Tauro & Capricornio

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Narrador omnisciente

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Narrador omnisciente

Capricornio ya no toleraba que su amiga lo tratara mal. Jamás le había hecho algo malo o grave como para que eso pase. Lo que no sabía el muchacho, es que a Tauro le atraía él hace bastante tiempo, pero ella no quería que su amigo lo supiera y como no sabía esconder sus sentimientos, lo trataba mal cada vez que estaba cerca de él.

—¿Este color les gusta? —preguntó Libra, mirando a sus amigos. Los tres estaban en el centro comercial comprando ropa para la fiesta que organizaba la hermana de la mejor amiga de Tauro antes de empezar el año escolar, a la cual estaban invitados por ser los «populares» de la preparatoria.

—Seguro que te queda mejor que al imbécil a mi lado —la taurina señaló a Capricornio y le sonrió a Libra. El capricorniano se limitó a rodar los ojos, no tenía ganas de discutir con ella, a lo que Libra se rio incómodo.

—Debo irme —mencionó Capricornio y sin esperar respuesta, se fue.

(...)

En la noche de la fiesta, Libra dejó a sus amigos para irse con una rubia a la cocina porque le había tirado su bebida encima.

Capricornio y Tauro estaban solos, lo que no pasaba seguido porque el libriano evitaba que sus amigos pelearan entre sí. Pero, un chico con una bandeja llena de bebidas alcohólicas pasó frente ellos y la pelinegra le ofreció a su amigo una botella de cerveza, la cual Capricornio no rechazó.

Ambos bebieron bastante alcohol como para no saber lo que hacían, hasta tal punto de bailar pegados una canción para nada lenta.

—¿Sabes algo, Tau? Me gustas desde que éramos unos niños —murmuró Capricornio contra el oído de la taurina porque el volumen de la música estaba muy alto.

Tauro lo miró incrédula, ella todavía estaba un poco consciente de sus acciones y decidió ignorar las sensación que le provocaron las palabras del rubio.

—No sabes lo que estás diciendo —farfulló la pelinegra y Capricornio rio sin gracia.

—¿Por qué no lo aceptas? ¿Por qué no dejas que te ame? —Tauro estaba nerviosa, no se esperaba nada de lo que podría decir su amigo, mucho menos lo que estaba pensando hacer.

Capricornio aprovechó la confusión de la muchacha para unir sus labios y fundirse en un beso desesperado y brusco. Tauro tardó en corresponderle pero, finalmente, su deseo de besar al muchacho fue más fuerte que su barrera de defensa.

El beso fue subiendo de tono hasta que recordaron que necesitaban oxígeno para seguir vivos y se separaron. Miraron los ojos del otro por un momento y, esta vez, Tauro saltó sobre su amigo para besarlo con más intensidad y ferocidad que antes. Ambos querían más que probar sólo los labios del otro.

Las personas no los miraban, no necesitaban hacerlo para saber que terminarían en una habitación, compartiendo la misma cama y demostrando el amor que sentían el uno por el otro. Lo que no sabían es que, a altas horas de la madrugada, la pelinegra se encontraría abrazada al torso desnudo de su amigo, lo que luego le produciría una serie indescriptible de emociones y abandonaría al chico antes de que él despertara.

(...)

Días más tarde, en la escuela, Capricornio encontró a la taurina con la guardia baja en el corredor principal y la encaró ya que, ella estaba evitándolo.

—¡Deja de huir de mí, Tauro! —espetó molesto el rubio y la mencionada lo miró con enfado porque la estaba sujetando con fuerza por el brazo.

—Suéltame —siseó la taurina y Capricornio no le hizo el más mínimo caso.

—No entiendo tu carácter, ¿sabes? —se detuvó un momento para inspeccionar la mirada de su amiga y no pudo distinguir nada en ella—. En toda mi vida, recuerdo que siempre me trataste como una basura, lo cual no tiene sentido porque nunca hice nada para lastimarte —la pelinegra dejó de forcejear para soltarse y desvió su mirada al suelo—.  Y ahora, de un día para el otro, escapas de mí y lo único que quiero es hablar sobre lo grandioso que fue haberlo hecho contigo y ahora resulta que al despertar por la mañana, una ola de emociones me inunda al no verte a mi lado.

Tauro levantó la mirada con rapidez y vio como Capricornio le sonreía con sinceridad. La atacó el pánico y se quedó sin palabras.

—Yo te había dicho que siempre me gustaste y, por lo que percibí, también te gusto a ti —el capricorniano acercó su rostro al de ella, separándolos por escasos centímetros y Tauro mordió su labio inferior para no perder la compostura—. Dime que estoy equivocado y te dejaré en paz. Para siempre.

—Yo... —por más que la pelinegra quería decirle lo que sentía, no podía. Tenía miedo a lo que fuera a pasar luego.

—¿Estoy equivocado si o no, Tau? —susurró él, suspirando para darle más dramatismo al tema.

—No —balbuceó Tauro y al rubio se le iluminaron los ojos al verla.

Capricornio no esperó más y acortó los centímetros que separaban su boca de la de ella, fundiéndose en un beso tranquilo y tierno, a diferencia del último que se habían dado en aquella noche donde unieron sus cuerpos y almas.

—Gracias —murmuró ella contra su oído al separarse y Capricornio frunció el ceño aunque no dejó de abrazarla.

—¿Por qué?

—Por no rendirte conmigo —él dejo escapar una risa traviesa y ella sonrió tímida, agradecía que Capricornio no pudiera verla porque se habría reído de su sonrojo.

—No, gracias a ti —dijo el capricorniano y esta vez, Tauro fue quien frunció el ceño—, por no haberme rechazado.

La pelinegra rompió el abrazo para mirarlo a sus ojos y sonrió feliz.

—¿Cómo podría? Tenía miedo de que me dejaras en la friendzone —admitió Tauro y Capricornio volvió a besarla pero esta vez, con más pasión que antes. Al separarse, ambos tenían sus respiraciones agitadas y se perdieron en la mirada del otro.

—Tauro, ¿quieres ser mi novia? —preguntó el rubio y la nombrada sentía que le vendría un calambre facial por tanto sonreírle al joven.

—¡Claro que sí!

Capricornio alzó a Tauro para hacerla girar mientras la abrazaba y ella enrolló sus piernas y brazos alrededor del torso de su novio para no caerse.

Las risas de ambos podían escucharse en toda el corredor y dieron gracias por no haber sido descubiertos. Se sentían completos teniendo al otro a su lado y no dejarían que algo arruinara su amor, pero sobre todo, su amistad.

One shots zodiacales; [PEDIDOS CERRADOS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora