yo ganaba, me podía quedar con la moto que me prestaron.-Respondió el pequeño travieso, lanzándole las llaves a Jaime para que él manejara.-No la choques.

El moreno se subió a la parte de atrás esperando que Jaime se subiera. Por mientras sacó un paquete de cigarrillos de su pantalón y sacó un cigarro para prenderlo.

-Ahora fumas?.-Preguntó Jaime más sorprendido que antes.

-Siempre fumé, pero intenté dejarlo unos meses.-Contestó Nicolás sintiendo como su alma gemela le quitaba el cigarrillo de los labios y lo botó para luego pisarlo. También le quitó el paquete de cigarrillos y lo guardo en su pantalón.

-Te hace mal.-Dijo Jaime mientras se subía a la moto.

-Muchas cosas me hacen mal, pero me hacen sentir más vivo.-Dijo el moreno, sin abrazar al enojón para afirmarse.

-Por qué no te afirmas de mí?.-Preguntó el enojón más confuso que antes.

-Es una historia larga.-Respondió el Nico sin dar muchos detalles.

-No nos moveremos de aquí hasta que me cuentes.-Dijo Jaime con el ceño fruncido, dándose vuelta un poco para mirar a su moreno.

-Cuando empecé a ir a participar en las carreras, unos de tus amigos querían que fuera su acompañante en la moto, y claro que me daba vergüenza asujetarme de ellos, así que aprendí a afirmarme solo.-Dijo el pequeño moreno, sin más detalles.

-Unos amigos míos te querían de acompañante?.-Preguntó el enojón con la mandíbula apretada.

-Sí, eso es lo que acabo de decir.-Contestó el Nico, algo confundido.

Jaime sabía que significaba cuando querían de acompañante a alguien. En simples palabras se querían acostar con Nicolás, su alma gemela, o al menos querían tener algo con él.

-Cómo cuantos eran?.-Preguntó Jaime, comenzando a manejar.

-Acaso eso importa?.-Preguntó Nicolás sin saber porque su alma gemela preguntaba tanto de esas cosas.

-Hoy también vas a ir a las carreras?.-Preguntó el enojón, intentando manejar sus celos también.

-Claro que sí, tus amigos siempre me invitan, creo que les gusta que este ahí.-Respondió el moreno con una pausa.-Además cuando alguno gana, me dedican sus victorias.

Cómo es que nadie le había informado de esto? El enojón juraba sentir los celos circular por su sangre.

-Te acompañaré hoy.-Dijo Jaime con los nudillos blancos y conduciendo hacia un restaurant para que él y Nicolás coman.

-No tienes que volver donde habías ido?.-Preguntó el pequeño travieso, confuso.

-No, no volveré.-Contestó el enojón. Era obvio que no se iría otra vez.

El moreno no respondió, pero abrazó a Jaime para "sostenerse". El enojón se relajó al sentir los brazos de su alma gemela rodearlo.

Se demoraron unos quince minutos en encontrar un restaurant decente. A Nicolás no le importaba en realidad, por él que lo llevará a Burger King y era feliz pero Jaime insistió.

Se estacionaron al frente del restaurant y el enojón se bajo para ayudar a Nicolás pero este ya había bajado solo, puede sonar estúpido pero a Jaime le dolió un poco el pecho por eso.

Caminaron hacia el restaurant y entraron. Vieron un par de mesas vacías y fueron a una solo para dos. Les entregaron el menú de inmediato y Jaime le habló a Nicolás.

-Pide lo que quieras Nico, hasta podemos llevar las cosas que no comemos así que pide no más.-Dijo el enojón, tomando la mano de Nicolás que estaba arriba de la mesa pero este se separó de él de inmediato. No es que no quisiera, creía que su alma gemela estaba con alguien más y no le gustaría que lo engañara como él lo hizo con Jaime.

Mientras tanto en otra parte de Santiago, Manuel estaba caminando junto a Edgar. Jaime había llamado a su mejor amigo para contarle lo que había estado pasando con Nicolás mientras ellos lo ignoraban. Claro que Manu se arrepintió por todo lo que le había dicho a este, y bueno, todavía no le contaba al ruloso lo que había estado pasando con el moreno.

-Edgar, has hablado con Nicolás?.-Preguntó Manuel, comenzando la conversación sobre el moreno.

-No, solo la vez que le dije que Jaime me había contestado y eso.-Respondió Edgar con el ceño fruncido.-Por qué?.

-Jaime mandó a alguien para que le diga como estaba el Nico.-Dijo Manu con una pausa.-Primero, Nicolás ya no es moreno.

-Espera, eso es posible?.-Preguntó el ruloso confundido.

-Al parecer sí. Segundo, esta más delgado y tiene ojeras.-Dijo Manuel con otra ligera pausa para decir lo siguiente.-Y por último, se volvió a cortar.

Edgar paró en seco, no podía creer eso, se lo había prometido.

-Nicolás de mierda, hicimos una promesa...

-Y acaso tú no le prometiste que nunca lo dejarías solo?.-Preguntó Manu, interrumpiendo a su ex, para que se de cuenta que el moreno no tenía toda la culpa en esto.

Todos habían dejado a Nicolás cuando él necesitaba algo de apoyo.

Soulmates (Jainico). Where stories live. Discover now