Ahora, comienza algo nuevo.

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Hacia un esfuerzo en tratar de abrir sus ojos, sentía como alguien estaba en su celda hace ya unos minutos. Se sentía tan cansada desde su llegada a la prisión, que se le había olvidado por completo aquel plan que habían ideado para cuando el gobernador llegara al lugar.

Con pereza y debilidad logro entre abrir sus ojos cristalinos, se encontraba en la litera de su prisión. La luz entraba al lugar, iluminaba a una figura que estaba dentro de su celda, al parecer guardando sus pertenencias en la mochila que Ellie siempre usaba para sus cosas.

A Daryl se le veía serio, guardando cada cosa que Ellie tenia en aquella mochila con cuidado. Era un detalle muy lindo de su parte, y se dio un golpe mental al ver que había dormido más de lo planeado.

—Buenos días.— Daryl le miro, dejando la mochila en el suelo y acercándose a la chica.

—Perdón, me quede dormida.— susurro Ellie mirando como el cazador se hincaba al lado de su litera para mirarle.

—Estas herida, no es la gran sorpresa de que duermas tanto.— le respondió el hombre con su semblante serio.

Recordó como corrió a la prisión, con Ellie en sus brazos, ensangrentada y apunto de morir. Aquella escena jamas seria olvidada por Daryl, creyó que no volvería a ver a Ellie sonreír de nuevo o despertar.

Pero Hershel le atendió rápidamente, todos muy preocupados preguntándole al cazador que había sucedido. Rick estaba furioso en el momento, el hombre no se despego de la litera de Ellie hasta que la chica recupero su consciencia y le dijera que estaba bien.

La castaña recordaba ver los ojos llorosos de su padre y los de Carl, de verdad lamentaba haberles echo pasar aquel susto. Hershel de verdad se sorprendió al ver que Ellie resistió tanto todo el camino, y como pudo salvarse de morir desangrada.

—Cuidado.— Daryl ayudó a Ellie a ponerse de pié en el lugar, por mas que le gustaría que Ellie durmiera, no se podía en esos momentos.

El cazador miro el rostro de su chica, la cual buscaba ropa limpia en su mochila. Tenía unas ojeras oscuras bajo sus claros ojos, por el efecto de perder tanta sangre casi un día entero y su piel estaba mas pálida de lo normal, Hershel le había informado que no se preocupara, pues Ellie sólo necesitaba dormir un poco más seguido pero de verdad le dolía verla de esa manera.

Rió un poco al ver como Ellie trataba de sacarse una blusa que llevaba puesta, sin éxito alguno pues su herida le dolía.

—Te ayudo.— le susurro ronco acercándose a la chica, mientras esta levantaba sus brazos riéndose.

Le saco la prenda cuidadosamente, tocando suavemente la piel de la chica a medida que sacaba la ropa. Y al verla sin su blusa, con aquel parche en su parte superior del estómago, su corazón se hundió unos segundos.

—Hey, ya no duele tanto.— le hablo Ellie despertándolo de sus pensamientos, y tomando su mejilla.

Daryl solo asintió con su cabeza mientras mordía su labio un poco enojado, miro como Ellie se colocaba con cuidado una camisa de cuadros verdes bastante holgada y abrochaba sus vaqueros rasgados. Se dio cuenta que Daryl le miraba atento, y solo le sonrió tranquilizando al hombre.

—Vamos, hay que ir con los demás.— le informo el hombre quien traía su poncho puesto, y tomo la mochila de Ellie.

—Puedo llevarla yo.— se quejó Ellie, tratando de ponerse su chaqueta negra apurada y su gorro de lana negro.

—Ni lo sueñes.— se adelanto el cazador saliendo del bloque.

Suspiro cansada, mirando desde el segundo piso y recargada en la baranda del lugar. Bajo las escaleras, con sus machetes colgando en su hombro y miro como todos se movían guardando las pertenencias de cada uno.

How many walkers have you killed? (Daryl Dixon.) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora