Morales.

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Apuntó a su objetivo con rapidez, teniendo su arma entre sus dos manos bien sujetas con fuerza y seriedad. Caminaban con sigilo, sabiendo que estaban en un gran territorio de parte de los salvadores.

Se escuchaban los disparos y gritos que provenían de un lugar más lejano de esa grande y blanca casa que estaban apuntó de entrar.

—Oigo los gritos.— dijo uno de los hombres por el radio que cada uno llevaba.

—Quédense donde están, no digan ni una palabra más.— respondió una mujer enojada por el aparato.

Ellie vio como la sangre salpica en el momento de dar dos cortos disparos a la cabeza de los hombres que se mantenían en esa puerta, dejando las manchas rojas en los ventanales de la puerta de entrada.

Entraron con sus armas en alto, Rick y Daryl le acompañaban. Aparte de unos tres hombres más que estaban de su lado y cubrían la espalda de cada uno de ellos, era necesario entrar con un buen número de gente a un lugar grande y desconocido.

La casa era enorme y lujosa, no se esperaba más de los salvadores. Ellie miraba curiosa todo, pero sin dejar de estar atenta con su arma que tenía un silenciador.

—Avisen si ellos ya están adentro, estaremos allí.— ordenó Rick a los demás hombres, cuando se dio cuenta que hasta el momento estaba despejado.

—Vamos, encontremos las armas.— Daryl miró a su esposa y esta asintió rápidamente con su cabeza, caminando también junto a Rick.

Se supone que en ese puesto de vigilancia que tenían los salvadores, estaban las armas pesadas y lo que en esos momentos necesitaban. Ahora solo quedaba Ellie, Rick y Daryl pues los demás hombres estarían averiguando si los enemigos se encontraban ya en el lugar.

La castaña le hizo una pequeña seña a su padre, para que se adelantara y pudiera encontrar un camino. Mientras tanto ella podría estar al tanto de ver si las armas ya estaban en el primer piso, de esa forma podrían apurar un poco más las cosas e irse.

—No es necesario que te quedes conmigo.— susurró Ellie al ver como Daryl se quedaba con ella para vigilar.

—Es necesario.— una respuesta gruesa y seca por parte del cazador.— no es mi maldito plan dejarte sola en esto.

La chica de mirada clara le miro, ella estaba consciente de que en cualquier momento alguno de ellos morirá. Pero no dejaría que el hombre se pusiera en peligro cada segundo por su culpa, aquello le daba hasta furia.

—Escucha, no tengo ganas de tener tu presencia a mi lado todo el tiempo mientras allá afuera hay una guerra.— gruño la chica mirando con cuidado hacía un pasillo.

Estaba a punto de decir otra palabra para dejar todo claro a Daryl, pero sintió como su cuerpo era apegado a la pared con algo de fuerza. Sintió el dolor en su espalda por el golpe, y no se sorprendió al ver que Daryl estaba enfadado acorralando su cuerpo en la pared.

—Deja de obligarte en actuar de esa manera.— sintió como el rostro de Daryl se acercaba enojado al suyo.— nada bueno saldrá de aquello, una idiota niña actuando fría y rebelde.

—Mi actitud en este momento es por mi preocupación de no querer que mueras, de que nadie muera por proteger a la estúpida hija del lider de Alexandria.— la castaña tomó enojada el cuello de la camisa que su esposo llevaba, acercándose a él con enojo.— así que hagamonos un favor, y vivamos para seguir estando juntos.

—Entendido.— susurro Daryl más calmado, alejándose del agarre de su chica.

Todo estaba despejado, o al menos en el piso donde ellos estaban. Debían volver con Rick pues tenía el pequeño mapa en sus manos para poder llegar a las armas que al parecer no se encontraban en aquel piso donde estaban, que era lo importante.

How many walkers have you killed? (Daryl Dixon.) Where stories live. Discover now