Acuario & Aries

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Narra Acuario

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Narra Acuario

—Mira, es Aries —me señaló mi amiga Libra, "disimuladamente", al capitán del equipo de hockey.
—¿Y? ¿Quieres que le dé flores o algo así? —Bufé y miré con disimulo al chico.
—¡Admite que te gusta! —Tapé su boca con mis manos y los alumnos me miraban raro. Estábamos sentadas en las gradas de la cancha de hockey para ver el juego.
—No, y ni se te ocurra decir algo como eso otra vez —la miré severamente y ella asintió de mala gana. Saqué mis manos de su boca y suspiró.

Luego de eso, me dediqué a observar el juego. El equipo de nuestra preparatoria iba perdiendo y pude notar como Aries estaba jugando pésimo, no es como que lo haya visto jugar durante todo el juego sólo a él, claro que no, eso sería ridículo.

—Acua, ya vuelvo —avisó mi amiga y la vi irse junto a Piscis, nuestro mejor amigo. A él le gusta Libra pero tiene miedo de quedar en la friendzone, quizás el tiempo lo ayude y terminen siendo pareja.

Decidí no darle importancia al que mi amiga me haya abandonado y a los minutos un chico castaño se sentó a mi lado.

—Hola, preciosa, ¿está ocupado? —preguntó y lo miré incrédula.
—Si ya te sentaste, no sé para que lo preguntas —dije volviendo a mirar como el equipo seguía perdiendo.
—Chica ruda, eh —murmuró el muy imbécil y me giré para encararlo—. Me llamo Leo y...
—No sé quien te creés que eres pero, ¿no ves que estoy ocupada? —No soy de tratar tan borde a la gente pero no estoy de humor.
—Tranquila, gatita. Solo quería saber tu nombre —sonrió de manera coqueta y antes de poder insultarlo, escuché un fuerte estruendo proveniente de la cancha. Vi que los jugadores se deslizaban hasta llegar a los heridos y no veía a Aries por ningún lado, lo que me estaba poniendo nerviosa.

Me levanté de mi lugar y Leo trató de detenerme pero golpeé sus partes baja, zafándome de su agarre.

Debí haber hecho eso desde un principio.

Salté las vallas hasta llegar donde los jugadores y vi al capitán tirado inconsciente en la cancha. Sentí como se me cortaba la respiración y vi a su amiga Sagitario llegar junto a la enfermera escolar.


—¿Cómo está? —le preguntó la chica a la profesional y ella no le contestó. Me acerqué a Sagitario y toqué su hombro para llamar su atención.
—Disculpa, ¿qué le pasó? —Traté de sonar despreocupada y ella me inspeccionó con su mirada—. Es que, no vi lo que ocurrió.
—Un chico del equipo rival lo chocó porque él estaba mirando a alguien y no se movió, entonces terminó como está ahora —Sagitario movía sus manos frenéticamente y le di un leve apretón en su hombro, ignorando la opresión que sentía en mi pecho. Suspiró y me ofreció su mano—. Soy Sagitario.
—Acuario —intenté sonreír y acepté su mano, estrechándola—. Oye, lo siento.
—No te disculpes... ¿No eres la chica que pintó el auto del director la semana pasada? —Asentí tratando de reír por lo bajo, ya que la situación no ameritaba mi risa—. ¡Eres mi ídola! Ese viejo cascarrabias me odia.
—A mí también —iba a reírme pero vi a la enfermera acercarse a nosotras.
—El chico se encuentra bien, solamente está desmayado por el impacto del golpe que sufrió. Pueden acompañarme a la enfermería, si gustan —ofreció gentilmente y miré a Sagitario.
—¿Me acompañas? —preguntó ella y asentí sonriendo.

(...)

Hace unos minutos me llamo Piscis porque Libra estaba asustada al no encontrarme en la cancha de hockey. Me dijo que el partido se suspendió por la lesión de Aries y pospusieron el juego para otro día.

—Ya despertó, pueden pasar a verlo —nos comunicó la enfermera y Sagitario me tomó de la mano para que entre con ella.
—Serás mi nueva amiga —sentenció mientras me arrastraba hasta entrar en la habitación y yo me limité a asentir a pesar de que ella no me viera, la chica me agradaba.
—¡Sagitario! —exclamó Aries y cuando posó su mirada sobre mí, me miró confundido—. ¿Acuario, no?
—Sí, ¿cómo sabes? —pregunté incrédula. No soy de las personas más populares y tampoco quería serlo, por lo tanto, era raro que el capitán del equipo de hockey supiera mi nombre.
—¡La chica que le jugó la mejor broma del año al director! —explicó y sentí mis mejillas teñirse de un leve carmesí, aunque intenté ocultarlo riendo por lo bajo.
—Que tierna —dijo Sagitario y provocó la risa de su amigo.
—Em, bueno... espero que te mejores, Aries —sonreí y él hizo lo mismo. Ay, Acuario, no debiste ver su sonrisa.
—Gracias, Acuario —¿por qué tiene que sonar tan jodidamente bien si lo dice él?

Narra Aries

Vi como la chica salía a paso rápido de la sala y volteé a ver a mi mejor amiga, la cual subía y bajaba sus cejas de manera pervertida.

—¿Qué? Tú fuiste quien la trajó —dije, mirándola con seriedad.
—Baja la guardia, hermano —Sagi se sentó a mi lado en la camilla y pusó su mano sobre la mía—. ¿Me puedes contar lo que te paso? —Al instante en que dijo eso, sentí como mis mejillas tomaron color rápidamente.


Le había sacado el pase a un jugador del equipo contrario y mis ojos fueron a parar a cierta castaña en el público, la cual hablaba con mi amigo, Leo.

No sé bien porqué, pero me quedé bloqueado y no podía moverme, sólo podía ver como Leo intentaba coquetearle y me sentía impotente al no poder hacer nada para sacarla de aquella situación incómoda, que se notaba a leguas. Entonces fue ahí cuando sentí que me empujaban con fuerza y lo último podía recordar era el estar tirado en el hielo.


—Hey, Aries —mi amiga estaba chasqueando sus dedos frente mis ojos y parpadeé rápidamente—. ¿Te sientes bien?
—S-si, no te preocupes —lancé un suspiro y ella colocó su cabeza sobre mi hombro.
—El gran Aries tartamudeando, creo que le debo diez dólares a Leo —se rió y la miré confundido. Ella negó con su cabeza y me miró con una sonrisa, seguramente apostaron otra vez y si ella no lo decía, yo no me enteraba—. Fue por ella, ¿no?
—¿Qué?
—Te quedaste mirando a Acuario cuando ocurrió el accidente —explicó y bajé la vista hacia mis manos, las cuales jugaban entre sí en señal de nerviosismo.
—La vi con Leo y no quería que él este cerca de ella —confesé mientras iba disminuyendo mi tono de voz, realmente me sentía muy cohibido al hablar de estos temas así.
—Te gusta —anunció feliz Sagitario y me reí. Me abrazó y le correspondí, tratando de ocultar una sonrisa. No me serviría de nada seguir ocultando lo que siento por Acuario.
—Definitivamente, me gusta.

One shots zodiacales; [PEDIDOS CERRADOS]Where stories live. Discover now