Es una esperanza.

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Miraba atenta y sin expresión esa cruz que estaba frente suyo, nunca pensó que tendría que hacer otra de esas cosas con sus propias manos.
Estaba seria, tenía rastros de lágrimas en sus ojos, no había ya nada que pudiera arreglar lo que había pasado.

Y miró levemente hacía atrás, escuchando gruñidos de caminantes cerca, al parecer estaban entrado por algún lugar.
El humo seguía rondando por Alejandría, las casa calcinada y el cielo gris hacían que fuera un día horrible.

No creía que en ese mismo instante estuviera frente a la tumba de su hermano menor, no lo creía porque solo hace unos días le dio un abrazo.
Sintió la mano de Michonne en su hombro, y vio como la morena se alejaba para encargarse de los cuantos caminantes que estaban cerca.

—Ten cuidado.— susurró Ellie, antes de que Michonne se alejara.

Rick se levantó, pues estaba agachado frente a al tumba de su hijo.
Puso con cuidado el arma de Carl en esa cruz que hicieron con amarras y palos, dejando el objeto colgando en la madera.
Se escuchaba como la espada de Michonne cortaba la cabeza de los caminantes, o le cortaba la garganta, esa era una señal de que ya debían irse.

Y después de meditar unos segundos, Rick volvió a tomar el arma de su hijo, negándose mentalmente a dejar ese objeto ahí.

—¿Estás bien…?— le preguntó Ellie, al ver que se giraba a su dirección.

Su padre no le respondió con palabras, simplemente le hizo un gesto con su cabeza y se acerco para abrazarla.
La castaña cerró sus ojos con dolor, al sentir que Rick le besaba la cabeza, era duro saber que solo quedaban ellos de toda la familia, agregando a Judith.

Dejó que su padre se adelantara, y ella quedó unos segundos más frente a la tumba de Carl.
Limpió sus lágrimas por última vez, y se alejó del lugar para poder marcharse a Hilltop.

Caminó por la calle de alexandria, lentamente mirando casi sin esperanza como todo estaba destruido y siendo invadido por caminantes.
Era horrible ver como su hogar había sido envuelto en fuego y humo por los salvadores, su corazón estaba siendo inundado en rabia e ira.

Subió los escalones de la casa que aveces visitaba, en donde vivía Rick y Michonne.
La morena se estaba encargando de algunos caminantes en la entrada de alexandria pero al parecer el portón gigante que tenía el lugar ya estaba bastante destruido.

Dio unos pasos antes de llegar a la puerta, pero se detuvo al ver como en la esquina de la terraza estaban pintadas unas manos de color azul.
Imaginó rápidamente que Carl debió haber echo eso con Judith antes de que todo ocurriera, miro con tristeza ese pedazo de madera.

Al entrar a la casa se dirigió rápidamente a la cocina, tomando las latas de comida que habían para guardarlas en el bolso que traía, estaba segura que eso serviría para todos en Hilltop.
Hizo contacto visual con Rick, quien también había entrado para hacer lo mismo.

Y solo le hizo un pequeño gesto, para seguir en lo suyo.

Hizo un bufido enojado, al ver como sus dos machetes estaba encima de la cocina. Negan debió devolverlos a la chica antes de irse, era difícil pensar en ese hombre pues le había confesado su secreto y su mirada fue algo que no olvidaba en el momento.

—Debemos irnos.— avisó Michonne, los caminantes estaban acumulando su número en las calles.

No esperaron nada más, salieron apresurados y Ellie cerró la puerta de la casa, mirando por última vez el lugar con algo de pena.

Se acercaron rápido a la camioneta que ha tenían lista estacionada cerca del lugar, pusieron los últimos bolsos en la parte de atrás pues el vehículo tenía sus dos puertas traseras abiertas.

How many walkers have you killed? (Daryl Dixon.) Where stories live. Discover now