Podemos encontrar una manera.

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—Vimos las granadas.— hablo Glenn con aquella voz apagada.— intentamos detenerlo.

Ella solo escuchaba como su amigo coreano le daba una explicación sobre lo sucedido a Rick, estando sentados en el porche de la casa. Teniendo a la noche de su lado y escuchando los pocos insectos que cantaban, y Ellie solo podía permanecer en silencio mirando detenidamente como su muslo estaba vendando.

—Él iba a correr.— agregó Glenn.— pero hicimos que se quedara, no podíamos sacar a Aiden de ahí sin su ayuda.

Sabía que todos estaban apenados por lo sucedido, y ella solo trataba de ser fuerte ante otra muerte que afecto a todos. Daryl aun no regresaba de su salida con Aaron, y aunque en estos momentos lo necesitaba más que nunca, simplemente ignoraba el echo de no tenerlo a su lado.

—Todo lo que teníamos que hacer era sostener las puertas.— cerro sus ojos al escuchar como Glenn seguía contándole a Rick, no podía recordar todo eso nuevamente.— pero entró en pánico.

—Noah, Ellie le tenia agarrado y yo estaba ayudándola. Lo teníamos agarrado del brazo.— agregó.— lo intentamos.

—Lo vimos morir.— susurro Ellie, levantando su vista y encontrándose con la mirada de su padre.

Y pudo ver como Rick agachaba su mirada, él también estaba un tanto afectado por todo esto. Y es que ver como Ellie había llegado pálida, con su pierna destrozada y sin siquiera una pizca de alegría en sus ojos, le hizo saber que algo grande había sucedido.

—Casi lo dejo allá afuera.— confeso el asiático, recibiendo la mirada de los dos Grimes.— pude haber inventado una historia.

—¿Qué, piensas que bebió hacerlo?— pregunto Ellie, al ver como Rick les miraba.

—No saben lo que hacen.— dijo Rick un tanto enojado, al ver como la gente del lugar estaba dañando a su grupo.— ninguno de ellos.

—Les mostraremos.— insistió Glenn.

—No sé si puedan verlo.— dijo Rick mirando a los dos.— como son las cosas en verdad. No sé si puedan aún. Aún no lo han entendido.

—Tenemos que estar aquí.— agregó Glenn.— tenemos que hacerlo.

—Sí, tenemos.— habló Rick.— pero sus reglas, nosotros no respondemos ante ellas.

—Nosotros somos ellos, papá.— le hizo entender Ellie.— ahora lo somos. Noah, él creía en este lugar.

—Te digo, tenemos que hacer que funcione.— finalizo Glenn.

Y Rick asintió con su cabeza un tanto enrabiado. Ellie se levantó con su ayuda cuando este le tomo el hombro, le había mencionado que deseaba que su hija se quedara en su casa esta noche, era la mejor idea al verla un poco desanimada.

Bajaron las escaleras del porche de la casa, y caminaron cuidadosamente hacia la casa de su padre. Agregando que era de noche y poco tarde, haciendo un día agotador para Ellie.

—Lo mejor sera que te quedes reposando.— recomendó Rick, mirando como Ellie cojeaba solo un poco al caminar junto a él.

—Sanara rápido, no es que como si nunca he tenido heridas.— sonrió la chica apenas.— pero gracias por dejar que me quede.

—Estarás con Carl y Judith, unas pequeñas distracciones.— acarició el cabello claro de su hija, mirando como esta agachaba un poco su mirada.— ¿Estas bien?

—Hay veces que no puedo evitar sentirme culpable de algunas muertes.— susurro Ellie, manteniendo su vista al frente pero sintiendo como Rick tenia la suya encima.

How many walkers have you killed? (Daryl Dixon.) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora