Virgo & Libra

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Narrador omnisciente

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Narrador omnisciente

El té se enfrió. La taza desolada descansaba sobre una mesa esperando por su dueña, por alguien que ya no regresaría.

Iba caminando con tranquilidad por la acera de una avenida, la cual estaba desierta. Ninguna persona se atrevería a caminar por allí a esas altas horas de la noche, claro, salvo por ella.

El sonido de las hojas siendo arrastradas por el viento, llamó su atención. Ella sabía muy bien el significado de esa brisa, y no le gustaba para nada. Apresuró el paso y entró en un callejón sin salida.

Buscó con su mirada la puerta oscura en la pared. No la encontró. De pronto, sintió unas manos en su cintura y la respiración de alguien muy cerca de ella.

No habló, sentía que si lo hacía iba a empeorar su situación.

La persona "misteriosa" la guió hasta la puerta secreta y la joven evitó soltar un bufido por ser tan despistada. La empujó un poco para que avance y ella caminó hasta adentrarse en el pasillo. Caminaron en silencio por casi diez minutos y giraron hacia la izquierda, encontrándose con otra puerta.

La persona golpeó dos veces, luego tres y por último, dos veces más. La puerta se abrió desde el otro lado, dejándolos entrar. Un hombre los recibió y le señaló la mesa más oculta ante los ojos de cualquiera, aunque ellos ya sabían quién los esperaba.

-Llegan tarde -dijo con voz firme una mujer, ambos jóvenes se miraron entre sí sin articular palabra. Se sentaron frente a la mujer y ella prosiguió-. Espero que hayan cumplido con su misión.

-Por supuesto -habló la muchacha y la mujer asintió satisfecha ante su respuesta antes de voltear la mirada hacia la otra persona.

-Ya casi -murmuró y la mujer sonrió sarcástica.

-¿Cómo que «ya casi»? Creí haberles dado una orden, la misma para los dos -ella se notaba más seria de lo habitual, exceptuando su sonrisa-. ¿Lo hice o no, Libra?

-Sí, señora -la mujer asintió varias veces y se levantó de su lugar para golpear la mesa con las palmas de sus manos abiertas, sobresaltando a ambos.

-Espero que tengas una buena explicación para esto -mencionó y llamó a un guardaespaldas para que le colocara su abrigo-. Tienes hasta el viernes para hacerlo -el muchacho tragó saliva, solamente tenía dos días-. Buen trabajo, Virgo -miró a la joven y sin decir más, la mujer se marchó del lugar, dejando a ambos solos.

-Suerte -musitó Virgo y se levantó de su asiento, aunque la mano del muchacho, rodeando su muñeca la detuvo.

-Tú causaste esto, ahora debes ayudarme -ella lo observó con incredulidad.

-Sigue soñando -masculló la joven y él ejerció más fuerza en el agarre de su muñeca, haciéndola gemir de dolor.

-Lo haces por las buenas o por las malas, cariño -espetó con sorna Libra, adornando su rostro con una sonrisa maligna y su compañera bufó, no tenía más opción que ayudarlo.

-Bien.

El muchacho soltó a Virgo y ella masajeó su muñeca, realmente le había dolido el agarre. Ambos se encaminaron hacia la salida y tomaron diferentes caminos.

(...)

Virgo despertó por los incesantes golpes en la puerta de su escondite. Tomó un bate de béisbol por si era algún mafioso en busca de venganza y miró por una pequeña abertura que tenía la puerta. La abrió y golpeó con su bate a la persona que la despertó.

-¡Idiota! -gritó Libra, retorciéndose en el piso gracias al golpe que recibió en su barriga. Virgo fingió preocuparse por él e hizo una mueca "apenada".

-Ay, no sabía que eras tú -dijo, agudizando su tono de voz y el muchacho se levantó a duras penas.

-Voy a suponer que eso es cierto -la joven le sonrió con falsedad y él ignoró eso-. Tenemos que terminar esto cuanto antes.

-Son las cinco de la madrugada, ¿te volviste loco? -gruñó Virgo y el libriano abrió sus ojos con sorpresa.

-¡¿Tú quieres que la jefa me asesine?! -exclamó con desesperación mientras tomaba a su compañera por los hombros.

-Sueltáme -dijo firme y Libra la soltó, rodando los ojos-. Bien, déjame vestirme y lo haremos.

-Entonces no necesitarás ropa -murmuró el muchacho cerca de su oído y Virgo levantó su rodilla, golpeando la entrepierna de Libra-. Maldita.

La joven sonrió y se dirigió a su baño para cambiarse.

Una vez que Libra se sintió mejor de ambos golpes, se dispuso a recorrer y mirar el escondite de su compañera. No era la primera vez que estaba allí pero nunca había tenido la oportunidad de ver sin que nadie lo tache de acosador.

Inspeccionó la pequeña sala con su mirada y se detuvo en una foto, donde salían ambos cuando eran niños. Se acercó y tomo la fotografía entre sus manos, al mismo tiempo que sonreía con nostalgia. Solían ser buenos amigos pero al crecer, algo en ambos cambió. Aunque, quizás influyó mucho su trabajo.

-¿Qué diablos haces? -espetó Virgo de manera seria mientras le arrebataba la foto a Libra y la volvía a colocar en su lugar.

-No sabía que la tenías -murmuró el libriano, aún mirando el recuerdo y ella soltó un suspiro mientras ajustaba sus guantes negros.

-¿Qué quieres que te diga, Libra? ¿Que extraño cuando éramos niños felices sin saberlo? ¿Que extraño cuando tú estabas para mí y yo para ti en los malos momentos? ¿Que extraño tus abrazos y bromas infantiles? -El muchacho la miró con asombro, desde que su amistad se había deshecho, la actitud de Virgo había cambiado un cien porciento, se había vuelto más fuerte, más fría con él y con la vida.

-Siento lo que pasó -admitió pero ya era demasiado tarde, o eso creía ella.

-Ya no es tiempo de lamentarse, chico -aclaró Virgo y abrió la puerta de su escondite para salir-. No quiero que pienses que siento algo por ti sólo por tener esa maldita foto. La conservo porque es lo único que me queda de buenos recuerdos contigo.

Virgo sabía que había sido muy insensible con sus palabras pero ya no le importaba si eran dolorosas o no, él no sabía el sufrimiento que había pasado por su causa.

Libra, por su parte, no dijo nada, las palabras de la muchacha le habían dolido. Se mantuvo observándola con arrepentimiento pero ella misma lo había dicho, no era momento para lamentarse. Él había arruinado su amistad hace años y ahora debía afrontar las consecuencias.

One shots zodiacales; [PEDIDOS CERRADOS]Where stories live. Discover now