How many walkers have you killed? (Daryl Dixon.)

Trajimos la cena.

La reja se deslizo, haciendo que el sonido le hiciera ver que llevaba bastante tiempo en el lugar.

Y camino con pasos lentos, como todos en el grupo, ni siquiera tenia intenciones de sacar su mano del mango de su machete. Además de que todo el grupo seguía con sus armas en mano luego de bajarse de los vehículos y acercarse a la entrada de aquella comunidad, Alexandria.

Aaron ayudaba a Eric a caminar hacia el interior del lugar, como recordaba, el hombre se había quebrado su tobillo. Y ella ya no tenia fiebre, ni estaba tan débil como antes, cuando ni siquiera podía estar de pie sin recibir ayuda de alguien.

Todos se giraron a alarmados y atentos al escuchar como un viejo tarro de basura se caía, apuntaron con sus armas el lugar donde provenía el sonido.

Ellie se alivio al ver que solo había salido un animal pequeño del contenedor de metal, Daryl no espero ni segundos para dispararle una flecha y matarlo.

Y en la reja del lugar, había un hombre mirando expectante al grupo, estaba armado y parecía tener una sorprendente primera impresión del grupo. Al verlos armados y sucios, aparte de que Daryl tenía el animal colgando de su mano.

—Trajimos la cena.— bufo el cazador mirando al hombre, que seguía en silencio manteniendo la mirada encima del grupo.

—Está bien.— le tranquilizo Aaron mirándole.— entren, muchachos.

—Y esa fue la primera impresión.— susurro Ellie caminando, sintiendo el pequeño empujón de Daryl.

Le dio un poco de escalofríos escuchar como la puerta se cerraba nuevamente haciendo ese oxidante sonido, y más cuando ahora ellos estaban dentro, mirando por ultima vez las afueras de aquella comunidad.

—Antes de que lleguemos más lejos, necesito que entreguen todas sus armas.— hablo por primera vez el hombre de rulos.— quédense, entréguenlas.

—No sabemos si queremos quedarnos.— se adelanto a decir Rick, intimidando.

—Está bien, Nicholas.—  dijo Aaron, descartando la idea del hombre.

—Si fuéramos a usarlas, ya habríamos comenzado.— agregó Ellie aun lado de su padre, teniendo su semblante serio.

—Déjalos hablar con Deanna primero.— recomendó Aaron.

—¿Quién es  Deanna?— elevó la voz Abraham, quien estaba mas atrás.

—Ella sabe todo lo que quieran saber sobre este lugar.— explicó.— Rick, ¿por que no comienzas tú?

La castaña solo se tiro unas miradas con su padre, haciéndole saber que él pasaría primero para hablar con aquella mujer que al parecer mandaba en Alexandria. Luego todos tendrían que pasar a hablar, uno por uno.

—Sasha.— le nombro Rick, al escuchar y ver un caminante fuera del muro.

La morena solo se giro, mirando al caminante que estaba alejado y que se acercaba a la reja. Solo uso una bala para derribarlo rápidamente desde aquella distancia, y dejando asombrado a Nicholas.

—Es bueno que estemos aquí.— bufo Ellie, caminando detrás de Rick.

Los guiaron a una de las muchas casa que había en aquel tipo de vecindario, le era raro a Ellie ver como todo estaba tan bien en ese lugar. Siempre quiso vivir en un lugar así cuando era una niña y pensaba que tendría muchos hijos, lastima que ahora estaban en otra vida.

El primero en entrar a la casa fue Rick, como líder el debía primero saber de que se trataba el lugar. Todos estaban fuera de aquella casa que era de Deanna, le sorprendía ver que una mujer era la encargada de todo.