Te emborrachaste por tu cuenta.

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—No lo veo, pero esta cerca.— habló Daryl, despertando a Ellie de sus pensamientos.— solo es uno.

—No vamos a demorarnos.— dijo Rick

Estaban fuera de los muros de Alexandria, Rick les hizo salir para tener una pequeña reunión los cuatro, incluyendo a Carol que igual se encontraba en el lugar.

Ellie no estaba prestándole mucha atención, aparte de tener sueño y que Daryl le despertara por esta reunión que ni siquiera le interesaba tanto.

Le hacia un poco de gracia ver a Rick con ropas de policía, llevando una chaqueta, camisa y corbata. Sabía también que muy pronto vería a Michonne con el mismo uniforme, pues Deanna había explicado que un policía había vivido antes en el lugar, dejando esas chaquetas que usarían.

—¿Qué opinas?— preguntó Rick a su hija, quien tenia su mirada clavada en el piso del lugar.

—¿Qué?— susurro ésta, dándose cuenta que Rick le había preguntado algo.

—Podemos entrar cuando no haya nadie.— se adelanto a decir Carol, al ver como Ellie no estaba atenta al plan.

—¿Y cómo? De noche está cerrado.— supuso Rick.

—Por la ventana. Sólo tiene un pestillo, puedo dejarlo abierto.— agregó Carol.

—¿Un pestillo?— se burló Ellie, pensando lo descuidada que era la gente dentro del lugar.

—Sí.— suspiro Carol.

—¿Y si uno de esos imbéciles lo cierra?— pregunto Daryl mirándolos.

—Esperamos unos días y lo dejo abierto de nuevo.— opino Carol, haciendo parecer fácil todo ese plan.

Querían conseguir armas, y pues sabían que Alexandria tenia una gran armería. Ellie no estaba tan apresurada a tener un arma, tenía sus machetes y teniendo sus dos cuchillas nada le preocupaba.

Aunque admitía que se le estaba haciendo un poco difícil acostumbrarse, al no tener que usarlos como antes.

—Se está acercando.— escucho Daryl el gruñido de un caminante lejano.

—Tenemos que hacerlo lo antes posible.— habló Rick. — ahora mismo no nos están vigilando.

—No se están preocupando por reuniones como esta.— agregó.— tal vez necesitamos las armas, tal vez no.

—Las necesitaremos. Suceda lo que suceda.— advirtió Carol, con su ceño fruncido.

—Son las personas más suertudas que he conocido y su suerte sigue aumentando.—

—¿Por qué?— preguntó Daryl al escuchar las palabras de Rick.

—Por nosotros.— respondió, dejando en silencio a los demás.

Era cierto que la comunidad había tenido suerte todo este tiempo, de no ser atacados por personas o una gran horda. Solo debían ver lo relajado que eran en sus cosas, como si la vida siguiera siendo de los más normal.

—Tienen baúles llenos de pistolas automáticas, Rugers y Kel-Tecs de nueve milímetros.— nombro Carol, llamando la atención de Ellie.— y están guardadas. No las usan.

—No se van a dar cuenta de que faltan.— agregó Ellie, entendiendo el punto de Carol.

—Alguien ya encontró una, ¿cierto?— recordó Daryl, mirando el lugar donde Rick había escondido un arma antes de llegar al lugar.

—Escuchen, los demás deberían intentar acoplarse a este lugar.— opinó Rick, de esa manera las personas tomarían más confianza.

—Ustedes también.— les miro Carol, escuchando el largo quejido que dio Ellie al ver como les estaban obligando a socializar.

How many walkers have you killed? (Daryl Dixon.) Where stories live. Discover now